Carta once

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Sebas:

Culmina enero y recién me doy cuenta que en la carta anterior escribí Sebas en vez de Sebastián. Supongo que era la emoción de contarte sobre la boda.

Hoy saldré con Celeste de compras. No he salido a comprarme ropa desde hace un año, lo sé, una locura.
Ella me recogerá, aproximadamente, dentro de media hora. Algo me dice que no sólo iremos de compras... en fin, me peinaré y alistaré la billetera.

Más noche

Hola. Tenía razón, Celeste vino a hablarme de ti. ¿Qué ha pasado contigo? César no te ha hallado en tu casa, tus cosas están abandonadas y yo no se que pensar.

¿Es tu manera de olvidarte de mí? Otra pregunta sin respuesta.

Voy a ser sincera: aún dueles. Sacaré el vino que tengo guardado desde ya hace tiempo y tomaré. ¿Cuántas veces dije que esto es estúpido? Desde que terminó nuestra relación no he tomado, sólo he llorado, mis ojos se hincharon, tengo ojeras y un aspecto demacrado. Voy a tomar porque me hará sentir viva. Sí, me importa poco que se vea estúpido. Lo haré sólo por hoy, sola en casa.

Es mi manera de decirte que dueles. Santos cielos, ¡Dueles! Maldición.

Sophia.

Un adiós no es suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora