Capítulo 36

104 14 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


SHANA


Cuando sonó el despertador comencé a vestirme y arreglar la habitación como todos los días. Ya era domingo y quería ir a ver qué tal estaba Eliot. Mientras preparaba mi mochila con las típicas cosas que llevo a menudo vi la carta que el día anterior había cogido en su casa , aun no la había leído. El jefe y yo habíamos estado hablando hasta las tantas, me había decidido por confesarle todo, estaba demasiado cansada como para seguir así.

Por increíble que parezca me había entendido a la perfección, decía que yo tenía el mismo derecho a enamorarme que el resto de los seres humanos y que él no me lo iba a impedir, sólo quería que no diese el cante y que no armara jaleos. Las razones ya me las sabía de memoria. También dijo que no quería que sufriera pero que eso es algo que él no podrá evitar nunca, a menos que quien me haga sufrir sea él, prohibiéndome cosas...

Me senté en la silla y despegué el sello de lacre que cerraba el sobre, que se me hacía muy familiar. Saqué el papel y lo abrí, dejándome a la vista una letra muy pero que muy conocida. Un nudo se formó en mi estómago, cómo había llegado eso hasta aquí?

Leí toda la carta, era ridícula, porqué mi padre había escrito todo eso? Conocía perfectamente aquella letra y además aunque aquel supuesto ex novio sí existía, la historia para nada era así.

Inmediatamente me dirigí hacia la casa de Eliot para averiguar por qué tenía él aquella carta que según la fecha que dentro ponía, llevaba escrita y enviada meses, por lo que tuvo que guardársela a conciencia. Nada más llegar encontré la puerta echada abajo y coches de policías rodeando la casa. Sin acercarme mucho volví sobre mis pasos y no hice ruido por que no podía perder el tiempo. Algo estaba pasando, algo grave.

Busqué mi móvil, donde coño estaba Eliot? Al cabo de unos cuantos toques escuché su voz y su respiración agitada al otro lado del teléfono, estaba conduciendo o eso parecía por el ruido que se escuchaba.

-Eliot dónde estás?! Tu casa está rodeada de policías!

-VOY A CASA DE TU EX NOVIO, ESE GILIPOLLAS SE VA A ENTERAR DE QUIEN SOY YO, POR SU CULPA VOY A IR A LA CÁRCEL, TUVO QUE ENVIAR ESA PUTA CARTA EN SERVICIO URGENTE, TAN URGENTE QUE VINO EL CARTERO EL ÚNICO DÍA QUE DEJÉ QUE CHARLOTTE SALIERA DE SU CUARTO, EL ÚNICO DÍA QUE POR UN DESPISTE MÍO ESE CARTERO MURIÓ!!

-ELIOT, DA LA PUTA VUELTA, ESE NO ES MI EX NOVIO, ES MI PADRE!-. El pulso se me aceleró de un golpe, si Eliot llegaba allí sería hombre muerto. En ese momento no me importaba que Eliot estuviese loco, o que su hermana fuese una asesina, sólo quería que la persona que me había escuchado y admirado durante meses, estuviese a salvo.

-ES TARDE SHANA, ESTOY EN LA CIUDAD Y SEA QUIEN SEA SE VA A ARREPENTIR-. Dicho esto colgó y eché a correr hacia el interior de la cabaña. Debía ir allí, debía frenarlo. Llamé al jefe y le obligué a coger la furgoneta y un arma, debíamos darnos prisa y ya le explicaría más tarde lo sucedido, ahora mi prioridad era traer a Eliot con vida, él no tenía la culpa de lo que su hermana hubiera hecho, no? Y ahora... ella ya no estaba.

De todas formas no era el momento de pensar en eso. La camioneta arrancó y nos pusimos a velocidades realmente peligrosas por la carretera que hace tiempo yo recorría a pie. El jefe no dejaba de obedecer mis indicaciones y mi corazón no paraba de latir a toda prisa.

-QUE COÑO?!

-Qué pasa Shana?-. Detrás de la camioneta venía Ash conduciendo su moto, estaba poniendo su vida en peligro a tanta velocidad. Qué estaba haciendo?!

-Mierda! Nada, sigue conduciendo, vamos!-. Tras un periodo de tiempo que me pareció demasiado llegamos a mi antigua ciudad, y después a mi antiguo barrio. Ash no nos perdía la pista.

Cuando finalmente llegamos a mi antigua casa pude ver el coche de Eliot aparcado de mala manera en la parte de atrás.

Unas enormes ganas de llorar y mucha ira acumulada se posaron en mi garganta haciendo que apretara mis puños con fuerza. Todavía no estaba preparada para volver ahí, para verle la cara de nuevo, pero debía hacerlo, debía enfrentarme a mi mayor miedo; la realidad.

Bajé de la furgoneta y advertí al jefe de que se quedara allí, que por nada del mundo entrara a esa casa, y a Ash igual, pero este último parecía no querer hacerme caso.

-Ash te lo digo muy enserio, debo entrar sola, o lo matará. Ni siquiera sé porqué viniste.

-No pienso dejar que arriesgues tu vida por él Shana, no puedo perderte sabes? Sabía que algo iba mal cuando un montón de patrullas se dirigían hacia el bosque...

-Por favor, no cruces esa puerta, por favor te lo pido-. Asintió y por un momento confié en que no lo haría.

Me di la vuelta y subí las escaleras. La puerta estaba abierta de par en par. Se escuchaban gritos en el piso de arriba así que subí rápidamente. Cuando vi la cara de ese hombre de nuevo sentí la necesidad de escupirle allí mismo, ahora que sabía que nada lo relacionaba conmigo excepto todo el daño que me había causado.

Eliot se encontraba de pie frente a él con los puños cerrados y vendados y con los ojos inyectados en sangre. Aquel Eliot era la fiera que siempre quiso ocultarme, su verdadero impulso ante el peligro, atacar.

-Vaya vaya, mira quién ha vuelto a casa. Hola pequeña-. Su voz seguía sonando tan repugnante y aún más cuando se dirigía hacia mí con esas palabras como la primera noche que se metió en mi cama y me violó. Imágenes regresaban a mi cabeza. ''Aquel no era mi padre'' pensaba a la mañana siguiente, y sí que lo era.

-No me llames pequeña, y deja a Eliot en paz ahora mismo. Me quieres a mí no? Aquí estoy, de nuevo bajo tus asquerosas manos.

-Estas manos te han dado más placer del que nadie te dará nunca-. Una risa salió de su boca y las lágrimas volvieron a mis ojos. No quería llorar pero había cosas que mi cuerpo no llegaba a soportar.

-CÁLLATE GILIPOLLAS, O TE METO UN TIRO EN LA CABEZA!-. Los ojos de Eliot se habían abierto como platos,acababa de entender todo lo que le faltaba por descifrar en mí. 

-Tú? JAJAJA, si disparo ahora mismo esta escopeta no queda viva ni una sola neurona de esa cabeza que tienes-. Jonan, el que se supone que era mi padre, jugueteaba con la escopeta, apuntando a la cabeza de Eliot y luego a mí.-Tranquila Linda, si no te he matado durante todos estos años, no lo haré ahora, aunque te hayas escapado de casa. De verdad piensas que huir te va a salvar de mí? Vamos... apuesto a que ya no estoy entre tus piernas por la noche pero sí en tu cabeza-. Otra risa estúpida llenó el silencio que había creado y sólo podía pensar en cómo sacar a Eliot de allí, quien parecía estar más empeñado en lanzarse a él que yo.

-Como vuelvas a apuntar a Shana con esa escopeta será lo último que hagas en esta vida. - La voz del jefe hizo que todos nos diésemos la vuelta hacia el principio de la escalera.

 - La voz del jefe hizo que todos nos diésemos la vuelta hacia el principio de la escalera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora