Capítulo 10

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A estás horas todavía estamos en navidades así que felicidades y que disfrutéis del regalo :D

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CAPÍTULO 10.

Samuel Baizen

Paso de forma desinteresada los trajes que dispone la página de la tienda que estoy mirando. Debido a lo apresurado de mi decisión de ir a la boda el tiempo se me está echando encima. Algo que una parte de mi agradece ya que me evita pensar en todo lo que le confesé a Natalie hace dos días. Mi vida amorosa, corta, pero dura y todos los hechos que la hicieron fracasar... Con Catrina no tuve problemas pero Gerard me costó, hecho que está comenzando a enfurecerme.

Y es que soy un desastre, en definitiva, ¿como pretendo empezar una relación amorosa con Natalie cuando una parte de mí sigue añorando un pasado que debería hacer parte del olvido?

No echo de menos a Gerard, bueno, sí, pero estoy casi seguro de que hace tiempo que no siento, ni volveré a sentir nada por él. Es otra cosa, algo de lo que ya era consciente en el momento que cortamos, él y yo empezamos siendo amigos, ayudándonos el uno al otro de forma automática. Asociándonos para triunfar y, o, hacer triunfar a nuestros amigos en el instituto. Y cuando cortamos también se rompió eso.

Y me temo que esa parte sí que fue mi culpa.

Bufo, pasando un traje granate oscuro, me gusta pero no para ese evento, aparte con mi color de pelo será demasiado. Me estoy arrepintiendo de negar el ofrecimiento de Michael, pero es que está tan ocupado con el caso de su hermana...

Sacudo la cabeza y sin pensar busco otra tienda, una que me recomendó Victoria, no sé cómo la conoce ya que es demasiado obvio que ella es una mujer, luego recuerdo que en el pasado, antes de terminar en el psiquiátrico iba a ser prometida. Lo sería de no ser por aquel accidente que terminó con la vida de su novio, es curioso como un simple revés de la vida puede terminar con lo que podría ser tu día más esperado, y sin que tu siquiera lo sepas.

Estoy observando un traje azul oscuro que me podría servir cuando mi móvil suena, me giro sobre la cama para cazarlo con la mano. El nombre de Michael parpadea en la pantalla, frunzo el ceño antes de responder. Creía que estaría ilocalizable hasta la noche.

–¿Ocurre algo Michael? Creía que estarías con tu hermana hasta la noche. –Digo con curiosidad.

–Y lo estaré. –Contesta. –Pero tenía que entregar algo al laboratorio, es la muestra de sangre de la niña que le presentaron a mi hermana, necesitamos ver si coinciden. Pero se me olvidó en casa y ahora no puedo ir a buscarla.

–Ya veo. –Suspiro casi riendo. En momentos de estrés mi amigo es un olvidadizo. –¿Dónde la dejaste?

–El sobre marrón de la encimera de la cocina. En el reverso está la dirección del laboratorio. Podría mandarselo por correo pero.... –Se queda callado de repente y yo aprovecho para apagar el ordenador, guardando el traje, para encargarlo en cuanto vuelva. –Llegaría más tarde. –Contesta, sí, no creo que tarde mucho si cojo el coche, es lo que constato al leer la dirección.

Me vuelvo a reír.

–Tu y tus prisas. –Comento, la protesta de Michael me hace reír de nuevo.

–¡Eih! ¿Me vas a ayudar o te vas a burlar? Será solo un segundo, luego podrás volver a lo que sea que estés haciendo.–Dice mientras cojo el sobre y lo guardo en mi chaqueta, sonriendo. Será un paseo, algo que tal vez necesite más de lo que creo. Como siga dándole vueltas al tema de mi primer amor terminaré echando por tierra todo lo que he progresado con Natalie el día anterior.

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