Más Que Una Bautister || Mario Bautista [TERMINADA - Editando]

24. Despedirme

Ya una vez en el aeropuerto, varias chicas se le amontonaron. No sé por que pero de pronto sentí un poco de celos. Pensé en que manera reaccionar, en una manera que no fuera tan obvia.

"Creo que ya me voy..."

Mario no dijo nada, sólo vi que le susurró algo a uno de sus guardaespaldas que lo ayudaban a subir al avión, ya que muchas lo jalaban desesperadamente.

En el momento que comencé a caminar, un par de brazos musculosos me tomaron por sorpresa. Estaba a punto de gritar cuando me tapan la boca y me llevan detrás del avión.

"Calmese Srta. Valeria, el Sr. Bautista me pidió que la trajera aquí mientras que se llevan a las fans lejos de aquí," me explicó su guardaespaldas.

Di un paso hacia atrás confundida.

"Umm... Y puedo saber por que le pidió que hiciera esto?"

"Él quiere despedirse de usted, pero con calma, sí me entiende?"

"Pues dígale que prefiero irme así sin despedirnos, no quiero que luego se le vaya hacer tarde."

"Pero-"

En ese momento, Mario lo interrumpe gritando, "Ya puedes traerla!"

Sin decir más, caminé hacia el otro lado por mi misma.

"Adiós, que tengas un buen viaje," le dije, "listo, ya me despedí, ahora me voy."

Él se baja y me toma de la mano.

"Sabes, no voy a despedirme de ti por que..." pauso por un momento, "te voy a llevar conmigo!"

"Mario estás loco si crees que yo me voy a subir a ese av-"

Antes de que pudiera terminar, me subió a su espalda y me llevó con él.

"Mario, deja de estar jugando y bájame," le dije seriamente, "hablo enserio."

"Yo también hablo enserio," él dijo, "de ninguna manera te voy a dejar aquí, sola."

"Sola? De que hablas, tengo a mis papás y a mi mejor amiga," contesté.

"Hablo de que no quiero que ese tal RK se te acerque," murmuró lo último.

Aunque Mario había murmurado al final, yo pude escucharlo claramente.
Ah, son celos! Pensé.
Antes de darme cuenta, ya estaba dentro del avión. Cuando cerraron la puerta, Mario por fin me bajó y yo corrí hacia la salida.

"No creo que quieras hacer eso, está apunto de despegar," me advirtió.

Y él tenía razón. Así que no tuve otra opción mas que sentarme y abrochar mi cinturon.

"Tan siquiera me hubieras avisado antes," me quejé, "para por lo menos traerme una maleta."