Más Que Una Bautister || Mario Bautista [TERMINADA - Editando]

6. Mi Peor Enemiga

Se miraba muy lindo tan sólo sentado ahí con su cel. Me acerqué a la mesa en donde estaba él y levanta su mirada del celular. Me sonrió y se levantó para abrazarme.
"Hola hermosa, cómo estás?" me preguntó.
"Bien y tú?" le respondí.
"Bien también. Que te gustaría pedir?"
"Umm.. Creo que un café frío."
Sonríe, "Parace que me estabas leyendo la mente. Ahorita vengo, voy a ir a pedirlos."
Mientras él los pedía, yo me asomaba por la ventana y miré que mi peor enemiga de la Secundaria estaba afuera del centro comercial. Traté de no ponerle tanta atención pero no pude evitar vigilarla. Me acuerdo que ella siempre me aruinaba la vida. Cada vez que me pasaba algo bueno, ella hacía lo imposible para que no fuera así. De pronto, mis pensamientos son interrumpidos por la dulce voz de Mario.
"Valeria, Valeria,"
"Oh perdón, qué es lo que decías?"
"Ya está listo tu café, ten."
"Gracias."
"Por cierto, a quien mirabas con tanta furia?"
Me sonrojé al saber que él se dio cuenta.
"A nadie," le mentí.
"Estás segura?"
"Sí, es sólo que me acordé de algunos malos recuerdos, es todo," le aseguré.
"Está bien pero no te mal vibres. Entonces cuéntame un poco sobre ti."
"Pues para empezar, mi nombre completo es Valeria Aguilar y me gusta mucho la música."
"Aún no me lo dices todo y ya tenemos una cosa en común," señaló.
"Miren es Mario Bautista!" alguien gritó.
Yo podría reconocer esa voz donde sea, era mi peor enemiga, Carolina.
En segundos, la mesa fue rodeada por un montón de Bautisters. La verdad, no me molestaba. Pero lo que sí me molestó fue que Carolina lo hizo apropósito.
"Me puedes dar tu autógrafo?" "Te amo Mario!" "Te puedes tomar una foto conmigo?"
Le pedían miles de cosas a Mario y como él siempre es tan lindo y cariñoso, a todas les decía "Claro mi amor" o "Yo te amo más."
Yo sólo estaba ahí sentada frente a él, mirando como muchas se amontonaban. En pocos minutos, llegan entrevistadores y fotógrafos. Entre toda la gente me encuentro frente a frente con Carolina. Ella sólo me sonríe malvadamente y corre hacia Mario a darle un beso.
No sé porque me enojé al verla hacer eso, después de todo, el nunca fue mío ni lo será. Tampoco sé porque me ilusioné tanto al principio.