Mi obsesión por las bodas

Primera Boda

           

11 años atrás

Estaba radiante, era por mucho el día más feliz de mi vida, tenía a un pequeño casi recién nacido en mis brazos y a un hombre esperándome en el altar, mi papa me acompañaba del brazo y mi pequeño se acurrucaba en mi pecho, nadie había estado de acuerdo con que lo llevara conmigo cuando el sacerdote oficiara la ceremonia, para Ian y para mi ese pequeño milagro era lo más valioso que teníamos y queríamos que formara parte en cada minuto, cuando llegue al altar mi padre me entrego al mejor hombre del mundo.

-Ian te entrego a mi hija, por que se que eres un hombre bueno y la amas, espero que nunca me hagas arrepentirme de darte mi tesoro mas valioso

Mis ojos se llenaron de lágrimas y los de Ian también mi familia ahora era su familia

-Jamás voy a hacer algo que lo decepcione, amo y respeto a su hija

-Entonces tu Alanis también cuida de el

Dicho eso nos dejo ahí a los tres para que diéramos el sí, el pequeño Ian se porto de maravilla y no lloro en toda la ceremonia.

Cuando por fin dijimos el si acepto ambos sabíamos que habíamos tomado la mejor decisión de nuestras vidas y juro que no podríamos ser más felices

-Puede besar a la novia

Vaya que me beso tomo mi rostro entre sus manos y con sus brillantes ojos me dijo lo mucho que me amaba mientras unía nuestros labios en un pacto de amor eterno, la iglesia se lleno de victoreo me sonroje un poco, al salir de la iglesia nos tomamos algunas fotos y nos dirigimos a la casa de mis padres había organizado la fiesta mas grande que se habia visto en mucho tiempo no era lo que Ian prefería, pero me dejo hacer cuando vio lo emocionada que estaba, decore todo en color blanco, flores blancas, manteles blancos, miles de velas blancas al llegar al lugar me quede sin aliento solo volví a respirar cuando Ian apretó mi mano

-Ahora si te pasaste

-¿Lo crees? Yo pienso que es perfecto

-Por supuesto lo es, jamás me hubiera imaginado una boda más hermosa

Me infle como un pavo real, después volví a besar a mi marido diciéndole lo mucho que me había gustado su comentario

-Si sigues así vamos a abandonar la fiesta y terminaremos en la cama antes de lo planeado

-Está bien me controlare solo porque quiero presumirle a todo el mundo el marido que tengo al cual amo y adoro mucho, verdad que si pequeñín, ¿Quién ama a tu papa más que yo? ¿Quién? Nadie lo sabía

-Mi hijo también me ama

-Pero no te ama más que a mí, así que yo gano el amor, punto para mí

Seguimos discutiendo un rato al respecto, pero nos vimos interrumpidos por el itinerario de la boda, así que terminamos exhaustos para cuando llegamos a nuestro hogar, nos desvestimos y nos pusimos nuestras pijamas, acostamos al pequeño Ian junto a nosotros y entonces lo ique había sido la mejor noche de mi vida se convirtió en la peor.