CAPITULO 17

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YA NO ACTUALICE AYER, POR FALTA DE TIEMPO.

ESPERO Y LES GUSTE, CUALQUIER COSA, ESTOY A SUS ORDENES

GRACIAS POR LEER ESTA HISTORIA.

MUCHAS GRACIAS...

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Elliot sonrio, era un hombre de palabra. Derek tenia que volver a él.

- Quemaste la mansión como te dije – el joven omega jugaba con su copa de vino, viendo como ardía aquella casa.

- Señor, encontramos algo interesante – dijo el beta que trabajaba para el omega

- Mmm... ¿Veamos que puede ser? – bajo de la limusina y vio como otros betas traían en brazos a una pelinegra, a una rubia y a una cachorra castaña, inconscientes.

Los hombres vestidos de negro, subieron a una furgoneta con las jóvenes omegas y la pequeña lobezna.

Cuando llegaron al hotel, el omega ordeno separar a las omegas mayores de la niña, quien era muy joven para saber de qué jerarquía era.

Mando a sus hombres a otra habitación y se quedó con la niña.

La olió y gruño tirando las cosas que había en la mesilla de noche.

Su aroma era a sándalo y frutos salvajes, olía a Derek y a alguien más.

Saco sus garras y acaricio con ellas la tierna piel de la menor, una sombra de maldad se asomo en sus ojos negros.

Era la cachorra de Derek. Del alfa.

Un tic apareció en su ojo y palpo su vacío vientre. Gruño, pero luego reflexiono.

Acomodo a la cachorra en su regazo y la acaricio, soltando sus feromonas de omega para tranquilizarla.

Tenia en sus manos el cebo perfecto para atraer a Derek de nuevo a él.

Se encargaría de eliminar a la madre de la cachorra y crearía un lazo con ella, claro está después de recibir la mordida del alfa.

El fuerte aullido sonó en el espeso bosque.

Todos veían asombrados la forma indefinida de Derek, Scott no pudo evitar someterse y tirarse con la barriga al aire y exponer su cuello.

Stiles era algo aparte, sabían que había estado preparándose como druida, pero nunca imaginaron que su magia fuera tan fuerte.

- Levántate Scott, no muestres sumisión ante tu manada – la voz bestial del alfa Hale, retumbo en el lugar

- Es tu manada – el moreno negó

- Es tuya Scott, desde hace diez años esta ha sido tu manada – Derek camino y se detuvo a un lado de Stiles, que tenia un brillo peligroso en sus ojos

- La manada de Derek, somos mi hija y yo – Stiles dijo mientras miraba y asentía a las señas de la banshee

Derek soltó un ultimo aullido, un aullido feroz y con promesa a venganza.

Peter habló en medio de ese silencio, no incomodo, pero si tenso.

- Los hombres de Chris vieron dos vehículos alejarse mientras regresábamos a la mansión, los siguieron hasta un pequeño hotel, el olor de Cora y Rosie siguen ahí, pero no el de Deborah – Stiles apretó sus puños

La Hija SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora