Tres

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3.La apuesta y unos cuantos enredos.

MANFER

Maldición con esa chica es una frustración, nunca va a poder ser amable, ella si es una hija de sus papás, yo no. Si tan sólo supiese mi verdadera vida, no le gustará pero ni ignorarme. Pero éste erá yo, el famoso chico que enamoraba a cualquier mujer y qué ninguna se retiraba de ninguna de mis propuestas. Jazmín esa chica es tan tonta sin yo antes preguntarle ya sabía toda su vida, que tirada erá la niña, apuesto qué si quisiese la tuviese ahora mismo en mi cuarto y sin nada de ropa. Pero no. No me interesa ni ella ni otra chica de la segundaria. Quiero a Casey, si ya sabía su nombre, sabía qué vivía con sus padres y no tenía hermanos, erá hija única así qué ¿Quién era la mimada? No me interesa ella como mujer, novia, esposa, ¡NO! Sólo quiero lo único interesante qué pueda tener. ¿Pensé en esposa? Pff... Al demonio con éso.

- Hola Manfito, ¿por qué te ríes?- Murmuró una chica con pelo rojo, la más hundida; ya saben a lo qué me refiero, y no, no me refiero a qué he llegado a eso.

Suspire para darme la vuelta.

- ¿Qué quieres Jana? - Dijé sin remordimiento.

- Lucas quiere hablar contigo. - Dijo Fría. Se encuentra en el segundo planchel.

Al parecer no le gustó mi tono y se estaba mostrando fría cuando el otro día se me insinuó. ¿Qué clase de chica es? Si piensa qué iba aceptarla se equivocó. La verdad esqué no tenía ganas de estar con ninguna chica y menos una como ella.

(...)

Iba caminando serio, sabía qué las chicas donde me veían se mostrarían con una sonrisa y todo lo demás, pero no les prestaba atención iba sólo con mis pensamientos, iba en ellos, pensaba en lo qué me había dicho el otro día esa chica Casey. Tenía intriga y puedo decir que me había dejado jodido.

Me estaba acercando donde estaba Lucas, estaban cinco más con él, supongo qué hablando de mujeres, estar con ellos erá tán onstigante, pero esté era yo, Manfer Wilder el chico más cotizado y no dejaría mi vida. Admito qué me gustaba.

- Aquí estás Manfer, bién llegas a tiempo para escuchar mi plan estrella - Comentó áspero y seguro de lo dicho. - Espero que no hagas perder mi tiempo, eh.

Quería huir de ahí, todos los "planes estrellas" que a dicho Lucas son tán tontos, qué uno más y siendo sincero no se cómo reaccionaría.

- Hagamos una apuesta - Lanzó sonriente.

¿Una qué? Sé estaba volviendo loco acaso.

- ¿Una apuesta? Murmure con ironía. - Así es, sólo escuchame. A la única qué hay que quitarle el lazo de regalo es a Casey, bueno o al de unas diez más, sólo qué claro muchas finjieron no ser vírgenes solo para quedar bién ante ti, porqué tú fuistes el creador de ése juego y eres el chico del momento, pero esa chica es tán dura qué merece un premió. Y, ¿Quién mejor que nosotros dos para estó? - Río someramente.

Para decir verdad no sonaba nada mal. Me gustaba la idea de ser el primero en todo. Y bueno de competir con alguién tan sineto como Lucas.

- Suena bién. - Me mostré sin rodeos.

- Entonces, ¿aceptaras?. Suerte con éso, esa mujer es cómo una gata cuando ve a un ratón, los ataca, y más a los chicos cómo nosotros qué solo vamos jodiendole la vida a los demas, en otras palabras nos odia. Te daré quince días, sino ganas la apuesta le darás un beso a la profesora Delfi y también unos diez eubros están dentro. U si ganas yo te lo daré a ti, y haré lo mismo. Bueno, tú harás lo mismo conmigo. Apartir de esté inestable minuto empieza la apuesta.

Buena suerte para ti. Él a estado aquí mucho más tiempo qué yo y ella ni siquiera lo vuelve a ver.

(...)

Estaba caminando en el centró comercial, cuándo de repente miró hacía un lado porqué unas bolsas chocaban conmigo, y hubiese deseado no ser tán curiosa. ¿Por qué él? Porque tenía que toparme con el, ya sé estaba convirtiendo en una molestia. Aúnque siempre lo a sido.

- Lo siento. Murmuró.

Digamen que sólo eso no sabe decir.

- Si me vas a decir lo mismo siempre mejor cállate. - Dijé obstinada de su respuesta.

- Podrías dejar de ser tán odiosa conmigo un día por favor - Maldita sea su sonrisa.

Aquí vamos.

- ¿Por qué debería de hacerlo? No me interesa. - Dije omisa a sus palabras.

- Ven conmigo, me vuelves loco niña.

¿Niña? Y, el qué se creía acaso el más adulto. Cómo odiaba verlo. Está bien omito qué cuando el se aparecía en mi aburrida vida, todo cambiaba hasta mi perspectiva al pensarlo.

- Sueltame me duele la muñeca. Comenté cansada.

Estaba frustrada. Esté chico mejor dicho qué me arrastró, me hizo sacada del centro comercial y me trae a esté lugar que nunca había visto, y qué está a tres cuadras. Si ya sé. Soy una nigga nunca salgo. Pero siempre prefería tener de lejos a la sociedad.

- ¿Por qué me traes a esté lugar? - Figure curiosa.

- ¿No te cansas de hablar? Sólo quiero qué me perdones, me he portado muy mal contigo y quiero remediarlo.

¿Esto es una broma?

- No es gracioso, no trates de jugar conmigo cómo si fuese una tonta. - Frunci la mirada.

Me trata mal y ahora de la nada viene y se hace el principé, como me fastidiaba verle a la cara

- No estoy jugando contigo, escucha. Dame una oportunidad sé que no me la merezco porqué no me he comportado como un caballero, y desde que te vi me atraje por ti, por tus ojos. ¿Recuerdas? Nuestras miradas chocaron.

Pff, podía jurar qué estaba drogado esté chico.

- Ya me tengo que ir, se me hace tarde. - Dije mirándole aquellos ojos, celestes como el cielo, y verdes con marrón, prometo que así es.

- Déjame acompañarte. - Dijo extendiendome su mano.

Qué le sucedía al gilipollas esté.

- No olvídate.

-Déjame al menos verte mañana, es fin de semana.

Pellizquemen, quizás estoy durmiendo.

(...)

Estaba por llegar a mi casa. No podía creer lo sucedido, menos lo dicho de ése hombre, no puedo olvidar sus palabras demonios quiere verme, y él sabe que le acepte porqué no dije nada. No se porqué pero sentía emoción, Manfer el chico nuevo, el popular, hasta mi omnisciente reía de mi, de mis pensamientos, pero era real. ¿Era una cita? Creo que no voy a dormir en toda la noche, pensando en ese maldito gilipollas. ¿Por qué debería de emocionarme? Porqué mostraba mis sentimientos si nunca lo había hecho, nunca nadié me a visto mostrar mis sentimientos.

Bueno... excepto si sé a ganado un poco. La verdad esqué nunca he salido con un chico, y nunca he tenido una cita es por ello qué no sé  como reaccionar, qué ponerme nada.

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