Carta uno

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Sebastián:

Han pasado dos semanas desde que todo ocurrió. Al día siguiente, después de aquella llamada que lo cambió todo, no quise salir de casa. No me sentía bien, todo estaba mal. Las explicaciones están demás para algo tan obvio como el término de nuestra relación, Sebastián. ¿Crees que no lo sabía? Eres tan inteligente, pero... ¿cómo pudiste ser tan tonto para decirme que esto estaba planeado esa noche que nos embriagamos? Fuiste un tonto, yo fui la estúpida que esperó este momento para estar pasándola como lo estoy ahora.

Sabíamos que esta relación se deterioraba y aún así no dábamos el paso para darla por concluida. Tan inteligentes como tontos. Eso fuimos, Sebastián. Lo que un día fueron tímidas miradas y sonrisas sinceras, ahora es un vacío extraño y culpabilidad.

No sólo te extraño a ti, sino un nosotros. Sin embargo, el porqué nunca lo sabré de eso estoy segura.

Atentamente, Sophia.

Un adiós no es suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora