Hundida [[Ben Bruce]]V.C.A.A. Tmprda.2

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—¿Realmente debes irte, pequeña? —Cameron caminaba a mis espaldas por todo el departamento, comiendo una rosquilla y frotándose los ojos— apenas nos hemos visto un par de horas, tenemos un montón de cosas que platicar —bufo arqueando las cejas— y ahora dices que te vas.

Buscaba mi celular en el basurero que lo chicos tenían como departamento, en el suelo podía ver a simple vista comida, cuerdas de guitarra, botellas, colillas, líquidos de procedencia desconocida (mejor). Pero no mi móvil, ninguna señal de ese aparato.

Tome una bocanada de aire e infle mis cachetes dándome la vuelta para observar a Cameron: —Cam, podemos vernos cuando quieras, el tiempo que estarán aquí podremos compartir —me acerqué a el a pasó lento para tirar algunos mechones de su rebelde cabello.

Escuche una puerta abrirse, Dennis salía de su cuarto con unas pantuflas de conejo. Tenía el cabello revuelto y los ojos chicos. La fiesta se había extendido hasta las cinco treinta de la mañana, y el fue uno de los chicos que bebió hasta caer.

—¿Nunca han visto unas pantuflas de conejo? —nos reclamó al notar la carcajada que ambos intentábamos callar— son lindas y cómodas.

Se acercó desafiante y me acaricio la cabeza, robo la rosquilla de Cameron y se fue a la cocina tarareando una canción.

Cameron y yo nos miramos cómplices, y luego seguí con mi búsqueda. Busque en todos los lugares, bajo el sofá, bajo los sillones, bajo el refrigerador, en el cuarto de James, en el cuarto de Danny, también marque mi número desde el móvil de Sam, pero estaba apagado. Revise en el pasillo, quizás se había caído, nada. Empezaba a resignarme, probablemente lo había perdido en la fiesta.

Volví al departamento y robe un poco de cereal a Danny, me acoste en el sofa con los pies hacia arriba y la cabeza colgando. Escuchamos música, escuchamos Black Sabbath, escuchamos Skid Drow, comimos chocolates, vimos televisión. Bebieron algunas cervezas, fumaron, jugamos que probabilidad hay, James beso a Sam. Pedimos una pizza, comimos, Dennis robo un trozo de la mía, lo golpee. Reimos.

El tiempo se detuvo un instante, el reloj marcaba las diez cuarenta y cinco, tenía que irme.

—¡Me voy! —grite eufórica y de un salto me puse en pie dándoles la espalda. Podía escucharlos susurrar y reír. Gire levantando una ceja y moviendo la barbilla para así entender que era lo gracioso.

Sam torció la boca y sonrió tímidamente, se acomodo el cabello y mirando al suelo dijo: Los chicos y yo opinamos que el trasero te ha crecido. Esta bonito. Todos, a excepción de mi soltaron una carcajada y le gritaron cosas como: "¡Qué valiente!"

Sentía que mi rostro ardía ante la vergüenza, me sobe el tabique y respire profundamente un par de veces, convenciendome a mi misma, no valía la pena golpearlo.

Un ronquido me puso los pelos de punta, levante la vista y vi a Ben saliendo de su cuarto en compañía de aquella chica, la cual era alta, hermosa, Dios. Nos miraba atento, primero dirigió su vista a los chicos, suspiro y luego me miró a mi, por dos segundos, apartó la vista y mordió su labio: —Vuelvo en unos minutos —tomó la mano de la chica y la jalo ligeramente— despidete, Jade.

Ella sonrió y pronunció un: Adiós, chicos. Ellos le respondieron de igual forma. Salieron y enseguida Cameron pregunto: —¿Revisaste el cuarto de Ben?

—De hecho, no —y dudaba que mi móvil estuviera allí— me da miedo hacerlo —sonrei— no creo que el lo tenga, de igual forma.

— Entra y busca, no perderás nada con hacerlo —tomó un sorbo de su bebida mientras se frotaba la mejilla— además, estoy seguro, tardará en volver.

Mi curiosidad se elevó a los cielos, podría encontrarlo allí, y, siendo sincera, quería buscar entre sus cosas.

Corrí al cuarto y cerré la puerta tras de mi, la cama estaba desordenada, sus maletas estaban allí, un par de colillas en la mesa, y su aroma peculiar. Decidí buscar bajo la cama, habían zapatos, empaques de dulces, pero no estaba mi celular.

Cuando estaba por salir escuche a Danny gritar: —¡Ben, que rápido volviste! ¡Ven, mira un poco de televisión con tu amigo favorito!

Me escabullí debajo de su cama y procure mantener mi respiración suave y tranquila. Ben entró al cuarto, cerró la puerta, apoyo la frente en esta misma y se quedó ahí un par de segundos. Suspiró, se quitó la camisa y la arrojó a algún lugar para luego sentarse en la cama: —¿Piensas quedarte ahí todo el día?

Me tomó por sorpresa, tanto, que golpee mi cabeza. Auch.

—¿A que te refieres? —dije saliendo con dificultad —mis lentes se cayeron y los estaba buscando —me levanté y sacudí mi ropa.

—Se te veía el dedo —dijo sonriendo— ¿Los encontraste?

Era evidente que asistía al gimnasio, su torso estaba tonificado, sus brazos, debía dejar de mirar ahora o lo notaría: —Los encontraría si no tuvieras un basurero ahí abajo.

El se levantó mientras reía suavemente, busco algo en el bolsillo de sus pantalones y sacó mi móvil, extendió su mano mientras se revolvía el cabello: —Toma tus lentes.  Por cierto Andy estuvo llamandote toda la noche.

—¿Por que no me dijiste antes? —lo tome rápidamente, era cierto, veinte llamadas.

—Porque no soy tu secretaria —sonrio— aunque, conteste una vez, para hacerle saber que estabas bien. Luego de eso no volvió a llamar —levantó loas hombros con desinterés.

Lo observé sorprendida, y enfadada. Me acerqué a el y lo empuje: —¡¿Por qué lo hiciste?! —le golpee el pecho un par de veces, dejando pasar el hecho de que mis mejillas se hallaban húmedas a causa de las lágrimas.

Ben me tomó por los hombros y me arrojó a la cama poniéndose sobre mi. Agarró mis muñecas y las puso a cada lado de mi cabeza. —¿Por qué lo haces? Deja de hacerlo. No llores.

Sus palabras sólo me hacían sollozar con más fuerza: —¡Tu ya no me amas, Ben! —me safe de su agarre y lance un golpe directo a su pecho, pero el detuvo mi mano.

Me observaba con intriga, analizaba la forma en la cual me derrumbaba ante sus ojos.

—No hagas eso —besó mi mano— No hagas las cosas más difíciles.

Hola chiquillas. 7u7

Comenten, me gusta leerlas.

Perdón por los errores, nos leemos en cinco meses (? Ahre

Ilovshu