Suspiro con pesadez, doy una palmadita en la cabeza de Chease y miro a Finnick a los ojos.
—Soy la única Storm que queda en el Distrito 12 —digo—. Mi madre murió cuando nací y mi padre lo hizo tiempo después por enfermedad, mi hermano mayor y yo nos quedamos solos. Afortunadamente, varios amigos de mi padre y compañeros de trabajo nos apoyaron para seguir adelante. Pero en la Veta no todo es tan fácil, es el lugar donde viven los mineros y sus familias, la mayoría son familias grandes y poca comida —recorro las orejas de Chease una a la otra acariciándolas mientras hablo—. Haymitch conocía a mi padre, era él único amigo que le quedaba en el distrito, y cuando se enteró de que había fallecido, inmediatamente comenzó a darnos dinero para subsistir, Cleant se negó al principio pero Haymitch lo convenció de que lo necesitaríamos y realmente fue una buena ayuda.
Hago una pausa. Finnick guarda silencio mirándome sin dejar de prestar atención.
—Continúa —me anima.
—Uno de los amigos de mi padre me enseñó muchas cosas que me fueron de utilidad; el señor Everdeen —sonrío—. Con él me fui formando como ahora, me contagio su voluntad y deseo de ayudar a los demás. Me hice amiga de su hija, aunque era más pequeña —un nudo se forma en mi garganta, Finnick me sonríe cálidamente y me toma de la mano para apretarla con suavidad pero la retira en cuanto Chease gruñe.
—Pasaron las años, mi vida era estable y feliz —sigo—. Pero... hace un año, hubo una explosión en las minas del distrito, había mineros en turno en ese momento, no sobrevivieron. Todos murieron, y entre ellos estaba el señor Everdeen... y mi hermano, Cleant —cierro los ojos dejando caer las lágrimas de nuevo—. Me quede sola de nuevo, con Chease. —lucho para que no se me quiebre la voz—. Como aún era menor, me enviarían al orfanato, pero Haymitch intervino, se ofreció para quedar como mi tutor y responsable, entonces me mude con él. Él me dijo que vería por mi, pues se lo debía a mi padre, ya que él lo había ayudado cuando se quedó solo. Desde ese momento vivo con él y lo ayudo en todo lo que puedo, tengo una buena relación con él, le he tomado cariño y creo que él a mi también. Me aceptó en su casa con varias cosas de mi anterior hogar y mi perro. Prácticamente, es lo más cercano a una familia que tengo en el doce, al igual que con las Everdeen y los Harthwrone.Sonrío al recordar a Katniss y Gale en el bosque.
—Son más como una segunda familia. Pero fuera de eso, mi familia es Chease, él es más que un perro o una mascota, es mi amigo y compañero. Es lo único que me queda como recuerdo de mi padre y mi hermano.
—Entonces ¿A eso te referías con que sólo te faltaba salir en la Cosecha? —pregunta.
—Exacto —sonrío amargamente bajando la mirada—. Lo único que me faltaba para completar mi trágica historia, era salir en la Cosecha y tener que morir en la arena, muchas personas de la Veta y mi distrito pensaban lo mismo, lo vi en sus miradas. Todos piensan que la dueña del Can de la Veta nació bajo una mala estrella.Nuevamente extiende la mano y toma la mía con suavidad.
—Yo no creo que hayas nacido bajo una mala estrella —dice con dulzura.
Alzo la vista hacia él.
—Si claro.
—Hablo enserio, sabes, no creo que tengas mala suerte.
Lleva su mano a mi rostro y limpia las lágrimas que resbalan por mi mejilla con suavidad.
—Está claro que la vida te ha puesto varios obstáculos, pero en lugar de derrumbarte, con lo que me has contado, me doy cuenta de que te formaste como una buena persona. Y no sabes como lamento que tengas que ir a la arena, me gustaría poder hacer algo para impedirlo —lo último lo dice con tristeza.
—Bueno ya no importa ahora —desvio la mirada. Sus manos sujetan mi rostro y me obliga mirarlo.
—No te des por vencida Riley Storm —pide—. Confío en que lograrás salir de ahí.
—Lamento desilusionarte Finnick —digo apartando sus manos—. Pero no creo que sea capaz de hacerlo.
Ríe.
—Creo que no te has dado cuenta, pero, has causado una buena impresión. Tu y tú can han encantado a la gente del Capitolio.
—No quiero que Chease se involucre más en esto.
—En todo caso, sabes manejar bien las armas —entonces su sonrisa se amplia y comenta con burla—. Además, mis tributos me han dicho que te gusta el tridente —sonríe pícaramente—. Yo podría darte algunos consejos —dice con voz seductora mientras guiña un ojo. Me rio, por primera vez Finnick Odair me hace reír con sus palabras, borrando todo rastro de pesar con eso.
—No gracias —respondo—. Los tridentes no son mi arma.
—Vaya que mal —responde sin borrar su sonrisa—. Pudimos habernos entendido. Eso me recuerda —se detiene unos segundos—. Se supone que debo estar molesto contigo.
—¿Ah sí? —enarco una ceja—. ¿Y por qué?
—No creo que imitarme, sea lo mismo que imitar a un payaso —reprocha haciéndose el ofendido—. No creo tener la nariz tan grande y roja.
Vuelvo a reír ampliamente.
—Eso es, así te ves mejor, sonriente y feliz —dice.
Chease ladra moviendo la cola diciendo que está de acuerdo con sus palabras.

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Tributo del Distrito 12
FanfictionGanar los Juegos del Hambre, obtener riquezas y empezar una nueva vida, rodeada de fama y fortuna. Así es como los habitantes del Capitolio ven a sus vencedores. Pero todo aquel que se vuelve uno, sabe que realmente no lo es. No son vencedores, sino...