Capítulo 42

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"¡Alo! ¡Alo!" Fran colocó una mano sobre mis hombros después de saludarme y a continuación dejó un beso en cada una de mis mejillas. "Hoy te ves especialmente guapa para nuestra primera clase de inglés." Nos dirijimos a un banco y nos sentamos uno delante del otro.

"¿Con qué quieres empezar?"

"Pues con lo más sencillo posible. Tú intenta imaginarte que soy una niñita pequeña que no tiene ni idea de nada, ¿sí?" Asentí y me dió varias palmaditas en la pierna a modo de felicitación. Después de estar veinte minutos tratando de enseñarle el verbo To Be, nos dimos por vencidos y acordamos seguir al día siguiente.

Y así es como empezaron a hacerse menos pesados los días, cada vez que salía de mi clase a la hora del descanso Fran me esperaba en la puerta del edificio para nuestras clases de inglés.
En una semana ya podíamos hablar y películas en ese idioma, aunque con subtítulos.
"Esto ha sido el mayor tostón de mi vida." Dijo cuando terminó de reproducirse la película El Club De Los Cinco (The Breakfast Club), yo le miré levantando una ceja.

"¿Estás de coña? Ha estado genial, creo que deberías reconsiderarte eso de tener el gusto en el culo." Y yo tenía razón, a Fran no le gustaba ni All Time Low, ni Green Day y mucho menos Bring Me The Horizon. Según él era "demasiado brusco para su gusto", una rima de pena. Le gustaba Beyoncé, Taylor Swift, Selena Gomez, y todas las cantantes femeninas que fuesen guapas y pudiesen llevar tacones mientras corrían una maratón.

"Mira, cielo, no es mi problema que de aquí tú tengas más genes masculinos que yo." Se rió dando palmas y arrugando la nariz como siempre. Recuerdo que al principio llegué a odiar esa risa, pero supongo que me he terminado acostumbrando.

"Espera, espera. ¿Me estás confirmando que eres gay?" Abrí los ojos esperando a su respuesta, yo aún no había tenido las agallas de preguntarle sobre sus gustos sexuales aunque se le notaba a kilómetros que le iban los chicos.

"Cariño, soy más gay que un chuchillo de pelo blanco con pompones y lazos." Me atraganté con el agua que estaba a punto de beber, sentí que me ardía la nariz y no podía respirar por culpa de la risa. Él volvió a reírse de esa forma tan suya, haciéndome reír aún más.

"Nunca lo habría dicho."

"Tienes que estar tomándome el pelo. Vamos, ¡es tan obvio que soy gay como que tú tienes depresión!" Siguió riéndose pero yo paré al oírle decir eso.

"¿Qué?"

"¿Qué de qué?"

"¿Qué has dicho de depresión?" Fran me miró rápidamente y luego apartó la mirada. Levantó una mano e hizo como si estuviese entretenido mirándose las uñas.

"No sé de qué me hablas."

"Por dios, tanto tú como yo sabemos que has dicho algo de una depresión. No tenemos seis años. Ahora dime qué has dicho." Resopló lanzando las manos al aire.

"Hedichoquesemenotaquesoygaytantocomoatisetenotaquetienesdepresión."

"No, no, no. Repítelo pero más despacio." Volvió a resoplar.

"Que he dicho que se me nota que soy gay tanto como a ti se te nota que tienes depresión."

"No tengo depresión." Dije.

"Claro que no, y yo soy Miss Universo 2001."

"Voy en serio."

"Y yo." Nos quedamos en silecio hasta que Fran volvió a tomar la palabra. "No tienes que preocuparte, es cosa mía que se me da bien reconocer cuando alguien está deprimido o estresado. El año en el que salí del armario pasé depresión y desórdenes alimenticios, es por eso por lo que supe que tú también estabas mal." Me miró y sonrió tristemente, yo miré hacia otro lado tratando de encontrar algún motivo que darle para hacerle cambiar de opinión.

"No tengo depresión, solo tengo sueño y ya está."

"Lo que tú digas." Suspiró y se recostó a mi lado en el sofá y me volvió a mirar. "Acabo de darme cuenta de que no tenemos ni idea de la vida del otro, creo que deberíamos empezar a intimar, intimar en el sentido de ser amigos íntimos, ya sabes, soy gay." Sonreí y decidí buscar un principio con el que empezar mi historia. Le hablé del motivo por el que estaba allí, le hablé de mi hermano, de Australia, de mis amigos, del instituto, de los problemas que había tenido pero también de las cosas increíbles que Fran debía saber que me habían pasado. Le hablé de Paula, de Elena, de 5 Seconds Of Summer, pero sobretodo le hablé de Luke. Le describí físicamente como "perfecto" y mentalmente como "lo siguiente de perfecto".

Le expliqué cómo estábamos Luke y yo en ese momento y Fran intentó entenderme, pero dijo que yo había sido imbécil al huir de esa forma.

Él también me habló de su vida, justo cuando dió a luz que le gustaban los hombres, sus padres se divorciaron y ahora su padre vive en un pueblo de Italia sin establecer ninguna clase de contacto con su familia. Fran dijo que eso no le importaba, porque su padre siempre había sido un borracho machista.

Él solo había tenido un novio antes, se llamaba Joly y le había puesto los cuernos varias veces con el camarero de una cafetería a la que solían ir cuando eran novios.
Me contó anécdotas divetidas como aquella vez que se metió tanto en el papel de chica que llegó a entrar a un baño de mujeres y no se dió cuenta hasta que las señoras de dentro le echaron a patadas.

También había pasado cosas realmente horribles, en el colegio le insultaban por hablar como una niña y en el instituto la cosa no cambió mucho. Me dijo que había aprendido a ignorarles, hacer oídos sordos hasta el día en el que se graduase y pudiese sacarle el dedo a todos ellos mientras gritaba "¡Que os den, mamones!" ese era su sueño.

Seguimos hablando hasta que nos quedamos sin ninguna otra cosa que contar.

"Este puede ser el inicio de una hermosa relación." Dijo, mientras se ajustaba las gafas por debajo de los rizos de pelo que le caían a cada lado de la cara.

Amnesia || l.h (Temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora