OBSESIÓN DOLOROSA

RECUERDOS ASFIXIANTES

-¿Donde rayos estás...?

Mi susurro retumba en el aire frío de Jump City. 

"¿Y si no la encuentro? O, Dios,  ¿y-y si está muerta...? "

Sacudo la cabeza diciéndome a mí mismo que lo lograría y salto de un edificio más alto a uno de un piso.

Todo en mi cabeza da vueltas. Las preguntas revolotean por mi mente.  Y empiezan a joderme. A joderme que no tengan respuesta...

-¿Como vas,  Damian?

Me paro cuando estoy a punto de saltar de nuevo cuando la voz de Grayson suena amortiguada en mi bolsillo. 

Saco el comunicador y tomo aire antes de responder.

-No voy. No sé que hacer, Dick...

Por primera vez dejo al primer Robin si habla. Por primera vez digo lo que realmente pienso.  Y maldita sea.  Duele.

-Tranquilo, renacuajo,  la encontraremos...

No suena muy convencido.

Me llevo una mano a la frente y me sacudo el pelo, frustrado.

Grayson toma mi silencio por respuesta y cuelga. Dejándome totalmente solo ante la oscuridad.  De nuevo.

-Hola,  Raven.

-¿Pero qué...? ¿Don-donde estoy...?

Puedo oírlo. Pero no veo nada. "¿Estoy ciega...? "

-Eso no importa ahora.  Lo que importa es... que por fin estás aquí...

La voz termina la frase con una leve y maliciosa carcajada que causa estragos y caos en mi mente.

-Cuánto tiempo,  Rachel, ¿no?

Puedo oír al sujeto extraño andando a mi alrededor. Y un repiqueteo en el piso.  Como un objeto de metal.

"¿Me ha vendado los ojos...?"

Pero mi suposición es hundida cuando alzo una mano ypuedo verla perfectamente.  No me había dado cuenta...

Puedo ver.  Pero todo está oscuro.  Eso o he tomado demasiado alchol... Pero eso no es probable. No soporto las fiestas ni la cerveza.

Doy vueltas sobre mí misma lentamente intentando alcanzar ver algo. Pero nada.  Solo esos pasos y el repiqueteo de metal...

-¡¿Qué quires de mí?! ¿¡Quién eres...?!

Parecía más una súplica que una orden. Y me odio por eso...

-Oh,  Rachel... -noto el aliento del desconocido en mi cuello y mi oreja y se me hiela la sangre - ya me conoces...

Lo último que siento es un fuerte dolor en la cabeza y el brazo. Y al sujeto oscuro desternillandose...

-¿Mamá? ¿Vendrá algún día?

Ese día había salido a pasear con mi madre cogida de la mano. A mí corta edad de nueve años ya sabía el horrible ser que soy.

Caminamos por los campos.  Saludando a algunas personas que al parecer mi madre conocía.  Realmente era bonita.  Muchas personas decían que me parecía mucho a ella.

Pero no era el caso. Ella era totalmente distinta. 

Al menos no era mitad demonio...

-Sí. Volverá. E intentará llevarte. Pero tienes que ser fuerte, cariño. Caerás y caerás.  Pero sé con certeza que te levantarás. Siempre. Y no importa lo que pase, Rachel, siempre tendrás a alguien para ti.  A tu lado.  Aunque no sea yo. Tienes que ser fuerte,  pequeña. El mundo es cruel,  despiadado y malvado.  Pero siempre hay gente ahí para enfrentarlo.  Recuérdalo, simpre hay que levantarse...

Su voz dse iba amortiguando cada vez más...

Es irónico que recuerdes estas cosas cursis en tu lecho de muerte...