Le despertó una suave caricia en el cuello que, al estar aún medio adormilada no reconoció que podía ser. Poco a poco sintió como, manteniendo esa tenue caricia se movía por su mandíbula para acabar en su mejilla. Entonces, todavía con los ojos cerrados, se dio cuenta de que la aprisionaban unos fuertes brazos, y su cuerpo se estremeció al saber que esa caricia provenía de los labios del escritor, que aún le besaban de manera tierna, siguiendo un recorrido desde su pómulos hasta pararse en la comisura de sus labios, los cual no pudo evitar curvar en una sonrisa tonta, sin moverse un milímetro, pensando que si lo hacía esta sensación de felicidad plena se podía esfumar.
- Se que estás despierta. Le susurró el escritor rozando sus labios en su lóbulo de la oreja, haciendo que su cuerpo volviera a erizarse.
- Venga dormilona, es tarde. Volvió a hacer el mismo recorrido de besos, pero esta vez se inclinó sobre ella, que permanecía de lado con los ojos cerrados, y besó sus labios. Besos cortos, repetidamente, para pasar a dejar un par de mordiscos en su labio inferior que hicieron que por fin abriera los ojos.
- Buenos días preciosa. Dijo imitando la tonta y adormilada sonrisa de Kate.
- Buenos días. Dijo, pensando en lo increíble que era despertarse así, siendo los ojos más azules e hipnóticos lo primero que viera al abrir sus propios párpados.
- ¿Qué te apetece para desayunar? Dijo inclinándose de nuevo sobre la detective, que se colocó boca arriba, rozando su nariz con la suya.
- Café. Dijo haciendo un puchero, pues aún no podía tomarlo.
- Sabes que no puedes. Dijo sonriendo al ver lo adorable que era Kate enfurruñada. Pero te he comprado algo que espero que te guste.
- ¿Que me has comprado algo? ¿Cuándo? Preguntó extrañada, ya que no se habían separado casi para nada desde que estaba en el loft.
- He hecho un pedido por internet, ya que me faltaban unas cosillas y he aprovechado. Espero que te guste. Dijo levantándose de la cama y extendiendo una mano a Kate para ayudarla a levantarse a ella también.
- Necesito un par de minutos más en esta cama. Dijo cerrando los ojos de nuevo y estirándose como un gato, ocupando gran parte de la cama, como era ya costumbre. Cuando volvió a abrir los ojos vio a Rick mirándola a los pies de la cama riendo. ¿Qué? Le preguntó con el ceño fruncido.
- Cuando haces eso, estas completamente adorable.Dijo sonriendo. Pareces una gatita desperezándose.
- Creía que el "gatito" eras tú. Dijo riendo al ver el cambio de humor al escuchar ese apelativo tan odiado.
- Voy a preparar el desayuno. Dijo dándose la vuelta y saliendo de la habitación aparentemente serio.
- Oh venga, Castle. No te enfades. Sólo era una broma. Gritó la detective desde la cama.
Se levantó y después de pasar por el baño se dirigió a la cocina, donde se encontraba el escritor como había dicho, haciendo el desayuno. Ella pasó de largo la barra de desayuno y se fue directamente hacia al escritor.
- ¿Te has enfadado? Dijo abrazando su espalda.
- No me gusta que me llamen así, y lo sabes. Dijo sin girarse, intentando no reírse, ya que no estaba enfadado.

ESTÁS LEYENDO
El Comienzo
FanfictionKate Beckett. Richard Castle. Un disparo. Una declaración de amor. Lo que habría pasado si Kate no fingiese la amnesia.