Se despertó con la sensación más maravillosa del mundo. Le dolía la herida del pecho y un poco la del costado pero envuelta en el calor del cuerpo de su escritor nada le podía quitar la sonrisa tonta de la cara. Estaba en la gloria y aunque no tenía ni rastro de sueño se quedó en esa posición un par de horas. Sin saber que hora era, tampoco le importaba, se sumergió aún más en ese abrazo haciendo que Rick con el movimiento se despertarse.
Mmmmm. Gruñó adormilado mientras apretaba más el cuerpo de la detective contra el suyo.
Buenos días a ti también. Le contestó divertida. Afloja que no respiro.
Perdón. Dijo soltándola, así ella se puso boca arriba. ¿Te he hecho daño?
No, tranquilo. Sonrió más si cabe cuando el escritor se incorporó completamente despeinado, y ella le paso una mano por el flequillo peinándoselo.
Buenos días. Dijo sonriendo mientras se inclinaba a besar sus labios.
Se besaron lento y sin prisas, y más importante, sin público. Se saborearon como llevaban tiempo deseando mientras Kate metía una mano en el pelo del escritor y con la otra le acariciaba el cuello y la mandíbula, en la cual crecía una incipiente barba, mientras él se mantenía sobre ella sujetándose con un brazo y con la mano libre recorría el costado de su amada musa. Cuando se quedaron sin aire se separaron y se miraron a los ojos sonriendo, los cuales brillaban notablemente.
Te quiero. Le susurró el escritor manteniendo la mirada. Ella de atrajo hacia un nuevo beso que duro mucho menos y al separarse le dijo.
Yo también te quiero.
Me moría por besarte así, con tiempo y tranquilidad.
Y yo. Rio empujando a Rick para que se recostara sobre su espalda.
Se inclinó para besarle de nuevo, pero esta vez besos cortos desde la boca, por el mentón, la mandíbula, el cuello y acabar en su pecho, donde apoyó la cabeza y se abrazo a él.
Me pasaría la vida así. Dijo mimosa apretando el abrazo.
No hay necesidad de levantarnos de la cama. Dijo cerrando los ojos, y entonces oyó un rugido que procedía del estómago de Kate. Tal necesitemos provisiones. Rio. Espérame aquí. Dijo besando su frente.
No. Protestó al notar que Rick se intentaba levantar. Quédate un ratito más.
Ahora mismo vengo, voy a por algo de desayunar. Dijo saliendo de la cama y mirando el reloj. O de comer, es casi la una.
Se agachó para besarla de nuevo y se dirigió a la puerta y desde ahí la observó revolviéndose entre las sábanas con una mueca de enfado que tardó poco en convertir en una tímida sonrisa al verle observándola hipnotizado.
¿Qué? Le dijo sonriendo viendo que no se iba.
Te quiero. Y desapareció por la puerta, dejando a una Kate muy sonriente que se tumbó estirándose ocupando toda la cama.
Mientras pensaba en lo afortunada que se sentía en este momento vio llegar a Rick con una bandeja llena de comida que acomodó en la mesita de noche más cercana y se sentó en el borde de la cama. Le acarició la mejilla y le dejó un beso en la punta de la nariz.
ESTÁS LEYENDO
El Comienzo
Fiksi PenggemarKate Beckett. Richard Castle. Un disparo. Una declaración de amor. Lo que habría pasado si Kate no fingiese la amnesia.