{1}Coalición

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Notas: Me ha resultado muy interesante y divertido tener que leer sobre el tema que trata este capítulo. Me gusta como se van desarrollando las cosas y espero de corazón que a vosotros también os guste. Ya es víspera de reyes, espero que este año os hayáis portado bien y tengáis muchos regalitos >:D. Ya sabéis que el carbón siempre está barato. <333

Un fuerte abrazo. Yoshi!!!

El asfixiante Sol inundaba los páramos, atormentándolos con su infatigable calor. A pesar de que éste estaba bajo, la temperatura era realmente alta. Justificaba del todo el porqué de aquel yermo desprovisto de vegetación, con un suelo terroso y resquebrajado, no parecía habitar en él ni las lagartijas.

A su alrededor había pequeñas estructuras de piedra que agrietadas parecían formar la cuna de una civilización ya extinta. Swain se apoyó en su bastón y estirando el cuello de su túnica trató de aligerar su calor. Sacó de su bolsillo un pañuelo impoluto y doblado con delicadeza. Se lo llevó a la nariz. El polvo que el viento parecía levantar a ratos hacía que con el calor fuera muchísimo más difícil respirar de lo que se había imaginado. Pero tal yermo hacía honor a su nombre, "Las Tierras Huecas", dentro de las Tierras del Vudú, ocupaban más de la mitad de su extensión. No había manera de que aquellas tierras malditas pudiesen algún día portar un hogar para nadie, o eso creía, pues La Orden Gris, pareció defenderse bien en tal lugar tras su voluntario exilio.

Había llegado al punto de reunión, a la entrada de tal paraje, y según la carta de Gregori Hastur, él lo esperaría allí, sin embargo no había rastro de ningún hombre. Conocía a su esposa, pero nunca llegó a conocer a Gregori.

Swain sabía lo que estaba haciendo, pero a la vez debía de hacerlo con cuidado. No dudaba de que saldría de nuevo sano y salvo de aquellas tierras, pero no tenía la certeza de estar pactando con un gentilicio desprovisto de problemas. Quería apoyo mágico en su ejército, pero aquella gente no eran magos cualesquiera, su acercamiento al vacío, a la oscuridad y lo arcanamente sombrío los hacía muy peligrosos, y si bien había intercambiado alguna que otra palabra con Amoline, no los conocía ni mucho menos.

Pero hoy sería el primer contacto, y decidiría en cuanto los viera si aquella gente era digna de Noxus, y de sus planes.

Un vórtice pareció cortar el tiempo y el espacio, haciendo una brecha completamente antinatural. Cuanto más se abría esa brecha más y más dejaba entrever algo totalmente desconocido para el viejo cuervo. Nada. Nada como si no existiera pero que, a la vez existía. Nada como algo que no era. Nada sin luz, nada sin oscuridad, nada. Simple y llanamente, pero a la vez complejamente nada.

Una pierna salió de aquel lugar incierto, pisando los yermos, luego pareció escupir un cuerpo y por último frente a él había toda una persona. Desapareció tal herida en el espacio y el tiempo para dar lugar a un hombre. Éste se colocó su sombrero de copa y se acicaló un poco mientras se apoyaba en un bastón negro con una especie de gema preciosa cristalina en su empuñadura. Su conjunto trajeado era impecable. Portaba una capa decorada con numerosos broches dorados, que en ese instante comenzó a quitarse debido al calor que comenzaba a asolarle. Puso su brazo en ángulo recto y con delicadeza se colgó de él tal espectacular prenda.

Miró a Swain con sus ojos verdosos y le dedicó una sonrisa cortés. El pelo oscuro de aquel hombre estaba cuidadosamente peinado, y su bigote y perilla, delicadamente recortados. Tenía porte, tenía majestuosidad, y tal y como los libros de historia decían, aquel hombre provenía de una familia de nobles, mas no le valió tal cosa al comenzar a descubrir el oscuro vacío que la magia parecía despertar en su interior.

Estiró una mano enguantada con un fino guante de cuero negro. Swain se fijó en su mano antes de estrechársela, quedándose abstraído por el precioso anillo de gemas rojas que portaba en el dedo meñique.

Lux Aeterna{#2} Darius x Lux |Corazón sin honor|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora