Uno.

520 51 3
                                    

Actualidad.

Por quinta vez en el día escuchaba sonar el celular, lo tome entre mis dedos y mire la pantalla.

Sam.

Mis ojos se cristalizaron de inmediato.

Me recoste contra la pared y hundí mi rostro entre mis piernas. El móvil al fin dejo de sonar, para instantáneamente comenzar de nuevo.

"Joder".

Eche mi cabeza hacia atrás con fuerza teniendo la intención de golparme con la pared, y así fue.

Tome el celular y mire su pantalla.

James.

Oprimi en confirmar y atendí la llamada.

— Dejalo joder, dejenlo de una maldita vez —casi grite para cortar la llamada y apagar el móvil—.

Lo arroje con furia a cualquier lugar del cuarto, las lágrimas ya habían comenzado a salir.

Extrañaba a los chicos, extrañaba a Ben.

Escuche unos golpes en la puerta, me levante débilmente y abrí esta viendo a una joven.

— ¿Si?

— Uh.. Yo.. Vengo a organizar su cuarto —sonrio—.

— Pero, tu no eres Holga —frunci el ceño—.

— Soy Caramel Kar —extendio su mano a mi en forma de saludo—.

Imite su acto para luego volver y sentarme en el suelo.

La miraba con atención, ella tendía la cama. Era bastante hermosa, y llevaba la delantera en cuestión de estatura, y muy probable en edad. Sus ojos brillaban bastante, y tenia unas lindas facciones en el rostro. Noto mi persistente mirada y soltó una risa.

— ¿Esta usted bien? —pregunto sin siquiera mirarme—.

— Si.

— ¿Desea que traiga algo de comer?

Algo se removió dentro de mi, hace tres días no ingería nada.

— Estoy bien, gracias.

Ella asintió y después salio del cuarto dejando todo en orden.

La habitación estaba en una casi completa oscuridad, con sus cortinas cubriéndo los grandes ventanales.

Me levante y fui hasta una de las mesas del lugar para buscar la cajetilla de cigarros. Cuando la encontré note que bajo esta habían dos fotografías. Dudosa las agarre y las acerque a mi rostro para observarlas mejor.

Un nudo se hizo en mi garganta mientras mis ojos ardían.

Me deje caer en el suelo con la respiración cortada.

Una de las fotografías era la de Ben riendo, se veía tan torpe. Acerque la imagen a mi pecho mientras casi me ahogaba en las lágrimas.

Extrañaba sus labios, su cabello, su testarudez, sus caricias.

Temblorosamente deje las fotografías en el suelo para cubrir mi rostro con mis manos, estaba hundida en lágrimas, tenia rabia conmigo misma acumulada. Enterraba con fuerza las uñas contra mi rostro, sintiendo pero esquivando el dolor.

— ¡Maldita sea! —grite con frustración mientras me ponía en pie, camine por todo el cuarto tratando de calmar mis emociones—.
Fui hacia el baño para lavar mi rostro pero al ver el reflejo en el espejo sentí ira por lo mal que estaba.
Cerré mis ojos con fuerza procurando no llorar, pero instintivamente estrelle mi puño contra el espejo rompiendo el cristal en varias partes, sentí como me ardían los nudillos y algunas partes de mis dedos. 

"Que idiota" pensé cuando comenzaba a brotar sangre de mi piel.

El ardor era insoportable, y la sangre no dejaba de salir.

Según entiendo, la perdida de sangre también puede provocar Anemia. Pero siendo sincera, ¿Acaso me importa mi salud? Hace una semana que no consumo los medicamentos, y hace tres dias no me alimento.

Puse la mano bajo el grifo y deje que el agua se llevara la sangre, pero esta no detenía su escape.

Cerré la llave y me recoste contra la pared deslizándome por esta hasta sentir el suelo.

Estuve mirando las heridas hasta que me dormi levemente por unos pocos minutos.

Al volver a la realidad, mi mano estaba empapada por la sangre, caían constantes gotas manchando el fino suelo de mármol. El ardor se había vuelto indescriptible.

Me levante con dificultad, quizá por la perdida sanguínea, oh por que soy una idiota.

Ande hasta el teléfono que estaba perfectamente puesto en una mesita, intente agarrarlo pero sentí un dolor intenso en mis dedos.

"Estas herida, imbécil".

Camine hasta la puerta, sin que la sangre se detuviera.

Salí de la habitación casi corriendo para bajar las escaleras capturando la atención de los demás huéspedes. Al llegar al Living la primera persona que noto mi presencia fue Caramel, al principio su expresión era confusa, pero después de ver mi mano corrió hasta mi.

— ¿Esta bien? —pregunto con nerviosismo mientras se posicionaba a mi lado—.

Reí ligeramente por su pregunta, y por la graciosa apariencia de mi mano. Caramel me miro extraña por mi expresión.

— Llamare una ambulancia — se separo de mi lado—.

— No es para tanto, solo necesito un poco de alcohol —al distraerme choque con un señor haciéndome caer hacia atrás y apoyarme en la mano herida—.

Solté una risita de nerviosismo y después la luz desapareció.

Hundida [[Ben Bruce]]V.C.A.A. Tmprda.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora