Doce

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La fiesta, el secreto

Una maravillosa luz molestaron mis ojos, si había llegado a mi país de donde jamas tuve que haber salido. Estaba que saltaba de la emoción de poder ver a mi familia, porque al ya estar en el aeropuerto, faltaba muy poco para estar en casa.

(...)

No tomé ningún taxi, quería caminar, ir pensando en mi mamá y papa, teníamos mucho de que hablar, mi casa quedaba a dos cuadras, así que no había problema, no tenía miedo tampoco, porque ya desapareció de mí. Está vez vengo dispuesta a todo, hacer pedazos a la persona que no le importe, por más que yo fuese alguien que no salía a fiestas, alguien tranquila, que no se metía en problemas, estudiosa y de más... Venía con algo en mente y nadie me iba hacer cambiar de opinión.

De pronto sonó mi teléfono, era una notificación de la persona que consideraba casi que mi hermana pero que al final salió igual del falsa que su cabello. Le puse interés cuando dijo, ''Atentos hoy gran fiesta de mascaras en casa de Manfer, nueve de la noche, te esperamos''

Era mi momento, era mi noche después de tanto tiempo. Sabía que no podía perder esta oportunidad. Tendría que correr a mi casa, tengo que ver que voy a usar, esperó que mi cuarto esté intacto, que mis padres me reciban bien, que no me juzguen, no quiero sentir que lo único que me queda también me deja, sin importarles lo que yo sienta o pase.

(...)

Iba llegando a mi casa, estaba muriendo de los nervios, estaba cansada, fatigada, sólo pensaba en esa maldita fiesta, que era mi temor, pero tenía que ir. Lo tenía que hacer por mí.

Toqué la puerta de mi casa, al fin. Sentí un dolor de estómago horrible de los nervios tan melancólicos que comenzaban a brotar.

De pronto la puerta sé abrió era mi mamá estaba súper feliz de mirarle, la tierra sé detuvo por unos segundos era la niña más feliz de la tierra. Mi mamá comenzó a llorar, y gritaba, "Viejo baja, baja" toda emocionada. Yo estaba más que emocionada. Me le tiré encima y la abracé tan fuerte que me olvidé de todo el daño que traía conmigo. Me sentía en casa, protegida, amada. Lo que hace mucho no sentía.

De pronto vi a mi papá llegar a mí, corrió y me abrazó tan fuerte cómo pudo, justo ahí me pregunté, cómo demonios fui tan estúpida.

(...)

Mi amor te extrañé tanto. Ha pasado tanto tiempo, por favor no te vayas de nuevo, jamás dejaré que suceda lo juró por mi vida.

Me sentía la persona más horrible del mundo, en serio me dolía aún más el pecho, por dentro.

- Madre éso no volverá a pasar jamás. ¡Los amo! Tendremos tiempo para hablar de todo más adelante por el momento, tengo algo por hacer.

- ¡Oh! Claro hija. Gracias al cielo estas aquí.

Me sentía bien, me recibieron más lindo de lo que esperaba.

Tenía cosas por hacer. Una de ellas era... la fiesta no podía faltar. Era mi noche, mi única oportunidad.

(...)

Me disfrace cómo pude, no tenía perfecciones en mi cuarto, pero me sentía bien, me maquille, aprendí muy bien lo que me enseñó el otro hombre. Hoy tenía que sacar todo lo que aprendí.

Mis padres ya estaban durmiendo así que no pude despedirme, me sentía rara, me estaba revelando, me sentía con todo el poder, seguro de sí misma. Ya estaba obstinada de ser el juego de todo mundo.

Tomé un taxi, me dirige directamente a esa fiesta. Quería acabar con esto ya.

(...)

Había demasiado ruido, era algo de locos. Sólo era afuera, imaginesen adentró. ¡Demonios!

Respiré profundo, y accedí ir directamente a la fiesta. Habían dos hombres muy opuestos esperando en la puerta. Supongo que los guardias, algo sé me tenía que ocurrir para entrar. Mierda, mierda, mierda. No podía dejar pasar esta oportunidad.

-Hola, buenas noches. ¿Aún puedo pasar?.- Si claro, adelanté preciosa.

Sólo mostré la sonrisa más fingida del mundo. Estaba que me llevaban los putos nervios.

Entré, al fin. Todo era demasiado soñado, en serio. Habían demasiadas personas, música muy alta, comida en exceso, alcohol ni hablar, todo olía a marihuana, ya la mayoría estaban muy locos, y eso que apenas empezaba la fiestas.

Buscaba y buscaba a Manfer pero no lo encontraba, caminé un poco, hasta que choque con alguien. Ya empezaba mi mala suerte a surgir tan pronto, que bello.

Me volteé inmediata para ver quién fue el imbécil distraído que chocó conmigo de esa manera.

Justo entonces me quedé intacta si  habla. Intentando recordar el porqué demonios estaba en esta maldita fiesta. Entonces vi sus ojos, y algo sofocó mi pecho. Desvíe mi mirada inmediatamente.

- ¡Oh! Perdón. Fue mi culpa.

Soy una estúpida nerviosa.

-Tranquila, para la próxima camina bien.

Si, sólo éso contestó. Sigue siendo el mismo idiota de siempre, lo odiaba, en serio. Tenia que acabar con esto lo más antes posible, no soportaba está farsa.

A centímetros el sé fue a encontrar con su novia. Sí, su novia. Tenia una maldita novia, en serio ni sé que hago aquí, soy una maldita estúpida. Mi garganta sentía un nudo, cerré los ojos por un segundo y recordé todo, me armé de fuerzas y seguí recorriendo el lugar para pensar mejor lo que iba hacer. Porque hoy era mi noche, no la de él.

Una disculpa enorme por no a ver actualizado hace mucho tiempo, he tenido muchas cosas enormes que hacer, pero ya estoy acá, prometo tratar de actualizar todos los días, de recompensa por la espera.

Mil gracias, por seguir aún. ¡Que lo disfruten! ✨
¡Los quiero! 💗

Con cariño: maaaaarjimenez.

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