Reunión

37 4 8
                                    




           

Parece que tengo una maldición mi primer boda fue arruinada por un acontecimiento horrible que hasta el día de hoy me causa pesadillas, las otras 4 fueron arruinadas por el marido número uno, del cual aun no me separaba por completo, seguíamos casados ante la ley de dios, yo había intentado deshacer el matrimonio, pero el padre que oficio la misa dijo que eso no sería posible porque mi matrimonio aun tenia arreglo, como si eso fuera a pasar algún día.

Había pasado casi una semana desde la boda, tuvimos una luna de miel corta mi esposo tenía que volver al trabajo, era un hombre muy importante, hacia negocios como nadie, bueno había una persona que hacia mejores negocios, pero no me apetece mencionarla ahora, en fin, la cosa es que me estoy dedicando a decorar mi nuevo hogar, realmente ya estoy bastante aburrida, nunca he trabajado, pero los estudios son parte de mi y estar sin estudiar me vuelve un poco loca, lamentablemente camerón se empeña en tenerme en casa hasta que la decoración este lista, nada más aburrido me pudo pedir.

La cosa es que no me gusta ser la esposa modelo de las revistas eso no va conmigo, bueno no todo, lo de las compras y la ropa va completamente conmigo, en fin, tengo que terminar esto a mas tardar la siguiente semana ya que vendrán a casa los nuevos inversionistas de un proyecto millonario en el cual trabaja ahora mi nuevo marido.

Señora de camerón torres, eso suena horrible prefiero mi nombre de pila es más bonito y sensualon.

Cameron llamo por la tarde.

-Hola, ¿Qué sucede camerón?

-¿No puedo llamar para saber cómo esta mi esposita?

-Como jodes con tus diminutivos, mi nombre es Alanis, repite conmigo A- LA-NIS, Alanis, tú nunca me llamas cuando estás en el trabajo así que algo debe ocurrir

-Como sea, Ian cenara con nosotros esta noche

-Oh no el no puede cenar con nosotros, la casa aun no esta lista

-Eso no importa el es mi amigo, por lo tanto cenara con nosotros, asegúrate de que preparen algo rico para esta noche

-¿Debo vestirme formal?

-Para nada, el antes era pobre no le importara que no lo recibas con un vestido de coctel

-Siempre tan amable

-Me conoces y aun así te casaste conmigo no veo cuál es tu maldito problema

Definitivamente era la peor buscando marido.

Corrí el resto de la tarde para que el comedor quedara como debía de estar, perfecto. Al final termine con dos uñas rotas una astilla en el dedo y el cabello como el de un espantapájaros, mi ropa estaba completamente sucia. ¿Cómo era posible ensuciarme tanto si todo era nuevo?

Justo estaba por irme a dar un baño cuando entraron por la puerta Ian e Cameron, trágame tierra que me veo horrible, no podía dejar que Ian me viera de esa manera, quise correr de verdad que lo hice, pero no fui lo suficientemente rápida.

-Pastelito, aun no estás lista. – Me dijo Cameron con ese tono de reproche en su voz.- te dije que vendríamos a cenar

-Con un infierno en llamas no me digas apodos, tengo un maldito nombre, ahora si no estoy lista es porque estaba preparando los últimos detalles en el comedor, para que tú y tu amiguito tuvieran una cena esplendida, pero ya que no te parece nada de lo que hago puedes irte a la mierda o bien comértela me da completamente igual, estoy cansada asi que iré a darme una ducha con burbujas y no me esperes para cenar

-Quien mierda crees que eres para hablarme así delante de mi amigo?maldita perra, vas a cambiarte y vas a cenar con nosotros con la mejor de tus sonrisas, te lo advierto no tolerare uno más de tus berrinches ahora date prisa pastelito. –su cara se retorció con malicia cuando dijo eso, si supiera porque no me gustaban los apodos apuesto a que jamás me diría uno de nuevo. –ve anda, no demores demasiado estamos hambrientos

Oh oh, Ian tenía esa mirada, esa que indicaba problemas, no le gustaba que nadie me hablara feo a excepción de el claro, ahora mismo estaba haciendo todo lo humanamente posible para no matar a mi marido, le dirigí una mirada de advertencia no quería problemas, tampoco lo quería interfiriendo en mi matrimonio yo podía defenderme bien sola.

Tarde media hora en estar lista un verdadero record, deje mi cabello lacio, solo peinado con una horquilla de lado, un vestido de tubo color marfil y unos zapatos a tono, baje las escaleras como la señora de sociedad que era llena de comodidades y lujos, ahí abajo me esperaban los dos hombres con vasos de whiskey en la mano, lo que me faltaba que en media hora se pusieran ebrios, para mi asombro el único borracho era mi actual marido

-Así que eres feliz en tu nuevo matrimonio

-¿Por qué no lo seria?

-Porque tu marido es un imbécil contigo digo es mi amigo, pero después de ver cómo te trata ya no estoy tan seguro de eso

-Mira estaré bien se cómo defenderme

-Se que sabes cómo defenderte, lo experimente la última vez que estuvimos juntos como un matrimonio

-No deberías estar hablando de eso el podría escuchar

-Estaba tan borracho que se desmayo en el sofá de verdad crees que pueda escuchar algo, no lo creo

-No quiero pelear mas contigo estoy cansada de hacerlo, tenemos diez años jugando a esto y la verdad ya no puedo más

-Entonces divórciate y vuelve a mí

-Sabes que no puedo hacer ninguna de las dos cosas por favor compréndelo de una vez.

-Claro que puedes, lo que pasa es que no quieres hacerlo, aun me amas, pero eres demasiado cobarde para admitirlo

-Yo no te amo más Ian, debes aceptarlo

-Si no lo haces ¿entonces porque te pones celosa cada vez que me acerco a otra mujer? Acaso crees que no se que le pagas a algunas para alejarlas de mi o que encuentras lo peor de otras para el mismo propósito, claro que lo sé no somos tan diferentes

-La única diferencia es que tú esperas el día de mi boda para arruinármelo todo

-Es solo porque se lo feliz que te hace comprar el vestido y hacer los preparativos de la boda, de otra manera créeme no hubieras llegado al altar ninguna vez después de mi

-Eres tan considerado, sabes cuan enfermo suena lo que dices

-Sonamos igual de enfermos, después de todo somos almas gemelas lo recuerdas?

-No lo somos, hace años que dejamos de ser algo

-Jamás dejaremos de serlo.

Mi obsesión por las bodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora