Mi obsesión por las bodas

Maldito

           

Maldito, maldito desgraciado, como lo odio es más, la idea de apuñalarlo con un cuchillo se incrementaba cada vez más, el muy hijo de puta estaba coqueteando con una de mis amigas, maldito cabron sabia que no podía controlarme mucho tiempo más, pero esta vez no le daría el placer de arruinar mi boda como lo hizo con las anteriores.

En una definitivamente me pelee a golpes con la hermana de mi marido porque ella lo beso, no me importaba que ya no estuviéramos casados o que lo nuestro estuviera mas muerto que el mar negro rojo o como se llamara, los celos me invadían y carcomían cada parte de mi.

No podía culpar a mi amiga por parecer tan encantada por él, además ella no sabía que él era Ian el Ian de todas nuestras conversaciones, seguí fulminándolo con la mirada hasta que una mano rodeo mi cintura mientras una boca se acercaba a mi oído.

-¿Por qué pareces tan molesta amor?

-No estoy molesta, por favor no me llames amor, tengo un nombre

-Lo sé, es solo que nunca me dejas llamarte de ninguna forma cariñosa, yo creí que al menos hoy me dejarías hacerlo

-Sabes que no me gusta, estas un poco sentimental con todo esto de la boda no crees

-Y a ti completamente te vale, es mi primera boda a diferencia de ti quiero disfrutarla

-Oh así que ahora nos ponemos ofensivos maridito, sabes que puedes irte al infierno.

-No                                    

-No ¿Qué?

-No vas a desacerté de mi tan fácil

-¿Quién te dijo que pensaba deshacerme de ti  tan pronto?

-Se como actúas, siempre es lo mismo después de la boda te pones en modo perra y sigues así hasta que te divorcias, pues déjame decirte algo cariño me he casado para toda la vida y si piensas que te voy a dejar fácil el dejarme estas muy equivocada

-Puedo terminar con esto cuando quiera

-Entonces por qué te casaste conmigo ¿Por qué sigues casándote en cada oportunidad que tienes?

-Porque busco el amor y no voy a descansar hasta encontrarlo, así que si lo nuestro funciona créeme querido nada me separara de ti.

-Awww amigo tu esposa es tan romántica, en donde la encontraste quizá debería ir a buscar una en el mismo lugar.

-Vamos amigo, según recuerdo dijiste que jamás te casarías de nuevo

-Cierto lo olvide por un momento, es solo que se ven tan felices juntos.

-Es lo que le decía a Alanis, justo antes de que llegaras

-Lamento haberlos interrumpido, solo que me preguntaba si a la novia le importaría si me robo a su amiga por un rato

-Tan rápido conseguiste con quien follar. –le di un codazo en el costado. –auchh, no te enojes sé que es tu amiga, pero hasta tú debes aceptar que callo demasiado rápido.

-Como sea no quiero que vayas con ella a ningún lugar y menos si es para follar, después la dejaras y romperás su corazón conozco a los de tu tipo

-¿A si? ¿Cómo son los de mi tipo?

-Unos completos imbéciles, sin compromisos ni amor por nadie más que por sí mismos, eres el tipo de hombre que no se compromete y no quiere responsabilidades, eres alguien con el que no quiero que estén mis amigas.

-Tu no puedes decidir eso, además es decisión de ella no tuya, solo te pregunte por cortesía

-Maldita sea, ¿eres estúpido? Te dije que no quiero que estés cerca de ella

-Al parecer si soy estúpido, porque definitivamente me importa una mierda lo que opines me acostare con tu amiga y punto

-Woo cálmense los dos, dios, si no los conociera juraría que ustedes se odian. Ahora terminen con esta discusión Ian no te folles a nadie de esta fiesta, Alanis no juzguen de esa manera a mi amigo el estuvo casado una vez ¿sabias?

-No, como iba a saber eso

-Pues su matrimonio fue un completo desastre, su mujer era una horrible persona

-¿Dime Ian que tan mala era tu esposa?

-La peor de todas, solo pensaba en ella y en nadie más, pasamos por algo horrible, te digo que fue lo que hizo, en vez de afrontarlo juntos ella simplemente se refugió en su maldita burbuja y me excluyo hasta que termino con nuestro matrimonio

-Tienes razón tu mujer era una perra

Dicho esto, me aparte de los dos hombres con lagrimas en los ojos, no podía dejar que camerón viera el dolor en mí, lo que había dicho Ian había sido cruel, pero también verdad

Me fui al tocador y ni una vez voltee hacia atrás.