D I E C I O C H O

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Maraton 2/2

" Es bueno oír consejos cuando tu cabeza está repleta, siempre habrá alguien que nos ayude a ver el camino. "

Aby

Mire a Yazmín quién tenía una leve sonrisa reconfortante, sus palabras tenían razón, no importaba cuantas veces renegaba con mi cuerpo, con él es con quien conviviría el resto de mi vida.

—Es difícil quererse cuando eres la causó la separación de sus padres. —Hablé con desgana. —Si no me hubiese enfermado tal vez ellos no se hubiesen separado.

—Aby, tu no separaste a tus padres, no debes sentir culpa por que nadie puedo predecir lo que te sucedió. Todos estamos en peligro de enfermarnos. ¿Niall no te ha dicho de su rodilla? —Yo negué levemente — él tiene problemas en la rodilla, su sueño siempre fue poder ser un gran jugador de fútbol, pero su rodilla se lo impidió, aunque eso no detuvo su vida. Míralo ahora, es feliz ayudando a la gente con el ejercicio. Además de que adora pasar tiempo con niños. —me tomo del mentón y me hizo mirarla. —No dejes que las enfermedades te hagan sentir mal Aby, no detendrán tu vida, tal vez te cierren algunos pequeños caminos, pero eso no debe detener tu vida. Todos tenemos piedras en nuestros caminos, tan solo debemos sacarlas para seguir adelante.

— ¿Crees...? ¿Crees que alguien me quiera? Estoy rota y soy...

—Eres muy hermosa y por supuesto que alguien te amará. Tal vez alguien ya lo hace y tú no te des cuenta. Mira allí. —apunto a una pareja de una chica como yo, rellenita, tomada de la mano de un joven que la miraba de una manera muy especial. —Lo vez Aby, todos recibimos amor, porque el amor es ciego ante los cuerpos, busca el alma, busca lo que tenemos dentro. Por fuera, todos somos envoltorios. —Yo suspiré.

No pude evitarlo, lo necesitaba, necesitaba sentirme reconfortada. Me Lance a sus brazos y ella me correspondió, no pude evitar sollozar.

—Tranquila hermosa, todo estará bien. —Me hizo mirarla a los ojos y seco mis lágrimas.

—Gracias... Por escucharme y aconsejarme. —ella sonrió y me miró con una gran sonrisa.

—Tienes mucho por qué vivir Aby, sé que lograrás romper aquellas barreras que tú misma te pones y lograrás amarte. —yo sonreí levemente.

Una parte de mi quería creer en sus palabras, asimilaba todo aquello que debía cambiar. Pero por otro lado aún estaba aquella inseguridad, aquella oscuridad que consumía mi propio corazón, era difícil, pero era una lucha que debía aceptar.

— ¿Quieres ir a buscar a Taylor? Debe estar muy preocupada. —yo asentí levemente y ambas nos levantamos del banco.

Comenzamos a caminar en silencio hasta que vimos a Taylor con Niall y mi padre.

— ¡ABY! —tanto mi padre como Taylor me miraron con alivio. Me acerque a Taylor y la miré avergonzada, ella se lanzó sobre mí y me abrazo. —Aby perdóname, en verdad lo siento, por favor...

—No Taylor, yo soy quien debe pedir perdón. —mi voz se quebró y las lágrimas no tardaron en salir. —Lo siento, tu solo querías ayudarme y yo... Lo arruine. —ella me miró con una sonrisa cubierta por sus propias lágrimas.

—Siempre te ayudaré Aby, te prometo que todo pasará. Debemos ayudarnos. —tomó mi mano y la junto a la suya. —somos hermanastras y siempre estaremos la una para la otra. —yo sonreí y volví a abrazarla.

—Lamento lo de tu celular. —Me disculpe —no es tu culpa que yo me odie, nadie tiene la culpa. —Hablé avergonzada de mi misma. Ella sonrió y acaricio mi mejilla secando mis lágrimas.

Teenage Problems © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora