CAPITULO 11

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CAPITULO DIVIDO EN DOS

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Stiles se paro de la cama, se miro en el espejo, vio la hinchazón de sus ojos al haber llorado toda la madrugada, sonrio ante su reflejo, tenia que ser fuerte, por él, por su hija y por Derek.

Se vistió y merendo, en media hora traerían a Debbie.

El timbre sonó y Stiles dejo pasar a un Derek ojeroso y recién bañado, el castaño no pudo evitar sonrojarse, el moreno quiso tomarlo del rostro, pero se contuvo, ya la había jodido, no quería herir aun más a Stiles. No pudo evitar gruñir, cuando vio la maquillada piel del cuello del humano, ocultando su marca, el lobo de Derek chillo, ante lo que parecía un claro mensaje de rechazo. Cuan equivocado estaba.

Derek entro a la casa y Stiles le ofreció café.

- ¿Estas nervioso?, porque definitivamente yo lo estoy – el humano metió las manos en los bolsillos de su pantalón

- ¿Parezco nervioso Stilinski? – la voz de Derek sonaba diferente, el hecho que le llamara por su apellido le dolió.

El castaño lo observo detenidamente. Derek era sin dudas un ejemplar del hombre físicamente perfecto, sus vaqueros se pegaban a sus fuertes piernas y esa camiseta, solo lo hacia parecer ese chico rebelde del que se enamoró. Su cabello peinado a la moda y su rostro limpio, sin su característica barba, lo hacía lucir más joven, parecía haber viajado diez años atrás, se sentía de diecisiete otra vez y Derek de veintidós, el tiempo había regresado al pasado. El humano sonrio muy a su pesar, sabia que ese cambio se debía a que quería causar una buena impresión a su hija.

- ¿Ni siquiera un poquito?

- Un alfa nunca debe mostrarse ansioso. Stiles he luchado contra una manada diabólica de alfas, con un kanima, con un loco demonio, me han... - Derek iba a decir torturado, pero se guardo la parte oscura de las cosas que había hecho – en fin, me han disparado con balas de acónito, he sobrevivido... pero, si te soy sincero, estoy aterrorizado – confeso el alfa

- Tengo que preguntarte algo – stiles cambio su semblante

- Tú dirás – Derek cerro sus ojos, ver a Stiles le dolía, en todos los sentidos

- ¿Estas enfadado? – dijo tocándose el cuello y el vientre – anoche cuando desperté y no te vi yo...quiero comprenderte, pero te cierras demasiado, que me duele aquí – toco con su mano donde estaba su corazón

Derek apoyo la cabeza en la pared que dividía la cocina del comedor

"También me duele Stiles"

- Yo ya no dormí después de marcharme. En realidad, me siento entumecido

- Entiendo

- Ya no estoy seguro de nada, en verdad

- ¿Me odias?

- ¿Por qué preguntas eso?

- Porque si lo haces, esperaba que pudieras olvidarlo mientras hablamos con la niña. El ambiente tiene que ser relajado, para que acepto todo naturalmente

- No te preocupes. En cuanto a odiarte, no Stiles, no te odio, cómo podría, aunque pase años sin saber que tenia una hermosa hija y me duele, no lo niego y tardare un tiempo en asumirlo.

La puerta principal se abrió, dejando ver a una castaña de profundos ojos verdes.

- Ya está aquí – Derek contuvo el aire, su lobo rasguñaba por salir

- ¿Papi? – Debbie pregunto desde la entrada – ya llegué

- Estamos en la cocina – grito Stiles "¿estamos?" se preguntó la niña

En cuestión de segundos la niña ya había entrado a la cocina

- Hola papi – saludo, pero cuando vio a Derek sus ojos se hicieron grandes - ¡DEREK! – grito con emoción la niña, abrazando al mayor, oliendo su fresco aroma a maderas finas – tengo hambre ¿Qué comeremos?

- ¿No comiste en casa de Liam?

- No, no me gusto la comida que hizo el tío Isaac

Stiles, entrecerró los ojos, conocía bien a su hija

- Has vuelto a pelear con el tío Liam

- Es que me quería hacer comer brócolis – la niña se puso azul, al recordar el tazón lleno de esa asquerosa verdura - ¿Derek que haces aquí?

El castaño se estremeció. Era consciente de las cosas cambiarían a partir de ese momento

- Deborah – comenzó Stiles

- Oh no, que hice ahora – dijo la niña con ojos asustados, a ese paso estaría castigada hasta estar vieja

- No, nada, solo que Derek y yo tenemos que decirte algo importante

- ¿Se van a casar? – pregunto alucinada, Derek se ahogo con su saliva y Stiles rio triste

- No – respondió el - ¿recuerdas que me solías preguntar por tu padre?

- Si – dijo quedito – me dijiste que se marcho antes de que pudieras decirle de mi existencia. Pero que si lo hubiera sabido nunca se habría marchado – se apresuró a decir

- Asé es, tu padre ha vuelto – la niña lo miro con una expresión de seriedad y llena de ilusión. Miro de Stiles a Derek y abrió los ojos viéndose reflejada en los verdes del mayor

- ¿Es él? ¿Él es mi padre?

La Hija SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora