Capítulo 31

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ASH

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ASH

Puse el despertador del móvil para las 07:00 AM. Iría a comprar un regalo para Shana y unas cuantas cositas más, se merecía un buen cumpleaños. Si no lo había dicho era porque no le daba ninguna importancia, ya era hora de que lo disfrutase.

Procuré salir de la habitación con total precaución para no despertarla y me vestí en el baño. Luego bajé las escaleras y salí de casa cerrando la puerta con llave para que nadie entrara y ella estuviera a salvo. Fui rápidamente a la tienda del fondo de la calle, a la que hacía más de siete años que no entraba, desde que habían muerto mis padres. Le compré un Mp3, me había dicho que le gustaba mucho la música pero que sin móvil no puede escucharla, así que con esto no tendría problema. Quería hacerla feliz, verla sonreír.

Me dirigí también al supermercado a por un par de ingredientes y globos. Siempre me habían gustado los globos, confiaba en que a Shana también, por el momento no éramos tan diferentes el uno del otro.

Cuando llegué comprobé que siguiera dormida y cerré la puerta de la habitación dejando una nota en el suelo que ponía ''sigue los bombones''. No sabía si estaba siendo demasiado cursi, por lo general no era así con la gente, pero ella se merecía todo el cariño que yo pudiese ofrecerle, me hacía sentir vivo de nuevo, como si la vida realmente valiera la pena a su lado, como si verla caminar fuera mejor que unas vacaciones en la playa.

Dejé un bombón sobre su envoltorio por cada esquina de la casa donde había una pista para llegar a donde yo quería. Uno se encontraba dentro de la habitación y otro justo al salir de esta. Coloqué varios por el pasillo que llegaban hasta las habitaciones y en cada una había una nota con una palabra.

Los bombones seguían escaleras abajo hasta llegar al salón el cual estaba lleno de globos y luego seguían hacia el jardín trasero, donde había atado un montón de globos de colores a los árboles ya sin hojas por la llegada del invierno.

El cenador lo preparé como si Shana en vez de cumplir años fuera a casarse. Luces y globos por todas las esquinas, cosas brillantes que ni siquiera le llegaban a la suela de los pies a ella.

Sobre la mesa estaba la tarta que había preparado, de chocolate y nata, de tres pisos y con 17 velas, además de una bengala en la cima. Escribí su nombre en la tarta para que le quedara bien claro que todo aquello era por y para ella.

Quería a Shana, me gustó mucho desde el principio pero cuando la conocí los días dejaron de volverse rutinarios y pesados. Me hizo sonreír de una forma diferente, una forma que había casi olvidado desde la muerte de mis padres. Es algo inexplicable, un sentimiento al que le doy muchas vueltas para volver a encontrarme al principio y darme cuenta de que a un te quiero no le puedes encontrar una verdadera explicación.

El regalo estaba escondido dentro de la tarta. Había tenido que informarme bastante para conseguir hacer eso, pero había trucos para que el piso más bajo fuera hueco por dentro.

Por suerte Shana tardó en despertarse, eran las 12:00 PM de hecho. Cogí la cámara de vídeo, quería grabar este día para que lo recordara siempre, se lo merecía.

-Ash que es esto? Porqué me grabas?

-Sigue los bombones y luego te lo explico. Venga.

Comenzó a seguir los bombones, aún con mi sudadera puesta la cual dejaba ver sus preciosas piernas. Se apartaba el pelo por detrás de la oreja cuando se agachaba para cogerlos y se los iba comiendo mientras ponía cara de placer. Le encantaba el chocolate y yo lo sabía. Me alegraba poder guardar este recuerdo para siempre en cámara.

Ya estaba bajando las escaleras y poniéndose un poco nerviosa porque la siguiera con la cámara como si fuese un psicópata. ''Ni se te ocurra enseñárselo a nadie o te vas a enterar'' repetía cada dos por tres. Yo me reía y le mandaba seguir los bombones, ya faltaba menos.

Cuando atravesó la puerta que daba al jardín eché a correr para grabar su cara. Estaba boquiabierta, sin haber entrado aún al cenador.

-Vamos! Es para ti, entra!-. Hizo caso a mis palabras y se adentró en el cenador, sus ojos brillaban más que nunca y sonreía de una forma que me dejaba tonto.

-FELICIDADES!!-. Echó a correr y me abrazo como nunca, me abrazó sin asustarse ni desconfiar de mí. Yo sabía que era muy desconfiada por cosas horribles que debieron pasarle, pero la felicidad que debía sentir era tan grande que lo había olvidado por unos minutos al menos. Necesitaba despejar su cabeza, apartar todas las cosas que la atormentaban, que hacían que llorase cada dos por tres y así era, estaba feliz, la veía feliz.

-Ash! Eres increíble, no sé qué más decir... Joder, lo siento-. No me importaban las palabras, sólo quería a Shana, la misma Shana que conocí y que estoy seguro de que si sus monstruos dejaran de atormentarla sería incluso mil veces mejor de lo que ya lo es.

-Venga, vamos a probar la tarta, o no tienes hambre?

-Sí!

Nos saltamos la comida por completo e hincamos el diente a la tarta. La verdad es que estaba deliciosa y a ella también pareció encantarle. Cuando se dio cuenta de que en el interior había algo intentó sacarlo. Sujetaba el paquete con las manos y me miraba curiosa. Me preguntaba con la mirada si era para ella, así que sólo asentí. Volví a coger la cámara para seguir grabando y desenvolvió el paquete dejando a la vista el Mp3 que le había regalado. No quiso aceptarlo pero por suerte pude convencerla, sólo era un regalo de cumpleaños y se merecía uno todos los días como mínimo...

-Sólo gracias Ash, no puedo decir nada más, me has hecho muy feliz ya sólo acordándote.

Eso ya me hacía feliz a mí también, así que no necesitaba nada más. Dejé un beso sobre su frente y le dije que debía volver a casa sino Robert se preocuparía.

Cogió su ropa y se fue a vestir. Luego buscó el salón y se sentó en el sofá. Qué estaba pasando?

 Qué estaba pasando?

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Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora