Capítulo 37

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ELIOT


Cada vez que ese hombre abría la puta boca tenía más ganas de estrangularlo. Que le había hecho a Shana?! Porque si la había violado no viviría para contarlo, eso lo tenía más claro que cualquier otra cosa, y por supuesto aquello era justo lo que parecía.

El jefe, como Shana lo llamaba, apareció por detrás de ella y enfrentó a su padre, pero este último no parecía sentirse intimidado, es más, se estaba divirtiendo al parecer. Nos hacía ver como un grupo de niños enfadados con el que les ha robado el almuerzo, lo que me estaba cabreando cada vez más.

-Mi hija fue atropellada cuando era pequeña por culpa de un gilipollas, que ahora mismo acaba de perder a su hijo. No estoy de broma.-. ''Wow...''

-JAJAJA de verdad piensas que me asustas? Maté a mi mujer hace muchos años y no he tenido ni el más mínimo remordimiento, es más, esa zorra se lo merecía, como Linda se lo merece ahora, la diferencia es que Linda aun me es útil y lo de su madre fue un percance.- Los ojos de Shana estaban bañados en lágrimas y sabía que aquellas palabras la estaban deshaciendo por dentro. No dejaba de escuchar 'Linda' una y otra vez, al parecer era su verdadero nombre, pero a mí me gustaba el que ella había elegido, con el que el destino la había traído hasta mí.

-No vuelvas a repetir esa palabra. Ella no era tu mujer, no era nada más que víctima de tu maltrato constante, como yo lo fui. Ni siquiera me eres nada, ni siquiera perteneces a mi familia!- Shana no dejaba de llorar y aquello alimentaba mi odio hacia aquel hombre.

-Mirad, chicos, este chico, como dijiste que te llamabas? Eliot no? Bueno, tampoco me importa... Eliot ya me ha soltado un montón de amenazas tras pasar esa puerta, tiene suerte que yo estaba en el baño y tuvo tiempo de entrar, que sino ya le metía un tiro desde la ventana. Estáis a tiempo de iros y no tendrá que morir nadie. Oye tú, quién coño eres?

-Soy Ash, el novio de Shana. Y te aconsejo que dejes de ponerte tan gallito porque tengas un arma, estás rodeado por cuatro personas y aunque le metas un tiro a una probablemente las otras tres te maten mientras recapacites acerca de lo que acabas de hacer.

-Por supuesto... veo que tú también tienes ganas de morir hoy. Y bien, ''novio de Shana'', que tal es en la cama? Todo lo que sabe se lo he aprendido yo-. Ese gilipollas soltó una risa enorme y a mí ya me costaba contenerme.- Me he molestado demasiado en enviar cartas y cartas con el nombre que tanto le gustaba a Linda de pequeña, ''Shana'', para confirmar donde coño estaba viviendo cuando marcaran la entrega en la página web, pero por alguna extraña razón que desconozco, esa carta os ha traído aquí en vez de llevarme a mí allá, así que después de tanto trabajo, aun me lo habéis puesto más fácil como para que ahora unas amenazas de dos niñatos y un amargado me preocupen.

En mi cabeza recuerdo el día en que encontré la carta. La entrega nunca se confirmó porque el cartero había muerto por culpa de Charlotte. La había salvado de ese tipo y ahora acababa de arrastrarla a él de nuevo. Me sentía estúpido pero debía permanecer en pie ahora, por ella.

El padre o lo que quiera que fuera de Shana volvió a apuntarme con la escopeta y posteriormente a Shana, cada vez que se dirigía hacia ella mi respiración se cortaba y debía controlar muy bien mis impulsos para no echarme a él. Nada más bajar la escopeta el jefe se abalanzó pero él fue más rápido y apretó el gatillo.

Ni siquiera me dio tiempo a comprobar si el jefe había muerto o no, porque mientras el padre de Shana le disparaba yo corría hacia él liberando toda la ira que había almacenada en mi interior.

Después de aquel disparo mis garras salieron a la luz. Arranqué las vendas con los dientes y sujeté el cuello de este con fuerza. La escopeta cayó de sus manos y de un golpe contra la pared comenzó a perder la orientación. Cuando por fin lo tuve en el suelo, me di cuenta de que no podía oír nada, así que dirigí mi mirada a Shana, quien lloraba y gritaba desconsoladamente mientras Ash la retenía. Estaba tan aturdido que ni siquiera podía escucharlos.

Apreté mi pie con fuerza sobre el cuello de este y apunté con el gatillo en medio de su frente.

Dedique unos segundos a mirarle a los ojos, dejándole claro que como hiciera un solo movimiento le volaría los sesos.

-Le disparas tú o yo?- Mi voz salió áspera y feroz, tal y como me encontraba yo en ese momento. Shana se acercó a mí temblando e intentó sujetar la escopeta, pero el temblor no se lo permitía, así que la rodeé con mis brazos y susurré en su oído.-Sé que esto es lo que quieres, y yo sé que lo que quiero y a quien quiero, es a ti''.

Dicho esto coloqué su dedo en el gatillo y junto con el mío disparamos a aquel cabrón. Un silencio invadió toda la casa. La sangre cubría las alfombras y Shana no dejaba de temblar. Ya no lloraba, ya no gritaba. Ya no era... Shana.



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Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora