Más Que Una Bautister || Mario Bautista [TERMINADA - Editando]

13. Así Como Así

-Narra Valeria-
"Déjame quitártelo."
Me acarició suave y lentamente con su mano. No tenía ni idea de lo que me esperaba con aquél acercamiento, pero lo que sí sabía era que yo quería averiguarlo.
Entonces, pasó. Así como así, nuestros labios se unieron en un beso perfecto. Tal vez fue corto pero a la vez mágico. No sé como pasó o cuanto tiempo duró, pero disfruté cada milisegundo en sus labios.
Al separarnos, me quedé paralizada. Como no dije nada, Mario no tardó en disculparse conmigo.
"Perdóname, es que yo..."
No lo dejé que terminara, "No tienes porque disculparte, está bien."
Hice lo mejor que pude para no poner el momento incómodo o para que no tuviera que darme explicaciones. Yo ya predecía lo que me iba decir y no quería escucharlo. No porque no lo amaba, al contrario, lo amaba tanto como para que él me dijera que supuestamente se enamoró de mí y en fin, saber que en realidad no lo está.
Por eso mismo, actué como si nada hubiera pasado. Por qué al final, la del corazón roto, iba ser yo, por estar ilusionandome con cosas irreales. Quién sabe, a lo mejor sólo soy su pasatiempo.
"Estás enojada?" me preguntó.
"Por qué habría que estarlo?" le contesté.
"...por lo del beso."
"Ah eso... No, no lo estoy. Sólo fue un beso y ya, no pasa nada," dije calmada. Aunque por dentro y por mi lado fangirl, brincaba de felicidad y pedía más.

-Narra Mario-
Quizá estoy exagerando, pero juro que escuché mi corazón romperse. No sabía ni que sentir al momento. Ella lo tomó como si no fuera nada y yo lo tomé como los mejores milisegundos de mi vida. Acaso no sintió una pequeña chispa como lo hice yo? Al parecer, no. Nisiquiera dejó que le explicara mis sentimientos por ella. Yo planeaba decirle todo hoy porque sólo me quedaba mañana y después de ahí me iba a otro estado. No sabía ni como, pero yo iba hacer hasta lo imposible para que lo de nosotros funcionara. Sin embargo, nada de eso importa ahora ya que sé la verdad, no me ve de la misma forma en que la veo yo.
No sé si darme por vencido o seguir intentado.

-Narra Valeria-
Me paré y caminé hasta la orilla de la colina para ver como el sol se veía cada vez menos. De pronto, fui rodeada por un par de brazos nuevamente.