Capítulo 38

98 14 4
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


SHANA


El cuerpo del jefe se desangraba en el suelo de lo que había sido hace meses mi cárcel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El cuerpo del jefe se desangraba en el suelo de lo que había sido hace meses mi cárcel. El disparo que Jonan le había dado había ido directo a su corazón y todo era por mi culpa. Él acababa de morir por mi culpa, por haberme conocido, por haberme cuidado y haberme acogido todo este tiempo en su casa. Por hacerme caso y traerme hasta aquí y también por no hacerme caso y no quedarse fuera. Había muerto de forma injusta y totalmente honorable.

Mis manos no dejaban de temblar, la pesadilla se había terminado, Jonan ya no estaba, yo y Eliot acabábamos de matarlo, pero acababa de dar paso a una nueva pesadilla, llena de recuerdos y demonios que no me dejarían dormir por las noches, de nuevo...

Miré a Eliot, quien seguía detrás rodeándome con sus brazos. Me aparté y retrocedí hasta quedar alejada de él y de Ash.

-Shana que pasa? Se ha terminado...- Eliot sonreía y no parecía darle importancia a que el jefe estuviera muerto, y Ash sólo intentaba acercarse a mí y contemplaba la escena horrorizado.

-No! No te acerques a mí. No os quiero cerca... no puedo teneros cerca, yo no puedo seguir con esto, debo irme lejos.

-Pero, por qué?- Ash no decía nada, sólo me miraba, mientras quien hablaba con desesperación era Eliot.

-Quiero empezar una nueva vida lejos de todo esto, quiero dejar todo atrás, entiendes?-. Mi voz se rompía a medida que pronunciaba las palabras.-Ni tú ni Ash podéis seguir a mi lado, porque entonces nunca podré escapar de esto. No me queda nada, mi corazón está completamente roto y ni siquiera sé si merece la pena que siga viva...- Las lágrimas me quemaban las mejillas, me dolía la garganta de chillar y en mi interior sentía un vacío inmenso. Ni siquiera sabía de donde estaba sacando fuerzas para continuar.

-Shana! Lo dejaremos atrás juntos, yo iré contigo a donde sea! Te mereces ver el mundo, disfrutarlo. Conocer más lugares como el lago de Yellowstone, lugares mágicos, donde puede que encuentres a personas mágicas, y entonces estarás tan contenta de haber sido valiente y fuerte en un pasado que todo quedará lejos...

-No, Eliot, tú debes seguir tu vida sin mí, sin todos los problemas que te he causado... Ash, tú no debes de estar preocupándote por mí. Te mereces a alguien sin heridas, te mereces estar con quien te ame y a quien ames, alguien que no sea el problema constante que convierte tus días soleados en grises. Necesito curarme, al menos intentarlo, ambos debéis entenderlo y respetarlo. 

Ash seguía sin decir nada, sus ojos me atravesaban la piel hasta llegar a mi corazón, abrazándolo. Sabía que no obedecería, sabía que se quedaría a mi lado por que me lo había prometido de corazón. Pero no iba a dialogar, no iba a insistir, porque me había llegado a conocer demasiado en tan poco, que sabía que con ayudarme a sanar con mucha paciencia, era más que suficiente.

Por lo contrario, el rostro de Eliot se volvió serio y las lágrimas caían al suelo desde sus ojos negros. Era el mismo chico atormentado que había conocido meses atrás, pero con una diferencia, ahora sí respetaba mis decisiones, y acababa de pedirle que respetase una de ellas.

-Si esa es tu decisión, Shana, necesito que me respondas algo.

-Qué...?

-Me quieres? Me quieres tanto como para formar parte de mi vida para siempre siendo mía y yo tuyo?

-Eliot yo... te quiero pero, no así, no de esa forma...-. Eliot siempre había sido la locura, y yo... yo ya no quería eso en mi vida, en mi nueva vida... aunque realmente sintiera algo por él... algo indescifrable.

-Shana, te deseo lo mejor, espero que vivas hasta que tengas arrugas por toda la cara, aunque seguirás siendo preciosa. Espero que tus ojos grises nunca vuelvan a llorar tanto como lo hicieron hasta ahora, y que si eso sucede sea de felicidad. Espero que alguien te cuide tanto como yo lo habría hecho si tú me dejaras y que nunca te hagan más daño. Pero entiende que no puedes dejarme Shana, no puedes irte. No sé estar sin ti. Eres completamente lo que necesitaba para vivir, no puedes dejarme.- Se me rompía el corazón con cada palabra que decía, yo le había prometido quedarme, y no lo estaba haciendo, no podía hacerlo. Si lo hacía todo sería peor para él, para ambos.

-Eliot, lo siento, pero... sé que te lo prometí, pero, no voy a quedarme.- Con el poco hilo de voz que me quedaba pronuncié esto y estallé de nuevo en llantos.

-Dicen que si amas algo hay que dejarlo ir... Puedes irte si quieres-. No muy segura me di la vuelta y caminé con pasos lentos y pesados. El sonido de un disparo hizo que me diera la vuelta y mi rostro quedó completamente blanco.

Una parte de mí quedó atrapada en ese momento para el resto de mi vida. El charco de sangre manchaba la alfombra bajo la cabeza de Eliot de forma tétrica. Las lágrimas cayeron a través de mi rostro con más fuerza y dejé que todo mi cuerpo se hundiera...

Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora