Capítulo 25

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- ¡oye! - grito la rubia mientras caminaba en un oscuro pasillo sin final.

<<Estas en tu hogar>> esas palabras le habían ocasionado oscuridad.

- ¡oye! ¿Dónde estás? ¡Responde!

Siguió caminando a ciegas hasta que sintió un vacío en sus pisadas y comenzo a caer.

Elizabeth pataleaba y gritaba todo lo que podía. Tal vez era su imaginación pero podía sentir el aire contra su cara de manera brusca y ese extraño vacío en el estómago al caer.

Tenía el miedo de que en cualquier momento iba a toparse con el suelo.
Pero todo empeoró, el aire comenzo a faltarle y tenía una peculiar sensación de frescura en todo el cuerpo.

Y entonces abrió los ojos.

Era un lugar algo oscuro y un poco borroso, aún no se sentía totalmente bien.
Movió una mano y fue ahí donde cayo en cuenta de que estaba en agua, una laguna tal vez.

El miedo comenzó a ser presente cuando el aire se le acababa, comenzó a nadar hacía la superficie.

Cuando por fin llego sintió como el aire llegaba a sus pulmones. Tosio un poco pero después de un momento pudo dejar de hacerlo.

Miró a todos lados y se acercó a un pedazo de tierra en medio de la laguna dónde estaba.

Salió del agua y se recosto en el cesped mirando al cielo.

Recordaba haber estado en un bosque donde posiblemente había caído en un ataque de esquizofrenia, no haya otra explicación.
Apenas había podido recordar la conversación que tuvo con aquella persona que vio mientras estaba inconsciente.

Comenzó a sentir como el aire movía su cabello y tocaba su piel, bien podría ser una sensación agradable.

No lo fue.

Empezó a sentir un ardor por todo su cuerpo, se levantó de golpe y pudo ver sus brazos de un rojo peculiar, tal como una quemadura bastante severa por el sol.

No había recordado lo caliente que podía llegar a estar esa agua.

Observó un momento sus manos y vio como iba desapareciendo lo rojo de la quemadura.

- ¡¿que rayos...?!

<<Vamos pequeña, ya sabías que tu no eras normal>>

Elizabeth mira a todos lados, no había nada.

<<No te asustes, sabes quien soy>>

Rápidamente recordó a esa persona de su sueño, por así llamarlo.

Ignoró aquella voz y volvió a mirar sus quemaduras, aun se veían pero ya no de ese rojo intenso.

Levantó la vista y por un momento penso que su mente le jugaba una broma. Frente a ella estaba aquélla silueta borrosa y oscura.

La silueta se acercó a Elizabeth quien rápidamente se levantó.

- ¿qué haces aquí?

- preguntas mucho pequeña

- se supone que estabas en mi mente, no en físico - se acercó a la silueta y trató de tocarla, pero no toco nada.

- yo decido si puedes tocarme o no

- ¡oh vamos!

- tranquila, ¿porque estas aquí?

- no lo sé, casi me ahogó

- no se te hace... ¿Familiar? - la silueta levantó su brazo dejando a la vista un brazo cubierto por la manga de una chaqueta negra. Una chaqueta negra algo familiar para Lizzy.

Ella miró hacía donde señalaba, en medio de dos gigantescas piedras había un tipo de trono hecho de raíces. Podía sentir esa sensación de déjà vu.

Lizzy caminó a aquel trono y cuando estuvo cerca de el, toco las raíces, curiosamente tenían un diseño.

Miró hacía la silueta, parecía como si flotara pero ya no veía su mano o brazo, ya era completa oscura y borrosa.

- siéntate - le dijo la silueta y ella obedeció.

Se sentó en el trono hecjo de raíces.
El aire comenzó a faltarle un poco y no sabía si estaba mareada o realmente todo su alrededor se movía.

Cerró sus ojos con fuerza mientras sentía la sensación de estar girando.

Su respiración comenzó a normalizarse cuando dejo de sentir que estaba girando.

Lizzy abrió los ojos lentamente y los cerró al instante, por alguna razón había mas sol de lo normal.

Puso su brazo frente a ella cubriendo sus ojos, los cuales fue abriendo poco a poco. Los rayos del sol ya no pasaban los costados de su brazo como al principio, así que lo bajo.

- esto no es posible - miró a su alrededor, todo había cambiado.

Miro hacía la silueta, podía gurar qur por un momento había visto un rostro conocido, pero no recordaba quién era o de quien.

- esto parece...

- ¿magia? - lo interrumpió.

- exactamente

- ¿cómo es posible que todo haya cambiado? Todo parecía estar en decadencia, ahora es... Hermoso

- este lugar no siempre era así de horrible, siempre fue como lo ven tus ojos ahora mismo

- ¿no se supone que tu estabas en mi mente? ¿cómo sabes esto?

- hay cosas pequeña que no se pueden contar, sino descubrir

- no importa - bufo - ¿sabes como puedo salir de aquí?

- tienes magia y no quieres saber de ella, estas loca

- por favor, solo quiero irme

- bien, piensa en un lugar Lizzy, piensa en el lugar donde quieres estar, cierra los ojos y desealo con todas tus fuerzas

- estas loco ¿verdad?

- un poco, pero solo hazlo

- bien - Elizabeth cerro sus ojos e imaginó el castillo, su cama donde deseaba estar y no salir.

Pudo sentir como había aire alrededor de ella y por un momento todo paro.

Abrió los ojos y vio su habitación, tal como la había dejado cuando se fue.

Se sacó los guantes y sus zapatos, para después dejarse caer en su cama, sin importarle que estuviera mojada y posiblemente llena de tierra.

Solo quería descansar, ya después podría escuhar los reclamos de su madre por hacerlo.

Se acomodó mas en su cama y cayó en un sueño profundo.

[...]

-...Siempre seremos mejores amigas, aunque me apartes a chanclazos

- nunca te apartaria a chanclazos

- siempre existe la posibilidad...

- hay Evie - río - al menos tienes razón, siempre seremos las mejores amigas y prometo que estaré siempre contigo y para lo que necesites

- que tierna eres... Auradon y ese beso te afecto

- le mentiste... - se escucho un susurro demasiado lejano.

- no lo cumpliste

- la dejaste

- dejame salir... Así podras cumplirlo

- dejame salir y podrás estar en paz.

Descendientes 2: No todo ha terminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora