Amnesia || l.h (Temporada 1)

Capítulo 7

Llevábamos un tiempo sentados en el suelo, no habíamos hablado nada.

Mentiría si dijese que no se me revolvió el estómago al tenerle tan cerca.

Me gustaba cómo olía, no llevaba colonia, era su olor corporal y me gustaba.

No había dejado de temblar y de vez en cuando negaba con la cabeza, pero no dije nada.

Estaba callado, triste, ausente.

''Creo... Creo que se está haciendo tarde.'' Luke abrió los ojos más de lo normal, como si acabase de despertarse.

''Deberíamos irnos ya. Tienes que curarte esos golpes.'' Me moví un poco para estirarme, pero él parecía embrujado, en cualquier otro mundo. ''¿Necesitas que te acompañe a tu casa?''

''No, tranquila. Ya has hecho suficiente.'' Negó con la cabeza otra vez.

''Vamos, no es ningún problema. Prefiero acompañarte y estar segura de que has llegado bien.'' Por fin reaccionó, asintió con la cabeza, pero seguía sin decir nada. ''¿Estás bien?''

''Sí, sí. Vámonos ya.''

Me puse de pie y le ayudé a levantarse, necesitó apoyarse en la pared para no caerse. En seguida me acerqué otra vez y le cogí de la cintura para que pudiese apoyarse en mí y así ayudarle a andar.

''Gracias.'' Sonrió y salimos del aseo.

Los nervios me estaban comiendo por dentro.

Seguimos andando sin hablar, pero no era incómodo, por lo menos no para mí.

Luke era más alto que yo, no me sacaba una cabeza, pero casi. Sonreí imaginándome intentando coger algo que él sostiene lejos de mi alcance, como para chincharme.

''¿De qué te ríes?'' Levanté la mirada para encontrarme con un Luke sonriente.

''Oh, yo... Ehm, nada, supongo. ¿Es por aquí?'' Intenté hacerme la loca para evitar que me preguntase. Obviamente sabía que era por esa calle, me dijo que su casa estaba al lado de una tienda bastante conocida. Dijo que sí y continuamos andando igual que antes.

A los cinco minutos ya estábamos en el portal de su casa. Le ayudé a subir las escaleras y él sacó las llaves del bolsillo.

''Espero que te pongas bien.'' Me aparté y le dije adiós con la mano. Estaba más nerviosa que antes y no sabía por qué. Fui directa a las escaleras para bajar.

Ahora sería increíble si me dijese ''¡Espera, Dani! Muchísimas gracias por todo, eres guapísima, me encantas''.

Vale, puede que lo último no, pero por lo menos un gracias.

-

Cuando llegué a mi casa me fui a la ducha, eran las seis.

Antes de entrar al agua, puse la música en aleatorio, era una pequeña costumbre.

Al salir de la ducha me quedé parada, estaba oyendo ruidos y no era la música.

Bajé el volumen por completo, pude oír perfectamente sonidos procedentes de la cocina, que estaba puerta con puerta con el aseo.

Marqué el número de teléfono de mi madre, ella estaba trabajando y seguramente se enfadaría por haberla llamado, pero esto era importante.

El tono de llamada de un móvil llegó hasta mis oídos.

Abrí la puerta y entré en la cocina. Mi madre estaba descargando el carro de la compra.

Genial.