Capítulo 27

488 25 1
                                    

La ex-reina Lea estaba parada en la entrada de la habitación cruzada de brazos.

Suspiró pesadamente mientras veía a la chica de cabello rubio algo sucia recostada en su cama. Ella nunca cambiaría.

Aún recordaba cuando la vio por primera vez, tan pequeña, con dos coletas desniveladas sujetadas por listones hechos moños. Un vestido rosa crema por el cual reprochaba a cada segundo que podía. Largos calcetines blancos cubriendo sus pequeñas piernas y pequeños zapatos negros que terminaron llenos de lodo. Al igual que la ropa que Lea traía.

La ex-reina no pudo evitar reír al recordar a la pequeña niña tan inocente que hizo estragos en el castillo.

- ¿mamá que haces aquí? - preguntó una voz algo suave.

- sólo veía a tu hermana - le contestó al pequeño niño.

- ¿ya llegó? - Dylan no espero a la respuesta cuando ya trataba de entrar a la habitación.

- Dyli, deja que descanse se ve muy cansada - le dijo al pequeño mientras lo tomaba en brazos y lo bajaba fuera de la habitación.

- pero mamá, yo quiero jugar con Eli - reprochó el niño mientras se cruzaba de brazos y fruncia el seño.

- después pequeño, vamos ve con tu padre, sabes que siempre le gusta algo de compañía - le revolvió el cabello.

- bien - el pequeño bufo y se fue reprochando.

Lea río por lo bajo al ver al pequeño niño actuando como una persona mayor a su edad.

Seguían si saber quienes eran los padres de Dylan, sólo sabían que ese bebé apareció junto a Elizabeth el día en que ella había perdido la memoria.
Y le importaba poco, ese niño era su hijo.

Ellos dos no podrían ser sus hijos pero los quería como tales, su hija casi no estaba en su castillo ella estaba en su reino, mientras su nieta estudiaba y pocas veces los visitaba. Pero ellos dos estaban las veinticuatro horas con ellos y alegraban el castillo.

Lea cerro la puerta de la habitación de Elizabeth y se dirigió al despacho de su esposo.

Pero antes de bajar el último escalón su pequeño hijo corrió a ella.

- ¡mamá!

- ¿qué pasa Dylan?

- en el despachó de papá se escuchan ruidos.

- por que no vas con tu maestro de matemáticas, creo que ya llegó.

- bueno, tienes razón pero...

- vamos Dylan, ve con el, yo me encargaré de lo que pasa, ¿si? - Dylan asintió con la cabeza y camino hacía el otro lado del pasillo.

Lea se dirigió al despacho de Estefano donde efectivamente escuhaban los gritos hasta antes de llegar.


- ¡todo esto es tu culpa! - fruncio el seño mientras más se acercaba, esa voz parecía la de el rey Ben.

- ¡no sabes lo que dices!

- ¡si no lo hubieras hecho Mal estaría aquí! ¡ahora no sabemos si ella es Mal o ese maldito moustro de Elizabeth! - Lea paro en seco al escuhar el nombre.

Ella bien sabía que Mal era la hija de Estefano, bueno, no hasta después del día de la familia. También sabía sobre Elizabeth y quien era en realidad.
Aunque posiblemente ninguno sabía quien era la chica que estaba con ellos después de haberla encontrado inconsciente, Mal o Elizabeth.

No lo pensó dos veces y entró haciendo un ruido bastante fuerte cuando la puerta chocó con el costado del sofá.

- ¡¿qué demonios esta pasando aquí?!

Estefano y Ben se quedaron en completo silencio.

- ¡¿piensan decirme o se quedarán callados?!

Los dos intercambiaron miradas y como si esas palabras hubieran detonado una bomba, los dos comenzaron a hablar, o más bien gritar.

- ¡¡YA!! - grito Lea con cólera.

De nuevo iban a reprochar Estefano y Ben, de no ser por un grito.

- ¡reina! ¡baje de ahí se hará daño!

Los tres salieron casi corriendo del despacho de Estefano, para encontrarse en el pasillo algunos guardias y sirvientas viendo un verdadero espectáculo.

- ¡¡Elizabeth!! - grito Estefano viendo a su hija colgada de un candelabro mientras se movía de atrás hacía delante y reía de una manera algo escalofriante.

- ¡y si no quiero que!

- esto no esta para nada bien - murmuró Ben mientras veía a Elizabeth.

- ¡¡baja!! ¡¡Ahora!!

Lizzy bufo y soltó el candelabro cayendo de pie frente a Lea.

- ¡¿en que pensabas?! ¡Podías haberte matado!

- no estoy para reclamos anciana.

- Elizabeth, no le hables así a tu madre.

- ella ni mi madre es y tu no eres nadie para mandarme - cambio su vista de los dos ex-reyes para concentrarse en Ben, el cual la mira atento - ¿soy o me parezco?

Ben fruncio el seño y se cruzó de brazos, Elizabeth sólo le dedico una mirada de mal gusto acompañada de una sonrisa burlona.

- bueno, si me disculpan yo tengo cosas más importantes que hacer - sonrió cínicamente mientras hacía una reverencia.

- ¡Elizabeth! - la volvió a llamar Estefano, se veía demasiado furioso ante la actitud de su hija.

Ella sólo se incorporó de la reverencia y le mostró su dedo del medio.

- deja de hacer tanto drama - dio medía vuelta y salió del Castillo mientras aun se escuchaban los reproches de Lea y las maldiciones de Estefano.

Ben observó como se iba.

Ahora no tenía duda, estaba más que seguro que esa chica era Elizabeth y no Mal.

Descendientes 2: No todo ha terminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora