{2}Obsesivo

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Notas: Muchas gracias a todos aquellos que me brindáis tanto apoyo de verdad. Cada día continuo por vosotros. Me dais fuerza para continuar con este pedacito de mí. Gracias <3.

***


Un sonido doble inundó su mente, despertándolo de su fase más profunda de sueño. Tragó saliva se dio la vuelta y continuó con su plácido descanso. Fuera lo que fuese ya pararía. Sin embargo, el ruido no cesó. De nuevo el golpe doble contra la madera volvió a sonar. Emitió un gruñido a modo de queja y se colocó boca abajo en su en su cama, posicionando la parte inferior de ambos brazos bajo su cabeza. Contento con su postura trató de dormirse de nuevo. Pero el ruido volvió otra vez. Resopló molesto, no se levantaría de la cama, no le daba la gana. Fuera quien fuese ya se iría en cuanto se cansase de llamar a la puerta de su casa. Pero de pronto recordó. Había dejado la valla exterior de su morada cerrada la noche anterior. Se incorporó de golpe y se destapó dejándose ver únicamente con ropa interior. Un estremecimiento recorrió su cuerpo cuando el frío, incluso en su resguardada casa, lo inundó sin premisa. Se apartó los mechones de su largo pelo de la cara, mientras salía de su habitación. Volvió a oír el par de golpes. Sabiendo todo lo que estaba pasando en Noxus comenzaba a ver cierto peligro en aquella manera de insistir. Bajó hasta su sala de estar y levantó una ceja mientras buscaba con la mirada sus hachas. Solía dejarlas en un expositor que tenía colgado en la pared de aquella sala principal. Descolgó una con cuidado, tratando de no hacer demasiado ruido. Ni siquiera portaba armadura alguna, si fuera lo que estaba pensando, pelear desnudo le podía costar la vida. Apretó los dientes mientras giraba, una única vez, el hacha sobre su mano, solo para cerciorarse de que no estaba oxidado. Se acercó a la puerta, y ocultando el arma tras su espalda, abrió únicamente una rendija para mirar quién era el culpable de perturbar sus sueños.

Sus ojos se abrieron como platos en cuanto vio a la mujer que esperaba allí con varias bandejas en sus manos.

— ¿Celia?— Preguntó lo que era obvio, pero estaba demasiado extrañado de la presencia de aquella mujer allí. Había despedido a todo su servicio en cuanto Swain le dio la "opción" de meterse en el ejército noxiano.

—Apártese, ¿no ve que voy cargada?— Le habló algo indignada. Empujándolo un poco con su hombro hizo que el asombrado Draven la dejase pasar. Se fijó en el hacha que éste portaba y chascó la lengua. — ¿Por eso ha tardado tanto?, llevo como diez minutos llamando a la puerta, ¿Le parece normal?

—Estaba durmiendo. —Respondió tan solo mientras posaba su hacha en el sofá. — ¿Qué cojones haces aquí?, ¿cómo abriste la valla?

— ¡Las palabras!, no empecemos — Le avisó desde la cocina mientras dejaba las bandejas sobre la encimera. — Vengo a traerle las llaves que me olvidé dejar el último día. Y son las dos de la tarde, por la Madre de Dioses, Draven, lleva unos horarios rarísimos.

Él la acompañó entrando la cocina.

— ¿Qué es todo esto? — Preguntó el muchacho alzando una ceja mientras husmeaba las bandejas.

—Oh pues verá, le dije a Osten que tenía que venir para entregarle las llaves que se me había olvidado entregar y bueno... hizo todo esto y le dije que gustosa se lo entregaría. Y aquí estamos. — Mostró una amplia y amable sonrisa.

—Ya...— Draven sonrió de medio lado, burlón. — Se te olvidó entregar las llaves. —Le dijo no creyéndose mucho la historia. — Sé que he sido el amo más guapo que has tenido y que tendrás en tu vida, por supuesto. Y sé que echas de menos verme así, recién levantado, y sé que soy irresistible hasta para ti. —Celia rodó los ojos y suspiró tratando de no prestarle demasiada atención, pero el muchacho se puso serio de repente. — Pero fui claro cuando os dije que os fuerais, y que no quería vuestro servicio. Fui claro cuando dije que no quería ni una sola visita. — Su seriedad y su voz más profunda por el tono parecieron sorprender a la mujer que extrañada se apartó un poco de él.

Lux Aeterna{#2} Darius x Lux |Corazón sin honor|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora