La navidad por fin ha llegado y en casa apenas parece aparecer el espíritu navideño. Estamos a dos días de navidad e iremos a comprar los adornos y otras cosas como luces y esferas. Me ofrecí a ir a comprar todo yo y le he pedido a Mía ir conmigo, quiero que ella se distraiga un poco. Después de lo que pasó, distraerla es la mejor táctica.
Estamos en una plaza cercana a casa y mientras caminamos recorro con la mirada los aparadores en las tiendas, todas ellas tienen decoraciones en dorado y muchas luces de colores. La gente camina con un montón de juguetes y bolsas en las manos, en la plaza hay muchos niños emocionados viendo juguetes en las tiendas, también se ha establecido un Santa Claus en la planta baja donde hay una larga cola de padres con sus hijos esperando su turno para poder pedir regalos.
En casa hemos decidido hacer un Santa secreto y me ha tocado papá, otra vez. El año pasado recuerdo que también me tocó él y recuerdo haberle obsequiado un libro que dentro de él tenía un hueco, algo así como un escondite donde podía guardar cualquier cosa pero por fuera parecía un libro común y corriente. Amo los libros tanto como él así que recortarlo fue un dolor a mi corazón. Normalmente nos damos regalos de broma pero este año quiero hacerlo diferente y darle algo especial, estoy pensando en algo como una raqueta de tenis, a él le gusta mucho ese deporte, esa sería una buena idea.
Mía se distrae con unas esferas navideñas llenas de purpurina dorada, al lado hay una tienda de deporte así que la dejo comprando las esferas un rato en lo que busco el regalo de papá. En la tienda de deporte un chico con un montón de rastas en el cabello y tatuajes en ambos brazos me atiende amablemente preguntando si busco algo en particular y de inmediato me guía al área de raquetas en donde busco una que pueda gustarle a mi padre, una vez escogida, pago y salgo del establecimiento rebozado de alegría por tener ya el obsequio para el Santa secreto.
Una cabellera del otro lado, fuera de una heladería de yogurt, llama mi atención. No lo distingo muy bien porque está de espaldas pero pronto se voltea quedando su perfil a mi vista y puedo reconocerlo.
Evan toma por el cuello a la chica pelirroja y acercándose a ella comienza a darle pequeños besitos por toda la cara haciéndola reír. De inmediato un sentimiento como de alivio se instala en mi cuerpo, es como si viéndolo con esa chica, comprobara que lo que hizo en realidad sí fue un impulso como dijo. No me gustaría que él me viera de otra forma, siento que sería extraño.
Las palabras de mamá calan hondo en mi sistema como un rápido recuerdo "Chicos como él, no aparece dos veces en esta vida" sacudo la cabeza eliminando esa frase de mi mente.
Pronto me encuentro a un lado de mi hermana que está en la caja, pagando las esferas que había visto anteriormente, el resto de la tarde la pasamos haciendo las compras y para el anochecer ya hemos vuelto a casa.
***
Estaciono el auto fuera de la casa de mis padres apretando mi abrigo a mi cuerpo, vaya que está helando. Saco los regalos de la cajuela y rápidamente entro a la casa, donde parece haber una guerra. Es como entrar a otro mundo, mamá está gritando desde la cocina, papá anda de un lado a otro ajustando algunos detalles y el sonido de la secadora se escucha desde el piso superior.
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Definitivamente, tal vez ©
Novela JuvenilGolden Date es un sitio donde puedes comprar citas con el chico que quieras, las veces que quieras. Bianca Woodforth está cansada de escuchar las bromas de sus amigas acerca de que terminará sola con mil gatos si no se atreve a hablar con un chico...