-¿Qué pretendes? - escupí sabiendo bien la respuesta.
-Digamos que te llevo a casa de nuevo- levantó las comisuras de los labios con cinismo- pero necesito varias cosas. Incluido esto- señaló la geringa roja en su mano.
-Oh, genial...
-Así que... -se acercó un poco más a mí casi rompiendo el espacio entre nosotros. Contuve la respiración- supongo que no te molestará que tome esto prestado- señaló la gema roja de mi frente. Apreté la mandíbula. Ya le hubiera quitado esa odiosa sonrisa si no estuviera encadenada.
La cogió con brusquedad y se volvió para mirarla embobado unos segundos.
-¿Seguro que es aquí?
-Es la dirección, ¿no?
-No tiene pinta de un culto para demonios.
Le eché una mirada asesina por su insinuación.
Dick medio sonrió nervioso mientras se bajaba del auto.
Hice lo mismo mirando a mi alrededor.
Era un viejo almacén abandonado a punto de derrumbarse.
"¿Por qué siempre son almacenes abandonados? "
El aire tétrico de la noche junto la neblizna y los sonidos de la ciudad a los lejos podrían causar escalofríos a cualquiera.
Me puse la capucha del traje y avancé hacia las puertas medio abiertas.
Oí a Grayson farfullar algo contra mí y sus pasos acelerados detrás.
-No te retrases, Grayson- le murmure en tono de burla.
-Cállate- me devolvió en el mismo tono.
Cuando se puso a mi paso, encendió una linterna de su traje.
-No creo que aquí halla nada...
-Bueno, no podemos irnos ahora.
-Bien, yo por la derecha, tú por la izquierda- señaló los pasillos separados por enormes cajas de hierro polvorientas.
Asentí con la cabeza, encendí la luz de mi linterna y nos separamos.
"Voy a encontrarte"
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OBSESIÓN DOLOROSA
FanfictionAlgo muy extraño comienza a sucederle a Damian y Rachel, que pronto se darán cuenta de que no son tan diferentes.