Desenfreno

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Sé que me voy a estrellar,
pero acelero igual.
Es la adrenalina: mi droga y mi debilidad.
Siempre me he deshinibido
ante los actos prohibidos.

Un paradigma oculto en una contradicción.
Ebria, incluso cuando estoy sobria.
Sin sed de poder, ejerzo soberanía.
Soy una esfinge, un templo donde le rezas a mi vientre, que rompa las cadenas, que te libere de esta ironía.

Hemos cruzado ya casi todos mis bordes, nada más que espías del abismo.
A punto de caer, pendo de un hilo.
No vengas a socorrerme: vente conmigo.

Noches de cigarrilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora