Capítulo 10: Ruleta Rusa

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Abrí los ojos perezosamente para encontrarme con que ya había amanecido, un rayo de luz se colaba por la ventana e iba a dar justo en mi rostro... ¡Vaya forma de empezar el día!, froté mis párpados para enfocar bien la visión, pero mi mente fue aún más rápida y trajo consigo todo lo había vivido las últimas 24 horas. Me incorporé de inmediato para encontrarme en una cómoda cama en la que ya había estado anteriormente... Sí, él me había traído nuevamente, era seguro. Me dirigí a la puerta y le di vuelta al pomo con la esperanza de que algo hubiese cambiado entre nosotros, pero estaba asegurada al igual que él. Enojada golpeé fuertemente la puerta hasta sentir una corriente eléctrica recorrer mi brazo derecho. Segundos después grandes zancadas se acercaban temerarias, pero esta vez yo no iba a retroceder, algo me decía que lo de anoche no había sido un sueño y estaba por comprobarlo.

- He sido más que condescendiente contigo, sino quieres que utilice la violencia será mejor que te tranquilices – dijo una vez la puerta estuvo abierta. Yo en cambio no respondí nada y le miré retadora en todo momento - ¿Acaso me has escuchado?, no estoy jugando – amenazó. Él parecía de mal humor así que pronto perdería la paciencia – Crees que no me atre...

- ¿Cómo sigue tu brazo? – solté sin más acercándome a él, podía leer confusión en su mirada.

- No te importa – ahora el retrocedía y yo ganaba terreno.

- ¿Ya limpiaste la herida y cambiaste la gaza? – volví a acortar las distancias - ¿O estas esperando que lo haga por ti? – coloqué ambas manos sobre la tela que recubría la cortada – No tengo ningún problema con eso.

- ¿Qué intentas hacer? – ahora él parecía haber recuperado todo su autocontrol y yo haber perdido mi seguridad, pues cualquiera lo haría..., perderse en sus ojos era una sentencia a muerte – El desayuno estará listo pronto, aunque debería dejarte sin comer por este atrevimiento – tomó mis hombros y me empujó dentro de la habitación cerrando la puerta al instante – Alístate antes que me arrepienta... - y así desaparecieron sus pasos por el pasillo.

Cuando estuve lista llamé a la puerta para salir a desayunar, no tenía ganas, pero mi mente llevaba a cabo la simulación de un plan que quería poner a prueba al menos para asegurar que la transacción no se había llevado a cabo. Mientras comía recibió una llamada que le obligó abandonar la sala, y como el gato tiene 9 vidas, que importaba que la curiosidad matase una de ellas. Me escabullí silenciosa por el pasillo, el murmullo de su voz provenía de la habitación que utilizaba con depósito, la puerta medio abierta dejaba escapar sonidos inentendibles de su voz. Un escalofrío recorrió mis espaldas al ver lo que él consideraba como "depósito", podía distinguir claramente un mapa de Konoha con los rostros de las chicas secuestradas clavados en puntos donde quizás habían programado su secuestro, pero mi desesperación fue en aumento y el temblor de mis piernas igual cuando no podía ver mi rostro en aquel mapa. Eso quería decir que mi secuestro aún no se había efectuado y que acababa de descubrir algo que ellos no sabían que conocía.

- Sólo espero la orden – dijo a su receptor en la línea – Pronto... - mi corazón se había hundido hasta mi estómago, era evidente que hablaban de mí. Hizo amagos de levantarse y yo tuve que retirarme lo más rápido y silenciosamente posible.

Una vez en la mesa ya la comida no me sabía igual, tenía un nudo en el estómago que no dejaba que esta pasara. Cuando entró a la sala nuevamente mi espalda estaba erguida y tensa.

- ¿Aún no has terminado?, ¿crees que tengo todo el día? – suspiró fastidiado – Vamos, termínate eso.

- Creo que no me siento muy bien – espeté – Me retiraré luego de fregar los platos – él por su lado frunció la mirada.

Soy Un Fracaso, SenseiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora