Un adiós no es suficiente

Carta cuatro

Sebastián:

Me quedaré una semana aquí, en la playa donde nos conocimos. Algunos dirán "Qué masoquista, quedarte en el lugar donde se conocieron tu ex y tú". Rayos, qué extraño es pronunciar esas dos letras. Ex.

En un principio iba a quedarme tres días, pero esta playa me enamora. Sinceramente, me gustaría trabajar aquí con esta vista espectacular. Lamentablemente, no es posible. Aún así voy a disfrutar esta semana bien. ¿Te acuerdas de César, tu mejor amigo? Envidio su relación, en serio. ¿Piensas igual? No importa, sabes cómo soy. Teníamos carácteres fuertes, fuimos indiferentes a temas importantes para que la relación no caiga. Pero bueno, no todo se puede tener en esta vida como dicen.

Antes ayer, después de doblar la carta tres, llamé desde un teléfono público a César. No pude ni decirle un Hola, ¿qué tal? ¿Cómo va tu relación? Hace tiempo que no hablamos. No, sólo proseguí con mi llanto. Me inundó la tristeza, los recuerdos, tú. Él de inmediato se preocupó y sabía que necesitaba de alguien para decirle todo. Le pasó el teléfono a Celeste y le dije todo. Me la imaginaba asintiendo y sosteniendo mi mano, apretándola en momentos dolorosos.

Hoy, después de tres semanas, lloraba enérgicamente. Lloraba por ti. No me importaba lo que pensase las personas que me veían, sólo rompí a llorar y les dije a ambos dónde me encontraba. Los veré dentro de dos días, estoy ansiosa.

Atentamente, Sophia.