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La brisa fresca de la mañana remueve suavemente el pasto de la pradera, dando la sensación de que es agua. Los primeros rayos de sol, comienzan a tocar las copas de los árboles, mostrando pequeños destellos a causa del rocío en las hojas. Chease descansa a mi lado, recostado sobre la suave manta de hojas en el suelo, moviendo las orejas de vez en cuando a pesar de estar dormitando, mostrando que esta alerta a cualquier cosa.

No pude dormir bien durante la noche, hoy es el día de la Cosecha y la razón de mi insomnio. Normalmente no me sucede esto, durante los días previos, suelo estar incómoda pero no nerviosa. Está vez, la sensación de que algo malo pasara me oprime el pecho. Es por ello que salí de casa de Haymitch más temprano de lo habitual, el crepúsculo apenas comenzaba y le daba un toque artístico a la Aldea de los Vencedores. Merodeé un buen rato, cazando con la suave luz del crepúsculo y conseguí un par de conejos y unas cuantas bayas. Ahora, sentada sobre una roca, mirando de frente al lago, pienso en que podría salir mal hoy para que me sienta de esta manera. Hay varias opciones. Gale puede salir en la cosecha. Yo también, aunque es mi última Cosecha. Los hijos de varios mineros amigos de mi padre y hermano que conozco de cerca.

Doy un sonoro suspiro y me levanto cargando el arco para continuar con la caza de hoy. Chease se levanta también, sacudiendo su cuerpo para deshacerse de las hojas que se pegaron a su pelaje, da un bostezo y se rasca el cuello con la pata trasera antes de mirarme para decirme que está listo. Le sonrió ampliamente mientras me acerco y acarició suavemente entre sus orejas.
—Vamos Chease, debemos llevar esto a las Everdeen.
Sin más, continuó andando en el bosque hasta que el sol lo baña completamente. Para esa hora, consigo otro conejo y una par de ardillas, más bayas y unas cuantas manzanas de un árbol que he encontrado más adentro.

Despellejó las presas y las guardo en el saco, acomodo las demás cosas en la mochila que he dejado cerca de un árbol y escondo de nuevo el arco y las flechas. Ya lista, encamino hacia la alambrada, me deslizo por debajo de la zona donde no está electrificada y regreso de nuevo al territorio del Distrito. Chease camina junto a mi dando pequeños saltitos mientras juguetea con una mariposa. Las personas han comenzado sus actividades diarias, pues mientras me acerco a la Veta, puedo ver el humo salir de varias chimeneas. Me detengo frente a la casa de Katniss y la rodeo, recojo un par de piedritas y las lanzó a la ventana. Minutos después, una somnolienta Katniss aparece y desaparece. La puerta trasera se abre y ella me invita a pasar. Es muy temprano, la señora Everdeen y Prim siguen dormidas.

—¿Por qué tan temprano? —dice Katniss mientras se talla uno de sus ojos con el dorso de la mano.
—Buenos días para ti también —le respondo con una sonrisa. Ella me la devuelve—. He traído algo para ustedes.
Pongo la bolsa sobre la mesa y saco dos de los conejos. Coloco seis manzanas y un puñado de bayas también.
—¡Vaya! Has estado ocupada —dice mientras se acerca y toma una una manzana entre sus manos—. A Prim le encantará.
—Lo sé.
—¿Todo bien Riley? —su mirada me da a entender que sabe que algo me pasa.
—Por supuesto Kat, todo bien —trato de sonreír. Me examina fijamente, pero al final asiente no muy convencida.
—Bien, debo irme, le llevaré algo también a Gale —digo colgándome la mochila al hombro.
—Nos vemos más tarde Ray —dice mientras bosteza.
Salgo cerrando la puerta con suavidad. Chease se levanta y camina conmigo hasta la casa de los Hawthrone. Toco la puerta trasera con suavidad y unos segundos después Gale aparece, por como esta vestido deduzco que pensaba salir de caza también.
—Buenos días Gale —saludo esbozando una media sonrisa.
—Hola Riley, pasa.
Limpio mis pies antes de entrar, Chease se escurre sin invitación y se sienta a un costado de la puerta mirándonos a ambos.
—Hola a ti también Chease —sonrie.
Se escuchan pasos en la habitación contigua, Hazelle, la madre de Gale entra a la cocina.
—Hola Riley, buenos días —saluda con una sonrisa.
—Buenos días Hazelle.
—¿Vas de paseo? —me pregunta Gale alzando ambas cejas. Lo dice en código, pues realmente me pregunta si iré de caza.
—No ya he terminado, sólo pase a dejarles algo —alcé la bolsa y saqué el conejo restante y una ardilla, el resto de bayas y manzanas.
—¡Oh Riley! —exclama Hazelle—. No debiste.
—Bueno, digamos que no tenía nada más que hacer en la mañana —me enojo de hombros—. Ya he pasado por casa de Katniss.
Gale me observa seriamente, parece que él también sospecha algo. Sonrió levemente tratando de tranquilizarlo y hacerle saber que estoy bien.
—Debo irme ya, alguien tiene que levantar a Haymitch —digo mientras acomodo las cosas.
—Nos veremos para la cena —me indica Hazelle.
—Por supuesto —giro y despeino un poco al pequeño Gale—. Adiós Gale.

Tributo del Distrito 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora