OBSESIÓN DOLOROSA

SOLO UN SUEÑO

-¡Damian, despierta!

Te incorporas de golpe de la cama y te das cuenta de que estás en tu habitación. De que solo ha sido un maldito sueño.

-Tenías una pesadilla - responde tu padre a la pregunta que estabas apunto de hacer - te oí gritar desde el pasillo.

Bruce se separa de la cama, distante de nuevo, para volver a acercarse a la puerta. Quieres estallarlo a preguntas pero no puedes. Un nudo en la garganta te lo impide.

-Zatanna llegará en dos horas. Será mejor que te alistes ya.

El murciélago sale de tu cuarto con pasos rápido y cierra la puerta tras de sí.

Tras asimilar toda la información, te levantas de un salto para dirigirte al armario, cada vez más convencido de que eso no era solo un sueño.

-No va a servir de nada que te comuniques con él, querida. Eso no te va a ayudar.

-Solo me estaba despidiendo - atacaste cortante ante su molesta sonrisa.

-Oh. No seas así, Rachel, aún podemos ser amigos... -agrandó su sonrisa y levantó las cejas inclinándose hacia tí,  llenándote los pulmones de olor a ceniza y quemado impregnados al chico.

-No sé quién eres. Ni qué quieres de mí. Estoy encadenada a una silla con varios tubos aliendo de mis venas en una cuarentena. Tengo pocos amigos, pero dudo mucho que se hagan eso...-lo desafiaste.

-Oh. Así que de eso se trata, pequeña... Necesito tu sangre. Y esto... -señaló tu frente con una mano - al parecer lo has protegido con magia negra. Chica lista... - se burla.

Sueltas aire por la nariz para calamar tus nervios y volver a encontrar la paz. Aunque crees que la paz se fue a la mierda hace horas.

-Trigon volverá, Rachel. Y ésta vez... no podrás evitarlo. Viene a por tí.

Notas como se hiela tu sangre en segundos mientras el chico gira sobre sus talones alegre y camina mofandose hasta la puerta.

-"Damian... "