CAPITULO 3

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HOLA ESTOY DE REGRESO....

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Derek estaba en estado catatónico.

No, su Stiles no podría haberlo traicionado.

No podía creer que Stiles tuviera una hija.

Derek no sabia muy bien por qué la noticia le había sorprendido tanto. Había pensado mucho en él a lo largo de los años. Sus ojos de color wiski y sus lacios castaños, su pequeña boca en forma de corazón lo asaltaban en los momentos mas insospechados. Por no mencionar sus delicadas manos, que habían recorrido su cuerpo provocándole un placer que nadie jamás despertó en él y nunca podría olvidar.

Apenas era un niño cuando lo abandono y sabía que se habría convertido en todo un hombre. Sin embargo, nunca imagino que hubiera formado una familia.

- Si, Debbie es mi hija – hablo Stiles entonces.

La mayor parte del pueblo no habría notado las dudas de Stiles. Pero Derek no era un feroz hombre de negocios por nada, estaba acostumbrado a observar hasta el más mínimo detalle y el nerviosismo de Stiles despertaba su curiosidad.

- Linda, te presento a Derek Hale, el hermano mayor de Cora. Es un viejo amigo mío.

- No parece tan viejo – comentó risueña la niña

- No, claro que no lo es – rio Stiles – lo que quiero decir es que nos conocemos desde hace mucho tiempo – explico el mayor de los castaños

- Entonces, ¿Por qué no lo había visto antes? – pregunto la niña tomando la mano de Stiles

- He estado fuera del pueblo – respondió Derek – pero me da gusto conocerte Debbie – el moreno le tendió la mano y la chica se la estrecho

- Igualmente – contesto Deborah - ¿Por qué has estado fuera? – Stiles quería que la tierra se abriera y lo tragara, era la hora de los ¿Por qué? De su hija

- Cariño, no es de buena educación hacer tantas preguntas – intervino Stiles

- ¿y como quieres que lo conozca si no le hago preguntas? – obvio la chica

- Eso es cierto – dijo Derek -. Pues verás, preciosa, me enrole en un nuevo negocio. Ha sido como tomar unas largas vacaciones – explico el moreno

- ¿Y tienes que marcharte de nuevo? – la niña sintió la necesidad de retener a aquel hombre

- Si – contesto Derek con una punzada en el corazón.

Por alguna extraña razón, sentía el impulso de contestar las preguntas de la niña. Quizás se debiera a esos hermosos ojos verdes tan profundos como el espeso bosque que lo observaban como si midiera tres metros de altura. O por los recuerdos que lo asaltaban desde su vuelta a Beacon Hills.

- ¿Así que oficialmente serás el dueño de esa compañía de seguridad? – pregunto el castaño

- Si, estoy aquí para vender la ultima propiedad que poseo aquí... - dijo algo incomodo Derek

La Hija SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora