Capítulo 30

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El verano se pasó volando. No quise hacerme consciente de que había acabado y que volvía a la rutina una vez más.

Habían sido dos meses de visitar lugares desconocidos, pasar tiempo con mi familia, leer libros que llevaba tiempo reservando, conocer a gente nueva y sobretodo estar con la gente que ya conocía.

Los chicos fueron a visitarme un par de veces, fue realmente incómodo tener que hacer como si Luke y yo fuésemos amigos delante de mi familia, pero no cambiaría todos esos recuerdos por nada del mundo.

También tuve tiempo para estar sola. Pensé mucho en Paula, la echaba muchísimo de menos. Cuando se lo conté a mi abuela, en seguida organizó un evento en la iglesia del pueblo a la que acudieron todas las señoras de sesenta años. Me obligaron a dar un discurso y fue horrible, en parte porque yo era atea, vamos que no creía en ninguna religión y estaba en el altar al lado de una estatua de la Virgen María que me observaba de reojo, y por otro lado porque nunca llegué a creerme que Paula se había ido.

Michael me contó que todo le recordaba a ella, no podía estar encerrado en su habitación porque se acordaba de cuando veían películas en la cama, tampoco podía salir a dar un paseo porque se pensaba que podría encontrársela en cualquier lado y ese pensamiento le mataba al recordar que ella ya no estaba.

Despegué las sábanas de mis piernas y alargué un bostezo mientras estiraba los brazos. Me miré al espejo cuando ya llevaba el uniforme puesto e hice un gesto de asco antes de salir en dirección al primer día de instituto.

Recordé el primer día del curso anterior, uno de los peores días mi vida: horrible. Sonreí al entrar por la puerta de mi clase, seguíamos siendo los mismos del año anterior, excepto algunos que habían entrado nuevos. Calum fue el primero en verme, dió un gritito y me abrazó levantándome del suelo.

''¡Michael! ¡Socorro, el chino me quiere matar!'' Mike aplaudió mientras reía y me abrazó cuando Calum ya me había soltado.

''Punto uno: no soy chino. Punto dos: yo solo te quiero matar de amor. Punto tre-''

''Un momento, un momento. El único que puede matar a Danielle de amor soy yo.'' Me giré en dirección a la voz que provenía de mis espaldas. Luke apoyó un brazo por encima de mis hombros y dejó un beso en mi mejilla.

''Tenéis que explicarme cómo os ponéis tan morenos. Soy un puto copo de nieve a vuestro lado.'' Michael estiró un brazo al lado del mío, mostrando la diferencia de colores. El profesor entró por la puerta, haciéndonos sentarnos a todos. Sacó la lista de la clase y fue nombrando uno a uno a todos los alumnos, indicándonos nuestros pupitres.

''Danielle Cobrain, tú te sientas detrás de Michael Clifford.'' Hice lo que me dijo y choqué los cinco con Mike, de repente tuve un déjà vu.

La profesora intentó colocar a cada uno en su pupitre lo más rápido posible, quedaba media hora para el patio y aún no estaba nada organizado. Paloma Denise, Felicity Dameron, Carles Felix, Gema German, Luke Hemmings, Calum Hood, Sabr...

Un momento, no no no, esto no me puede estar pasando a mi.

En cuanto nombraron al tal Luke Hemmings, pasó sonriendo por el pasillo y le chocó la mano a Clifford, que le hizo una seña con la cabeza, indicándole algo de detrás, ese algo era yo. En un gesto rápido Luke se mordió el labio y levantó las cejas para mirarme y reírse. Le soltó la mano a Clifford y se peinó el tupé con una mano. Creído.

''Sofía Cuben, tú vas después de Danielle.'' Levanté la vista, aquel nombre me sonaba. Miré a la chica y en efecto, era ella. Cuando se sentó me giré para saludarle.

''¡Danielle! No estaba segura de que fueses tú cuando he oído tu nombre.''

''Pues sí, la misma. Me alegro de que estemos en la misma clase.''

''Yo también, me tienes que presentar a todos de los que me hablaste.'' Asentí y volví a girarme. Conocía a Sofía de ese verano, sus abuelos eran muy amigos de los míos. Tuvo que cambiarse de colegio varias veces porque sus padres siempre viajaban a causa del trabajo. Me contó que ese año les tocaba Sídney, pero que ya había estado en Londres, Dublín, Dubai, Barcelona, Nueva York y varios países de Asia y Sudamérica. Sabía hablar cientos de idiomas, trató de enseñarme algo de chino, pero fue imposible. Tuvimos todo el verano para conocernos, le hablé de Paula, de Elena, Luke, Calum, Mike... Hasta le hablé de Nessa y todos los problemas que habíamos tenido. Supe desde el primer momento que no iba a ser una amiga para toda la vida, porque cuando acabase ese curso o, incluso antes, se tendría que volver a cambiar de colegio. Por otra parte sabía que podía confiar en ella del modo que ella confiaba en mí.

Amnesia || l.h (Temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora