{3}Ascensión

672 43 38
                                    


Notas:  Gracias por todos esos votos, y esos comentarios que me dejáis, es que sois geniales de verdad. El anterior capítulo siento que ha sido diferente a lo que suelo escribir y aun así ha tenido una muy buena acogida. Es genial con un público como vosotros el descubrirse a uno mismo. Gracias a todos <3

Se vistió, a petición de sus padres, con un traje algo más galante que de costumbre. Usó una de las capas de su padre, la cual bordada con ribetes dorados, protegía su ancha espalda. Él lo veía excesivo, pero los rituales de la familia Crownguard no parecían perderse. Lo escoltaron hasta la mansión Alaston. Algo innecesario también, pues no quedaba lejos de la de sus padres y hubiera preferido montar solo, mientras paseaba sus pensamientos. Cabalgar lo despejaba, y más ahora que la brisa se levantaba helada debido a la llegada del otoño.

Los sirvientes de los padres de Alina lo guiaron hasta ellos. Estaba nervioso. Sabía de sobra de los sentimientos de aquella mujer hacia él, sin embargo, había muchas cosas que en ese día deseaba hablar con ella y el no saber cómo reaccionaría ante todo lo que le iba a decir lo hacía estremecerse e incluso hacer que su estómago adoleciera.

Los Alaston le dieron paso a una sala enorme y poco acogedora, pues era demasiado espaciosa para una única charla entre dos personas. Había una chimenea encendida que la calentaba y una enorme mesa alargada, que daba espacio para unos quince o veinte asistentes. Mas ellos solo eran dos.

Alina estaba sentada a la mesa. Se levantó de inmediato en cuanto escuchó la puerta abrirse y vio a sus padres y a Garen. Tenía cara de preocupación, lo más probable es que la hubieran advertido y le hubieran dicho de comportarse lo mejor que pudiera. El guerrero gustaba de la compañía de aquella mujer, pero no gustaba de las presiones que se ejercían por parte de la nobleza.

La madre antes de dejarlos a solas le hizo un gesto a su hija, algo que Garen notó, pero quiso disimular para no frustrarse. Ellos no eran marionetas, eran personas y necesitaban hablar como adultos que eran. Los padres de Alina se comportaban como los suyos propios. Queriendo desposarlos cuanto antes, tener nietos y alargar la dinastía. ¿Para qué tener hijos con el propósito de venderlos? Pero la sociedad era la que era, y él no la iba a cambiar.

Reverenció ante Alina y esperó a que ésta se sentase para sentarse él. El tiempo pasó lento y en silencio durante varios minutos. La muchacha apretaba sus dedos los unos contra los otros nerviosa y Garen, aunque no era introvertido, no sabía por dónde empezar.

—Debido a nuestros ropajes y la repentina llamada creo que ya sé por qué estás aquí. No te preocupes en decirme lo que piensas, es más, agradecería que me dijeras las cosas de manera sincera. No te preocupes si no soy la candidata correcta. —Comenzó ella sonrosándose un poco y con una sonrisa amable pero triste a la vez.

Ya tenía muy asumido que la proposición que le había hecho a Garen iba a ser denegada. Él sonrió, tratando de ser amable. No era la candidata adecuada, no era la mujer a la que le profesaba amor. Y eso era así. Nadie es capaz de controlar sus sentimientos.

—No sé. —Comenzó él mirándola con ternura. —Si lo que te voy a decir son buenas o malas noticias. Vine a sabiendas de que me ibas a pedir sinceridad, y aún si no lo hubieras hecho, habría sido sincero igualmente, porque no creo que nadie se merezca la mentira. —Carraspeó un poco para comenzar a hablar. Pero se fijó en como ella se tocaba los dedos con impaciencia, algo que lo hacía estar más nervioso aún. Decidió tomar la mano de la mujer para sorpresa de ésta y así hacerla parar. —Normalmente es el hombre el que propone compromiso a la mujer. Fue en este punto de partida donde vi que a pesar de ser tan introvertida te esfuerzas cuando tienes un objetivo. Has sido muy valiente.

Lux Aeterna{#2} Darius x Lux |Corazón sin honor|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora