Cuando llego a la torre todos me reciben preocupados y confundidos. Excepto Damian, que se limita a mirarme unos segundos en silencio y volverme la espalda.
Estoy echa un desastre. Llena de cortes, heridas y moratones.
Lo único que quiero es meterme en mi cuarto, ducharme y descansar.
"Descansar..." Vaya, suena imposible...
No doy explicaciones. Ni abro la boca. Solo me escabullo rápidamente a mi habitación y espero a que mis amigos se rindan y se vayan.
Cosa que al cabo de un rato pasa. Dejan de aporrear la puerta y de interrogarme."Al fin silencio... "
Eso es lo único que necesito.
Quiero correr hacia el baño, pero algo me mantiene allí.-Vamos Rachel. Niña tonta, libérame... - me susurra por quinta vez en 10 minutos al oído.
-¡Déjame en paz! - grito menos firme de lo que quiero. Parece que mi voz está quebrada.
-¡Déjame en paz...! -susurras mientras te encoges en el suelo.
Estoy tirado en mi cama, aún con la ropa normal puesta. No me he molestado ni en quitarme los zapatos.
Tengo la vista clavada en el techo. Me duele la cabeza. Quiero levantarme y pedirle a Grayson unas pastillas que me alivien el dolor. Pero no tengo fuerzas ni para levantarme.
Sin darme cuenta, me quedo dormido.Cuando me levanto todo está exactamente como la otra noche, incluyendo al dolor de cabeza.
Me incorporo mascullando algo entre dientes con una mano sobre la frente.
No tengo ganas de hacer nada. Ni siquiera de dormir.
"Rachel... "
Ese pensamiento me atraviesa la cabeza a la velocidad de la luz.
Me levanto de la cama de un salto. Me acerco hasta el armario hasta que me miro y recuerdo que ya estoy vestido. No me molesto en cambiarme y salgo de mi habitación intentando no hacer ruido.
Me dirigo a la sala común. Vacía. Era de suponer. Miro al entrar el reloj de pared. Las cinco y media. Solo las cinco y media...Reviso mis opciones: ver la televisión, jugar a la maquinita (eso jamás ocurrirá...), echarme un rato en el sofá o, la más evidente, leer.
Opto por leer sin pensármelo dos veces. Ultimamente es mi único pasatiempo aparte de los entrenamientos.
Estoy apunto de volver a mi cuarto a coger un libro, pero me doy cuenta de que sobre la mesilla junto al sofá ya hay uno. Y las únicas posibilidades son que sea de Rachel o mío.
"Rachel..."
Esa maldita voz en mi cabeza vuelve al ataque. Aparto esos pensamientos sacudiendo levemente la cabeza, cogo el libro y me siento tranquilamente en el sofá. A esperar. Supongo que a esperar alguna señal..."Rachel... "
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OBSESIÓN DOLOROSA
FanfictionAlgo muy extraño comienza a sucederle a Damian y Rachel, que pronto se darán cuenta de que no son tan diferentes.