Ya pasó un tiempo, Viktor está "fuera de peligro", pero aún debe cargar con su pequeño tanque de oxígeno a donde quiera que va.
Las noticias al fín y al cabo se han enterado del estado de salud del albino, y sobre la hija que tiene con Yuuri. Los han acosado para conseguir entrevistas a donde quiera que van, así que por eso han tenido que vestirse casi como esquimales a la hora de hacer la compra de víveres, o tan siquiera para dar un paseo con la hermosa Evgenia de casi dos años en sólo un mes.
-Papá, ¿dónde está mami?
-En la habitación, mi cielo. Búscalo, ya vamos a cenar -le dijo Yuuri a su hija mientras ponía los platos, viendo cuando el viejito Makkachin se fué detrás de Evgenia.
[...]
-¿Mami?
Ella vió un bulto arropado en la cama, respiraba tranquilo y parecía sonreír entre sueños. Ella avanzó hacia él.
-Mami... -lo tocó, y él abrió los ojos-. Ya vamos a cenar.
-Y-ya voy... bebé -se desarropó y se levantó suavemente, y su hija le tomó la mano hasta llegar al comedor, donde lo recibió su novio.
Se sentaron a comer, riendo y hablando sobre el tema más concurrido en ése momento; el cumpleaños de Evgi. Ésta pidió de regalo unos patines como los de mami y papá para poder patinar como ellos, y Viktor sintió algo encenderse en su interior, algo que hace mucho no había hecho.
Quería patinar.
[...]
-Yuuri...
-¿Sí, mi amor?
-¿Yuuko ya cerró la pista? ¿O tienes una llave spare aún?
-Uhm... sí, ya cerró, pero aún tengo llave... ¿Qué quieres decirme con eso? -dejó de acomodar su ropero para sentarse en la cama al lado de su amado y le tomó la mano.
-...Quería que me llevaras a patinar... nada más.
A Yuuri se le llenaron los ojos en pequeñas gotas saladas que se negó a derramar, al ver los ahora azul-grisáceos ojos de su novio, conteniendo ése anhelo por ir al lugar donde hicieron tantas locuras y se unieron más que como entrenador/pupilo, ése lugar que vió su amor crecer; sabía que no podía negarle nada a Viktor.
-Claro que sí, pero sólo un rato.
-¡¿En serio?! ¡Gracias, Yuuri! -lo abrazó fuertemente mientras lágrimas escurrían de sus ojos afectados por la quimio-. Sólo un rato, ¿sí? Tu hermana está cuidando a Evgenia, ¿verdad?
-Sí mi amor, un rato, y Mari tiene a Evgi -aseguró-. Y llevamos a Tilly -Viktor lo miró con cara fea-. Amor, no puedes dejar a Tilly -el albino cruzó los brazos y resopló.
Viktor había llamado "Tilly" a su tanque.
[...]
-¿Y si ya no puedo hacerlo?
-Sí puedes. Vamos -le terminó de poner la pequeña mochila donde tenía a "Tilly" en su espalda para que tuviera las manos libres.
Yuuri tanteó su pantalón, precisamente en su bolsillo oculto de la orilla de atrás, asegurándose de que lo que se había guardado ahí siguiera dentro de él. Terminó de acomodar sus patines y se aseguró que Viktor tuviese los de él bien.
Entraron a la parte donde está la pista, y el frío que recibió el ruso en sus pulmones al inhalar, lo hizo jadear por unos segundos en los que Yuuri creyó que algo andaba mal, pero Viktor le hizo un ademán de que no lo tocara, incluso puso la mano en el pecho del nipón y lo retuvo, mas no lo empujó, sino que se apoyó en él.
-Estoy... vivo. Por algún motivo, me siento con... vida.
Yuuri rió, pero a la vez lloraba de alegría al ver la expresión en el rostro de su amado, y entró al hielo, invitándolo con una mano extendida hacia él. Viktor entró, y se deslizó con un poco de miedo sobre la superficie hasta alcanzar a Yuuri, quien lo sujetó por la cintura también, a pesar de ser un poco más bajo que el ruso.
Empezaron a patinar, con Yuuri yendo hacia atrás jalando a Viktor hacia él. De pronto, Viktor suelta a Yuuri, y éste le deja ser, vigilando que no le pase nada mientras el ruso recrea una rutina que le hizo ver el amor que siempre tuvo por Yuuri desde que lo conoció. Es obvio que Viktor no pudo hacer ningún salto, pero Yuuri sin palabras de por medio, había reconocido esos pasos como su primer rutina junto a Viktor, y cuando el ruso estaba por terminar en la misma pose que el nipón lo hacía, éste se adelantó y tomó a Viktor de la cintura por detrás, y lo giró hacia él.
-Viktor, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, y fuí muy ciego en algún punto como para darme cuenta, pero aquí estás, y no podría pedir nada más.
-Yuuri~...
-Tú mi hija y mi familia son lo único que necesito para vivir en paz. Pero... quiero sólo una cosa más... -se arrodilló en el hielo y sacó un hermoso anillo dorado, con la mitad de un patín y un copo de nieve en el borde interno-. Me harías la persona más felíz en éste momento si te casas conmigo.
El ruso estaba que no cabía en sí de la emoción, pero entonces vió su situación; enfermo, casi treinta años, y podía morir en cualquier momento. Se negó.
-¿P-pero, porqu--
-Yuuri, tú necesitas a alguien sano, que pueda vivir contigo hasta que estés anciano y se ría de tus lonjas contigo, que te cuente las canas mientras duermen abrazados. Yo no voy a llegar a eso -lloraba mientras Yuuri sentía que su alma se acongojaba, y tomó la mano de Viktor.
-No voy a aceptar a más nadie que no sea a tí. Tú vas a hacer todo eso... incluso si te vas antes que yo. Te amo.
Con esto, Viktor entendió lo mucho que Yuuri lo amaba, y asintió, dejándose poner el anillo y abrazando a Yuuri para darle un beso que expresaba todo el amor por la vida que tenía, que a pesar de no parecer mucha en el momento, le había dado todo lo que alguna vez creyó perdido para él; Amor.
[...]
Ésa noche, ambos durmieron abrazados, dándose palabras de amor y arrumacos, cayendo rendidos a Morfeo, con sus dedos entrelazados.
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Para Tí, De Mí
Hayran KurguEstos son pedazos de mi corazón, para tí. Aún con tanta distancia, te puedo contar que te siento, te pienso y te veo, y en la eternidad, siempre serás mi cariño eterno. ?Viktuuri? ☡Hay sorpresas, no diré nada☡ ?Si no te gusta, opiniones negativas; f...