OBSESIÓN DOLOROSA

NO SE PUEDE CONSEGUIR TODO SOLO

-Zatana, necesitamos tú ayuda.

La voz del murciélago inunda cada rincón de la Batcueva. Me quedo tras mi padre, golpeando con un pie el suelo. Impaciente.

-¡Oh, Batman, viejo amigo, ¿cómo te va!?

La lentitud de la mujer solo me pone más nervioso.

-Es urgente. Necesitamos tu ayuda.

-Vaya. Te noto algo alterado.

-Sí. Una de las integrantes de los Titanes ha desaparecido - algo dentro de mí tiembla al oírlo en voz alta - mi hijo cree que podría encontrarla gracias a un vínculo mágico que puede comunicarlos.

-Vaya, suena prometedor... - siseó - estoy cerca de Gotham. Llegaré en unas horas. Ya hablaremos sobre mi recompensa...

El pitido finalizó la llamada. Mi padre se gira hacia mí, frío y distante. Como siempre.

-¿Unas horas? ¡En unas horas puede que ya esté muerta! ¡O que ya lo esté!

No puedo evitar levantar la voz. Todo esto me está consumiendo poco a poco.

-Tranquilízate. Seguiré buscando mientras espero. Te avisaré en cuanto sepa algo.

-Con eso cuento...

Vuelvo a subir las escalerillas y salgo de la cueva mientras oigo como mi padre vuelve al ordenador.

-Rachel..., despierta... - canturrea.

"Oh, mierda... " - pienso mientras me toco el cuello con las manos y noto líquido.

-Vaya, por fin despertaste.

Está parado a escasos pasos de mí. Miro con disimulo a mi alrededor y me doy cuenta de que ya no estoy en la jaula de metal. Es como una sala de observación médica. Como una cuarentena, con un gran cristal en una pared y tras él unos ordenadores encendidos. Estoy sentada en una camilla y hay gotas de sangre por todo el suelo. La luz neutra verdosa no ayuda mucho al ambiente.

El chico de los ojos amarillos se acerca a mí por fin sin esa estúpida sonrisa con una jeringilla sustituyendo su cuchillo.

Lo miro entre confundida y aterrada por sus intenciones y él se dá cuenta.
Si al menos puediera moverme...

"Mierda, mierda, mierda... "

-No te pongas nerviosa, querida, esto solo dolerá... - clava la aguja con fuerza en mi brazo y siento miles de punzadas por todo mi cuerpo y suelto un grito. Todo a mi alrededor empieza a dar vueltas y lo oigo todo como de fondo - bastante...

-"¡Damian! "

"¿¡Rachel, e- eres tú?!"

-"Lo siento. No me queda mucho tiempo"

"¿Qué...? ¿¡Dónde estás?! ¿!Quién te ha llevado?!"

-"Siento dejarte solo. Suerte. Aunque no creamos en ella... "

-"¿¡Dejarme solo...?! "

-"Adiós Damian"

-"¡Espera, Rachel, no te vayas...!"