- ¿Mal? - preguntó confundida la rubia - disculpa pero ¿quien eres? - Elizabeth acarició el lomo de Dru para tranquilizarlo.
- Mal - volvió a repetir el chico solo que esta vez mas pálido. Elizabeth iba a responder cuando el chico la abrazó.
Era un abrazo algo extraño, parecía que había temor, al igual cuando tienes un buen sueño y tienes miedo de despertar.
La rubia quería moverse, pero solo fue un pensamiento ya que el chico la tenía abrazada y sus brazos estaban bajo los brazos de el, además parecía que el no tenía intención de soltarla.
De repente un sonido vino a su mente junto a una imagen algo borrosa.
Am I crazy? Maybe we could happen, yeah
Will you still be with me when the magic's over out?
If only I knew what my heart was telling me
Don't know what I'm feeling
Is this just a dream? Uh ohY como llego se fue.
Elizabeth tomo fuerzas y se solto del abrazo de una manera algo brusca, haciendo que el chico se quedara confundido.
- disculpa pero yo no te conoz... - callo y lo vio detenidamente - tu eres el chico que me beso
- Mal, ¿como es posible que estes viva? - preguntó ignorando la pregunta de Elizabeth, el tono de voz del chico tenía sorpresa, miedo, confusión y alegría.
- disculpa pero yo no me llamo Mal me llamo Elizabeth
- tu no puedes ser Elizabeth, ella es un moustro, tu eres como Mal, mi Mal - trató de acercarse pero la chica se alejó mientras Dru volvía a gruñir con intenciones de saltar sobre el.
- estas loco, yo no soy esa persona - acarició a Dru para calmarlo, solo que esta vez Dru aun estaba tenso.
- claro que si, eres tu, pero por alguna razón no me recuerdas
- no se de que me hablas - se aferró mas al lomo de Dru.
- Mal...- el chico se veía desesperado, trato nuevamente de acercarse a Elizabeth pero esta jalo ligeramente el pelaje de Dru haciendo que el supiera lo asustada o nerviosa que estaba.
Dru no perdió tiempo, se puso en frente de Elizabeth mientras gruñia y se ponía en pose de ataque, por así llamarla.
Elizabeth aprovechó y se subió al lomo de el para después volver al castillo.
- se que es ella, yo lose - subió a la limusina y conducio de vuelta al castillo.
No la dejaría escapar, la acaba de encontrar.
[...]
Cuando Elizabeth llegó al castillo, bajo de Dru y lo llevo a los establos.
- nos vemos Dru - dijo la chica mientras salía del establo e iba al castillo.
Donde seguramente, le esperaría un regaño de parte de su padre por haberse ido.
Cuando entro camino hacía el despachó de su padre, aunque tal vez, ahora sea el suyo.
Al entrar encontró a su padre de brazos cruzados y con el sueño fruncido.
- hola papi - sonrió inocentemente
- hola papi - imito la voz de su hija - cual hola ni que mandarinas, ya es la... ¿décima vez? Que escapas en elsta semana
- claro que no, esta es la prinera vez - su padre levanto una cena - en la semana
- claro y yo soy un perro
- a bueno, no sabía que soy mitad perro - su papá fruncio mas el entrecejo - ya me cayó
- necesitas aprender sobre como dirigir un reino, pero eres muy joven y no te entiendo, ya estoy viejo para esto - cayó un momento, pensando - ¿sabes que? Voy a llamar a alguien que sabe sobre esto...
- no a Aurora no
- no me dejas terminar, dije que es alguien que sabesobre esto y es de tu edad
- Marshall esta en su reino
- no me refería a Marshall
- ¿entonces? - su padr no respondió y se paro de su silla, no sin antes cerrar con llave la ventana - ¿desde cuando esta eso ahí?
- desde esta última vez que escapaste - y sin mas salió de la habitación.
Pasaron minutos y su padre por fin entró, o eso penso.
Verán, la puerta de la habitación se abrió y ella pensó que era Estefano, sin embargo, su sorpresa fue grande al ver quien era la persona que entró.
No era su padre, era el mismo chico que vio en el acantilado.
- ¡¿tu que haces aquí?! - trato de salir por la ventana, pero esta estaba cerrada - te maldigo papá - susurro
- tranquila - trató de tranquilizar sus propios nervios - tu padre me pidio que viniera
- ¡¿por que?!
- quiere que te enseñe sobre como manejar un reino a esta edad y cosas que tu te niegas a aprender con el...
- y con cualquiera, así que puedes irte
- no me iré, estare contigo quieras o no
- mira, si es por la persona que mencionaste, debes saber que no soy ella, solo soy una simple princesa de este reino, o mas bien reina, nose, sigo sin acostumbrarme
- Ma... Elizabeth - se corrigió al ver el sueño fruncido de la reina - se que sabes quien soy
- no lo se, ya deja de insistir, me pareces un loco
- ojitos verdes, soy yo, Ben
- el rey de Auradon
- ¿lo recuerdas? - sus ojos se iluminaron
- mi hermano me dijo
- ¿por que no me recuerdas? Nos conocimos desde que teníamos nueve
- yo no te recuerdo - <<y tampoco algo desde hace casi dos años>> penso Elizabeth.
- algo paso, pero se que me recuerdas, yo lo se - le tomo las manos - recuerdame
- rey Ben, estas loco, yo no te recuerdo, no recuerdo haberte visto en toda mi maldita vida
- algo esta mal
- en serio, ya deja de hablar sobre eso, me asustas, no se de que hablas
- tu eres Mal, hija de Maléfica, naciste en la isla de los perdidos, ahí te conocí y años después te traje a Auradon junto a los chicos - ella solo se rió
- que buena broma - se sobo el estómago por la risa
- al menos dime que te son familiares sus nombres - ella lo miro interrogante para que siguiera - Jay y Carlos los chicos que son unos malditos payasos y son demasiado sobreprotectores contigo e Evie, a Evie, tu mejor amiga, casi tu hermana
- lo siento, pero yo no recuerdo esos nombres, no se de que me estas hablando, ya te lo dije
El chico no pudo mas y se lanzó sobre ella, aprisionandola en un gran y fuerte abrazo, tal como lo hizo en el acantilado, solo que esta vez, su cabeza reposaba en el cuello de la reina, el cual ya estaba húmedo, el rey esta llorando por que ella no sabía quien era, lloraba por que la había emcontrado y en parte la había perdido.
Elizabeth quería quitarselo de encima, pero no podía, sentía que ella también necesitaba ese abrazo, que también necesitaba de ese chico.
Ese chico que no conocía pero que a la vez sentía que lo hacía desde sienpre.
- recuérdame... - susurro
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Descendientes 2: No todo ha terminado
Fanfic-Todo cambió desde que se fue.- las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. -Sigo sin saber el por qué se fue. -No fue su elección, lo sabes. -Siento como sí aún estuviera aquí.-su voz se escuchaba apagada, apenas audible. -Todos queremos eso. ····...