Capítulo 25

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A veces las cosas no ocurren por algún motivo, a veces las cosas pasan así sin más, sin ninguna explicación. A veces tampoco existe el karma, ni la religión ni la fe. A veces solo ocurre.

Un fuerte olor a agua oxigenada me llenó. Arrugué la nariz para apagar ese fuerte aroma, arrepintiéndome a los segundos ya que aquel gesto había hecho que me diese un enorme dolor de cabeza.

Los ojos me pesaban, una luz blanca me quemaba la cara, que era la única parte de mi cuerpo que no estaba cubierta por las sábanas. Poco a poco fui despegando los ojos.

Las paredes blancas, las mantas, las cortinas, las máquinas médicas, los informes, los medicamentos. No estaba en mi habitación ni en ningún otro sitio en el que había estado antes.

Un apretón en mi mano izquierda me hizo girar la cabeza para encontrarme con Luke.

"Buenos días." Me dijo con una pequeña sonrisa.

"Bue- Buenos días. ¿Por qué estoy aquí? Me va a estallar la cabeza."

"Por eso mismo." Dijo. Empecé a darle vueltas. ¿Qué había pasado? El día anterior había sido el cumpleaños de Paula. Fuimos a su casa, a celebrarlo. Pero ya no me acordaba de nada más.

De nada más....

Comencé a recordar la fiesta, y cuando fuimos Michael, Luke y yo en busca de Paula. También me pareció recordar algo... algo extraño.

"¿Paula está bien?" Le pregunté.

"Estoy seguro de que sí. Ahora mejor que nunca." Sonreí. Por lo menos sabía que ella estaba bien. Luke me miró con gesto preocupado. "¿Danielle? Sé que te has desmayado y todo eso, pero supuse que cuando te lo dijese reaccionarías de otra forma." Arrugué la frente, no sabía de qué me estaba hablando. Me daba la sensación de que había estado durmiendo por años y ahora Luke me estaba contando todo lo que había pasado mientras yo estaba ausente.

"No entiendo." Dije.

"Paula está muerta, Danielle." Luke habló en un susurro. Entonces el aire me volvió a fallar, mi estómago daba tumbos y se retorcía causándome náuseas. El cuerpo me tiritaba bruscamente y no podía controlar mi respiración. Luke se subió a la camilla y me posicionó para poder apoyar mi cara en su pecho. "Vamos, desahógate todo lo que puedas. Estoy aquí. Tranquila."

"No- No. Luke yo- yo. No." Le apreté contra mi cuerpo y él hizo lo mismo. Los dos estábamos llorando, abrazados el uno al otro, como intentando recuperarla, intentando hacerla aparecer de alguna forma en esa habitación de hospital.

"Quiero que me escuches." Un Luke con los ojos y la cara colorada de haber estado llorando me cogió de las mejillas y acercó mi rostro al suyo. "No voy a dejar que esto se repita. Te lo juro. A partir de ahora me vas a tener pegado a tu culo las veinticuatro horas del maldito día." Intenté reírme pero terminé llorando aún más. Luke cogió una fuerte bocanada de aire, conteniendo las lágrimas. Depositó un beso en mi frente y volvimos a la misma posición de antes. "La voy a echar muchísimo de menos. Si pudiese echar el tiempo atrás y haber corrido un poco más yo..."

"Ya está hecho. Ya no sirve nada. Se ha ido y no va a volver." Le interrumpí, sabía que le había contestado mal y que él no tenía la culpa, pero no podía controlar la situación. Sentí que el mundo se me echaba encima, supe que en ese momento no existía nadie que estuviese pasando algo peor que yo. Entonces la imagen de una persona se me vino a la cabeza. "¿Y Michael?" Luke suspiró y comenzó a peinarme mientras hablaba.

"Le dió un ataque de ansiedad, os trajeron a los tres aquí." Le pedí que me contase cómo había pasado todo, porque prácticamente no me acordaba de nada. "El coche de este anciano se echó encima de ella, el señor sobrevivó, solamente se rompió unos cuantos huesos. Justo cuando se produjo el impacto, miré hacia donde estábais Michael y tú. Los dos gritásteis tanto que todo el mundo se asustó. Entonces vi que te pusiste de rodillas en el suelo y sabía que necesitabas ayuda, fui corriendo y te cogí antes de que te cayeses al suelo. Tenías los ojos cerrados y susurraste algo... algo como "Yo también te quiero." o así. Michael fue corriendo hacia el coche y le empezó a soltar puñetazos y a maldecir a todo el mundo. Calum y otros chavales apartaron el coche y Michael se lanzó al cuerpo de Paula. Estuvo agarrándola hasta que vino la ambulancia. No paraba de decirle que la quería, que era la chica más guapa que existía y que algún día cumpliría todas las promesas que le hizo." Cogió aire y me dió un beso en la palma de la mano antes de seguir hablando. "Subimos Michael, Paula, tú y yo en la ambulancia y nos trajeron aquí. A cada uno os llevaron a sitios diferentes y yo preferí acompañarte a ti, pero después de asegurarme de que solo te habías desmayado, fui a ver cómo estaban Mike y Paula. Cuando llegué a la sala de Paula, una enfermera nos dijo a Michael y a mí que ella había muerto. El impacto la había dejado sin un solo hueso en buen estado, además entró en coma pero no resistió más de dos minutos justo después del accidente. A Mike le volvieron a ingresar por el ataque de ansiedad y de pánico. Está en una habitación de la planta de abajo, tiene las manos envueltas en vendas." Luke siguió jugando con mi mano y de vez en cuando dejando besos en mi piel. "Casi se me olvida decírtelo, llevas durmiendo casi dos días. Aunque conociéndote, tampoco es que me extrañe mucho." Me reí y él me sonrió.

"¿Mi madre lo sabe?" Le pregunté.

"Oh, sí. Vino justo el mismo día por la mañana, le conté lo mismo que a ti y luego se fue, me dijo que la llamase en cuanto despertases." Asentí. "Danielle, no sé si es el momento adecuado para preguntártelo pero... Cuando estábamos en la fiesta, antes de perder a Paula de vista, ella iba borracha y me dijo: "Danielle es una cobarde. Se piensa que si te cuenta todo, tú saldrás echando leches y la olvidarás. La muy imbécil aún no se cree que puedes llegar a estar enamorado de verdad"."

Miré a Luke, él estaba entre divertido y ausente, como si estuviese pensando en el tema pero a la vez le diese nostalgia y no se lo tomase a pecho. Paula me había insultado desde el lado del cariño, además iba bebida y hablaría demasiado.

Por lo menos no se lo contó.

"Pero le he estado dando vueltas, y no entiendo por qué me dijo eso. Quiero decir, ¿qué me tienes que contar?" Él no me estaba hablando de forma borde, lo contaba de manera tranquila mientras continuaba jugando con mis dedos.

¿Era el momento de contárselo? Por una parte sabía que lo era, pero por otra no. No aquí ni ahora.

"Realmente nada. Se le habría ido la cabeza." Luke asintió y apoyó su cabeza en lo alto de la mía.

"Sabes que te quiero, más que a nada. No tienes que dudarlo, porque yo no lo hago. Te quiero, y estoy enamorado de ti."

-

Entré por la puerta de mi casa, me acababan de dar el alta y mi madre había ido a recogerme al hospital. También fue Liz, la madre de Luke, a verme.

Quedé con Elena para hablar esa tarde.

Subí a mi habitación y encendí el ordenador, mientras tanto me di una ducha y me cambié de ropa.

"¿Elena?" Le hablé a la pantalla.

"Hola." Ella acababa de conectarse a Skype, las dos estábamos en nuestras respectivas habitaciones. "¿Qué tal?"

"No estoy bien del todo." Le dije. Elena apretó la boca, intentando contener las emociones que ambas teníamos recientes.

"Era como nuestra hermana. Preferiría haber muerto yo antes que ella."

"Elena, no quiero hablar ahora de eso. No llego a asimilarlo, parece irreal."

"Lo parece." Dijo ella. Estuvimos calladas durante un momento. "No creo que vaya mañana a clase. Hoy tampoco he ido así que supongo que me quedaré aquí."

"Yo tampoco voy a ir, quiero ir a su casa a recoger algunas cosas, ¿vendrías conmigo?"

"Claro." Contestó. "Podríamos ir todos, despedirnos de ella de buena forma." Asentí.

La gente suele decir que cuando alguien muere, realmente no muere, porque sigue con nosotros en nuestros recuerdos. Yo sabía que eso era mentira. Cuando una persona muere, se le apagan los órganos vitales, ya no puede pensar, ya no puede sentir, no se puede mover, absolutamente nada.

Porque las personas no tenemos "alma" ni nada parecido, somos eso, física.

Amnesia || l.h (Temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora