Capítulo 26

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SHANA

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SHANA

-Asustada?-. Su voz seguida de una risa se escuchaba tras la puerta que acababa de cerrarse con llave dejándome a oscuras en el interior de una habitación que apestaba a cerrado y sangre. Una respiración entrecortada justo al lado de mi hombro hizo que se me erizara la piel y  un escalofrío recorrió mi columna. Era aire cálido y suave. Quería moverme y salir de allí, quería encender la maldita luz pero no podía. Era esa la hermana de Eliot? O sólo era una mentira más?

Me levanté del suelo como pude y tropecé con algunos trastos que hicieron que alguien se lanzara a mis pies. Lo único que supe hacer fue gritar.

-ELIOT! ABRE LA PUTA PUERTA O LA HECHO ABAJO.

Dicho esto comencé a golpear la puerta lo más fuerte posible, muerta de miedo. Quería y necesitaba salir de allí, necesitaba la luz.

La puerta se abrió y caí sobre él, arrastrándole conmigo al suelo. Una risa de niña hizo que levantara la cabeza y viera a la supuesta hermana de Eliot, una preciosa niña de melena rubia y pálida, vestida con un camisón blanco, corriendo escaleras abajo.

Si era ella la que me había asustado en aquella habitación ahora mismo me sentía ridícula y con los puños doloridos. Aunque porqué olía a sangre?

Estaba tan embobada observando a la niña que no me di cuenta de que Eliot me miraba fijamente desde su posición debajo de mí. Apoyé mis codos en su pecho y entrelacé las manos apoyando así mi barbilla entre ellas para examinarlo. Ya no me intimidaba porque no dejaría que lo hiciera.

Los huesos de la mandíbula se dejaban ver bajo su piel y eso le proporcionaba un rasgo muy varonil, le hacía ya de por sí el rostro muy sexy. Sus ojos tan oscuros estaban hechos para perderse dentro de ellos. Los labios eran finos, pero rosados, y su piel también pálida, lo que hacía que su pelo negro resaltase.

Soplé sobre su cara y sonreí. Luego intenté levantarme pero sus manos sujetaron mi cintura y me apretó contra su pecho.

-Qué haces?- Pregunté seria

-No te vayas

-Sólo quiero levantarme

-No, no lo entiendes-. Enroscó sus brazos alrededor de mí y mi cabeza quedó metida en su cuello.-No te puedes ir. No te vayas, por favor.

Hice un esfuerzo por soltarme y lo miré a los ojos.

-No me iré-. Me soltó y ambos nos pusimos en pie. Porqué le había dicho aquello? Tarde o temprano yo me iría, y él y yo nunca...

-Espera-Sujetó mi mano justo cuando iba a bajar las escaleras y me di la vuelta. Besó ambas manos donde había rojeces por dar tantos golpes a la puerta. Una sonrisa se instaló en mi interior.

Cuando al fin llegué al piso de abajo Eliot llamó a su hermana, cuyo nombre era Charlotte. La niña no aparecía y Eliot se iba enfadando cada vez más. De repente se me iluminó la bombilla y fui corriendo al salón. Aparté las cortinas negras que colgaban a ambos lados de la ventana y ahí estaba, sentada en el suelo y mirándome sonriente.

Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora