Más Que Una Bautister || Mario Bautista [TERMINADA - Editando]

18. Que Raro

Ya sólo faltaban 20 minutos para las 8:00pm y aún no estaba completamente lista por la tardanza de Brenda.

"Que raro, no?" preguntó de la nada.
"Raro de qué?" respondí confundida.

Antes de contestarme, me pidió el spray para ponerme en mi cabello que me rizó.

"Pues que Mario te dijo por mensaje que no iba recogerte."
"No ves que su celular no tiene batería."
"Y eso que tiene que ver?" me preguntó, dirigiéndome hacia el espejo grande de mi habitación.
"No tiene el tiempo suficiente. Además, él estaba muy ocupado hoy."

"No manches amiga!" gritó aturdiéndome.
"Ahora qué?!" pregunté asustada.
"Mírate nomás! Te advierto que Mario querrá comerte a besos cuando llegues allá."

Sin darme cuenta, sonreí con tan sólo pensarlo. Sueño de toda Bautister, que Mario se enamore de nosotras.

"Ay mírala, y según, quieres su pura amistad por ahora," levantó sus cejas.

Desperté de mi ensueño y rodé mis ojos.

"Me vas a llevar o no?" le pregunté.
"Ya voy! Que apuración por ver a Mario," susurró lo último pero aún alcancé a oír lo que dijo.
"Ya te oí, eh!" le dije, caminando atrás de ella.

-Narra Mario-
Estaba camino al antro cuando me llega un mensaje del mismo número de antes. Era Valeria diciéndome que apenas iba salir de su casa.

Se me hizo raro que no quizo que fuera por ella o que aún seguía usando el cel de alguien más cuando hubiera podido cargar el suyo en su casa.

En fin, no pensé tanto en eso. Lo que me había sorprendido, era que ella me pidió que la viera en un antro. Tal vez lo decidió por que hoy era mi último día aquí, quien sabe.

-Narradora-
Cuando Mario llegó, se sentó en una silla frente al bar.

"Por qué tan solito?" alguien le preguntó.

Y esa persona era nada más y nada menos que Carolina, sólo que con bastante maquillaje, tanto que ni Valeria la iba conocer.

"No vengo solo. De hecho, estoy esperando a alguien," Mario le contestó.
"Que tal si nos divertimos un poco mientras esperas."

Mario trató de ser lo más amable posible y preguntó, "Que no tienes a quien más atender? Trabajas aquí no?"

Carolina se enojó pero le regresó una sonrisa falsa.

"Sí, así es. Se te ofrece algo?"
"No gracias," respondió.

Ella estaba perdiendo la poca paciencia que tenía con él.