Hundida [[Ben Bruce]]V.C.A.A. Tmprda.2

Once.

— Ben, ordeno que arregles las cosas con ella —dijo Dany observándome mientras daba un trago a su bebida— ______ esta muy mal.

— ¿Como lo sabes? —pregunte sin interés dando una calada al cigarrillo—.

Habían pasado dos días desde nuestro grandioso encuentro.

— La visite un día después de ti, esta cambiada —suspiro—.

— No es mi problema —respondí arrojando la colilla al suelo— fue su decisión.

— Eres un idiota —escupio en mi rostro—.

Frunci el ceño poniéndome en pie para estrellar mi puño en su mandíbula sin darle tiempo a responder. Dany paso sus dedos por su mentón sorprendido y se levanto igualmente empujandome hacia atrás logrando que estrellara contra una pared del bar, lanzo su puño con fuerza y rapidez estampandolo en mi mejilla, tomo ventaja de esto y dejo otros dos en el mismo lugar.

— ¿Es enser- —lo interrumpí hundiendo mi puño en la parte inferior de su mentón obligándolo a ir un poco hacia atrás — No me jodas —se quejo—.

Ataque el centro de su abdomen apuntando repetidamente a la boca de su estomago, cuando estaba por dar el tercer golpe sentí su puño estallar contra mi labio inferior, un quejido casi audible se escapo de mis labios por el ardor que causaba.

La mayoría de miradas estaban clavadas sobre la pelea, con enojo agarre a Dany del cuello de su camisa para ágilmente golpear su rostro, podía escuchar uno que otro quejido por su parte hasta que alguien nos separó, dos hombres.

Furiosos nos sacaron del lugar como si se tratase de ratas literalmente arrojandonos al suelo, estando ahí una risa se escapo de mis labios siendo acompañada por la de Dany.

Un poco de sangre brotaba de sus labios y uno de sus ojos comenzaba a tomar un color morado.

— Veo que has mejorado en las peleas Ben —dijo riendo— me has vuelto mierda, pero no te preocupes, no se compara como te he dejado. Al fin vuelve mi divertido amigo.

Probablemente tenia razón, me dolía la mayor parte del rostro.

— Callate idiota —ordene levantándome y limpiando mi vaquero—.

— ¿Entendiste el mensaje? —pregunto imitando mi acto— ¿Hablaras con ella?

— Supongo —rei mientras tanteaba su espalda— gracias.

Camine en dirección del auto.

— ¿Iras así? —pregunto soltando una carcajada—.

Ignore su pregunta y subí al auto, era momento de arreglar las cosas de una forma madura.

Al llegar al hotel estacione mi auto en frente y a grandes zancadas entre al edificio.

Sabia que piso era, al igual que su habitación. Ignorando la recepción subí las escaleras hasta llegar al piso cinco, me pare enfrente de su puerta y di tres golpes. Al poco instante la puerta se abrió mostrándome un joven alto y de ojos azules que sostenía una taza de.. ¿Chocolate?.

— ¿Si? —pregunto—.

Mi sangre hirvió, se supone que no tenia otra relación. Eso dijo ella, mintió.

— ¿Esta ______? —dije conteniendo las ganas de golpearlo—.

— Dormida —respondio sin interés— si quieres pasa, pronto despertara.

Se hizo a un lado y con rapidez entre al departamento, no lo pensé dos veces cuando ya estaba en el umbral de la puerta de su habitación. ______ dormía plácidamente sobre la colcha de su cama, tenia mi playera puesta y solo estaba con su ropa interior, tal como aquel día.

— ¿Es muy bella verdad? —pregunto el mismo joven de hace unos minutos—.

Apreté mi mandíbula girandome para estrellar mi puño contra su mejilla y tumbarlo al suelo.

— ¡¿Que diablos?! —grito el levantándose—.

Su quejido causo que ______ despertara.

— Jey —saludo somnolienta, me gire para verla y pude apreciar una tierna sonrisa que desapareció al instante— ¡Roberth!

Se levanto de golpe para correr hacia el joven y examinar su rostro.

— ¿Que te paso? —pregunto preocupada—.

— Tu novio —se quejo—.

— Callate idiota, no es para tanto —bufe—.

— ¡Ben!

______ lo llevo a la cocina para poner un paño húmedo en su mejilla. Me molestaba que estuviera así frente el así que camine hasta ella y sin su permiso la tome de la cintura cargándola en mi hombro.

— Vete —le ordene a 'Roberth'—.

— ¿Quien diablos te crees para ordenarme?

— Que te vayas —camine con ______ en mi hombro recibiendo algunos de sus puños en mi pecho—.

— ¡Bajame Tonto! —chillo— golpeaste a mi amigo!

¿Amigo?.

Entre al cuarto y cerré la puerta tras de mi para luego dejar a ______ sobre la cama, me miro con enojo y luego con ternura.

— ¿Y a ti que paso? —acaricio mi mejilla—.

Reprimi una sonrisa al sentir el ardor en mi labio.

— Una linda historia —solte— pero no vine a eso.

Ella sonrió y sus ojos se comenzaron a cristalizar.

— Ben, no quiero pelear mas, no te puedo decir, es por tu bien —cerro sus ojos con fuerza— pero yo te amo, joder. Te amo tanto —confeso con sus mejillas llenas de lagrimas—.

Sonreí por eso sin importar el dolor, la tome de las mejillas y la acerque a mi atrapando su labio inferior con mis dientes, limpie algunas de sus lágrimas con mi pulgar mientras comenzaba a besarla, el roce de sus labios me causaba un leve ardor que de algún modo disfrutaba, ______ se separó para mirarme a los ojos y acariciar mi mejilla.

— No me beses, te dolerá más —rio—.

Sonreí de lado acercándola nuevamente a mis labios.

— De echó tus labios son un consuelo —hable en medio del beso—.

Me acerque más a ella quedando encima, paso sus brazos por mi cuello mientras tiraba ligeramente de mi cabello causándome una relajante sensación, comencé a dejar suaves besos en su mentón de camino a su cuello, una vez allí me detuve para acercarme a su odio.

— ¿Me amas? —pregunte—.

Río levemente despeinando mi cabello.

— Bastante.

Sonreí para después morder un poco el lóbulo de su oreja.

— También te amo —susurre— pero quiero que te alejes del idiota.

_______ soltó una carcajada cubriendo su rostro con un cojín. Estuvo riendo casi cinco minutos, sus mejillas estaban teñidas de un rojo intenso.

— Es gay —volvio a estallar en risas—.

Me separe un poco de ella algo confundido, ______ me miro con una sonrisa para después tirar de mi chamarra y acercarme, metió sus heladas manos bajo mi playera dándome un escalofrío  y dio un beso en mi nariz. Extrañaba estos momentos.

— ¿Me dirás lo que pasa? —pregunte con ilusión—.

— Que molesto —se quejó— pero lo pensare.

Sonreí tomando sus mejillas entre mis manos, sus ojos brillaban mas de lo normal.

— Te amo.