Estás persiguiendo un tren,
un tren que se perderá muy lejos
por una senda que no vas a conocer.
Un tren que arrancó antes
mientras lo esperabas en el andén.Crees saber el contenido de la carga,
sin haber visto aún el equipaje.
Pero si te quitas el vendaje,
verás que lo llevas en tu alma.Corres a su encuentro más allá de las vallas.
Más allá del camino de los rieles,
de los pasajeros y el destino que casi alcanzas.
Corres ya sin saber por qué corres.El andar de tus piernas sostiene tu fuerza,
tus ánimos y tus inagotables ganas.
Ante un atleta de gran corazón,
la inercia y la resginación se ven abatidas.
Porque con o sin vapor,
finalmente recorres el tren de tu vida.
