36. Dejarte Con Ganas

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"No. No terminaremos como en el ascensor. Sabes por qué? Por que no voy a sentir nada en lo absoluto," le digo.

"A caso me estás desafiando?" Mario me pregunta.

"Tal vez."

"Cuanto apuestas que te dejo con las ganas después de lo que te voy a hacer?"

"Te apuesto lo que quieras, de todas maneras terminarás perdiendo" me río.

"Eso es lo que tú crees..."

Antes de que pudiera responderle, choca sus labios con los míos y me besa apasionadamente. Como le había dicho que no iba sentir nada, respondo al beso sin importancia y no con el mismo amor de siempre. Él lo nota y gruñe mientras que yo sonrío en victoria.

De pronto, siento que me levanta y me coloca en el mostrador para después poner mis piernas alrededor de su cintura. Sin romper el beso, comienza a salir del baño y dirigirse a su habitación. Poco a poco me acuesta en su cama, acariciando uno de mis muslos.

En pocos segundos, deja de besarme y lleva sus labios hasta mi cuello, dejando un rastro de besos húmedos. Me muerdo mi labio inferior para evitar que gimiera, sólo para molestarlo. Pronto se da cuenta de que no hacía ningún ruido y voltea a verme.

Ríe en voz baja.

"Mordiendote el labio no te será muy útil una vez que comience a desnudarte," dice regresando a hacer lo que estaba haciendo.

Me muerde mi cuello causando que mi respiración se agite ya que hacía lo mejor que podía para no gemir. Él sonrió, admirando lo que había hecho como si fuera una obra maestra. Me subió el vestido un poco y bajó a besarme las piernas. Cuando sentí su mano sobre la tela de mis bragas, se me sale un pequeño quejido de mis labios.

Mario se reí levemente y sube a mirarme.

"Veo que ya estás mojada para mí," sonríe uniendo nuestros labios nuevamente.

Pone una mano detrás de mi espalda mientras que la otra sigue en mis bragas. En el momento que empieza a hacer pequeños círculos con las puntas de sus dedos arqueo mi espalda y él aprovecha para bajarme el cierre de mi vestido.

Una vez bajándome el cierre del vestido, no tardó en quitármelo. No me parecía justo ya que él aún tenía su ropa puesta. Quería quitarle su camisa pero no podía ya que me tenía que resistir y hacerme la fuerte.

De pronto, comienza a moverse encima de mí.

Aunque tenía su ropa puesta, podía sentir su erección rozar contra mi feminidad mientras hacia esos movimientos. Cuando se detuvo, cerré mis ojos e intenté quitarme la idea de pedir más. Comienza a besarme mi cuello nuevamente para después bajar a mi pecho. Rozó sus labios contra piel y me da un pequeño escalofrío por mi espalda.

Antes de hacer cualquier otra cosa, se asegura de besar y acariciar cada parte de mi cuerpo. Yo ya no podía resistirme más con el contacto de sus labios en mi piel.

"Mmm..." gemí.

Mario voltea a mirarme y sonríe, "Qué decías?"

Antes de que pudiera contestarle, besó mi feminidad lo cuál causó que gimiera su nombre. Aún teniendo mis bragas puestas, pude sentir sus labios.

"...Mario."

Ríe en voz baja.

"Me encanta cuando dices mi nombre," me dice en una voz ronca y seductora.

Yo sólo gemí en respuesta mientras que él me desabrochaba mi sostén. Cuando logra encontrar los sujetadores, me lo quita y lo arroja por la habitación. Pasa su lengua por sus labios como si estuviera saboreandome.

Se acerca a mi oído y susurra, "Tenlo por seguro que te comeré de la cabeza a los pies."

Comenzó a dejar besos húmedos por todo mi cuerpo hasta llegar a la línea de mis bragas. Sin pensarlo dos veces usó su boca para quitarmelas y después arrojarlas a quien sabe donde. En menos de un segundo, metió un dedo dentro de mí, causando que gimiera e hiciera mi cabeza hacia atrás. No tardo en meter otro y hacer lo suyo.

"..M-Mario," gemí cuando sentí que ya llegaba pero él se detuvo.

"Aún no linda," me dice mientras acerca su boca a mi feminidad.

Podía sentir su respiración hasta que insertó su lengua dentro. Gemí un poco más fuerte cuando comenzó a jugar con su lengua y hacer pequeños círculos con ella. En el momento que llegué, el se aseguró de no dejar ni una gota. Subió a besarme y yo gemí en su boca. En poco tiempo, el beso se vuelve apasionado.

Comencé a desabrochar los botones de su camisa. Una vez que se la quité, seguí con sus pantalones hasta dejarlo en boxers. Arrojé sus pantalones al suelo con la demás ropa y agarro el borde de su boxer pero él me detiene se separa de mis labios.

"Nah- ah -ah," niega con la cabeza, "te dije que te dejaría con las ganas."
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Como cuando Mario tenía la razón pero no le hiciste caso 😬
Sólo quise pasar a agradecerles a todas las que votan y comentan en mis capítulos, les mando un beso😘

Más Que Una Bautister || Mario Bautista [TERMINADA - Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora